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Watch Dogs: Legion

Watch Dogs: Legion - 4 horas revolucionando Londres

Lo hemos probado tras un año en el que ha recibido toda la atención que se merece.

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Entre la curiosidad y la preocupación me debatía cuando Ubisoft enseñó por primera vez Watch Dogs: Legion. Promete dar libertad total para montar líos como un hacker por una ciudad conectada y muy reactiva, pero no se nos olvida que esa fue la premisa de las dos entregas anteriores y no terminó de cumplir. Como los franceses han demostrado en más de una ocasión que saben aceptar las críticas y aprenden de ellas, Legion se merece una oportunidad.

Estrella de Ubisoft Forward, ha llegado el momento de comprobar si todo este retraso era necesario y merecido. Si es capaz de ofrecer esa libertad de interacción con los entornos y las personas. Y si va a poder recuperar a quienes han cogido tirria a la marca Watch Dogs.

El emplazamiento es bien conocido. Londres, en un futuro no muy lejano en el que la tecnología ha llevado a la sociedad por un camino turbio y a los gobiernos por el control social. Juegas como Dalton Wolfe, pero no te engañes porque no es el protagonista de esta historia. De hecho, un valor de Legion es que no hay protagonista, aunque de eso hablaré más adelante. La primera misión sirve para recordar algunos conceptos básicos y para conocer a personajes clave; también para ver cómo respira esta versión de la capital británica. Pronto estalla la trama central, que esta vez no va de algo personal pues, insistimos, no hay una persona de referencia a la que asociar los sentimientos. Esta vez eres DedSec en su conjunto.

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Bajo estas siglas se oculta la red de hackers a la que pertenecieron Marcus y Aiden. Se les ha acusado falsamente de haber orquestado varios actos terroristas, así que hay que defender el honor desenmascarando a este oscuro enemigo que está detrás de todo, Zero Day. DedSec también tiene que luchar contra los abusos de una sociedad cada vez más intrusiva y dictatorial. Es todo lo que os voy a contar sobre lo que aprendí de los hechos en estas cuatro horas a los mandos. Pero sí quiero dejar claro que, en este fragmento, la construcción del escenario y de los personajes es bastante mejor que en las dos entregas anteriores.

Watch Dogs: LegionWatch Dogs: Legion

Lo que hace especial a Watch Dogs: Legion es que te conviertes en varios personajes a los que hay que ir sumando a la organización para hacer un buen equipo. Personajes que pueden ser, literalmente, cualquiera que inicialmente sea un PNJ rondando el mapa. Como Ubi se encargó de dejar claro en la presentación del E3 2019, puede ser una jubilada sentaba en un banco, un albañil, un banquero o una persona sin hogar. Llamar a estas construcciones PNJ es simplista e injusto con el nivel de detalle con el que se ha diseñado a cada uno de estos londinenses. Porque tienen vida propia, trabajo, familia y ocio; unos rasgos que están guardados en la base de datos de la IA ctOS que han diseñado para controlar la ciudad (o espiándoles). Así han construido un mundo de juego realista y vivo, lo que alienta ese espíritu de protección de nuestros iguales y de defensa de sus libertades.

Empezamos esta partida con un equipo de cuatro miembros, y aún siendo multitud me sorprendió la rapidez con la que cada uno de ellos se hizo notar y demostrar su valía. Ya sea gracias a la riqueza en las voces (en versión original), por cómo se comportan y se mueven por la calle o por su forma de pelear. Lo importante va a ser comprobar si esto se mantiene a lo largo del tiempo, con la versión final en la que cualquiera es reclutable. Porque esta demo ni daba la opción de chalar con todos ni tampoco permitía repetir algunas escenas de vídeo para ver si el comportamiento de los PNJ era tan orgánico.

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Cada reclutamiento en potencia abre un abanico de habilidades que vienen determinadas por lo que esa persona sabe hacer y en lo que es experta. Pero no son tan dóciles, no basta una charlita para que se sumen a esta revolución. ¿Para qué iban a asociarse con unos tipos que son terroristas a los ojos de la opinión pública? Por eso hay que indagar en su pasado y conocer sus inquietudes, ayudarles en sus problemas y demostrarles quién está de verdad en cada bando.

La dinámica de gameplay consiste en ir cambiando de forma constante de uno a otro, pero siempre a partir de un plan que tenga sentido con la misión propuesta. Estas transiciones son suaves y los tiempos de carga mínimos. Con lo avanzada que parecía esta versión y sabiendo que tenía que haberse estrenado en marzo, si no fuera técnicamente tan fluido habría que preocuparse. Por cierto, cada vez que metes a alguien nuevo en el grupo ves como el más antiguo se marcha para reconvertirse en un PNJ. Recupera su vida, no se desvanece.

Watch Dogs: Legion

Lo de hackear es común a todos ellos, pero es la parte que menos me convenció de todas porque no ha evolucionado tanto como todo lo demás respecto a los juegos anteriores. Es cierto que debe ser muy difícil encontrar un equilibrio entre tener que programar o reprogramar algo y hacer un videojuego accesible para todo el mundo, pero las mecánicas con las que viene no son tan frescas. Las pruebas que hemos visto no consiguen transmitir esa sensación de colarse en lugares prohibidos y de ser intrusivo.

Infiltración y combate van de la mano. Si consigues atacar por sorpresa puedes dejar a los enemigos inconscientes y moverlos a un sitio no vigilado. Hay que utilizar los escenarios a favor, monitorizar rutinas y colocar trampas y distracciones. Mediante el hackeo puedes tomar el control de algunas piezas de su equipamiento o evitar que llamen a los refuerzos. Lo bueno es que está diseñado para que sea sencillo activar estas acciones en medio de un tiroteo. Hasta aquí todo es más o menos común, así que esperamos descubrir algún giro extra en las escenas a partir de las habilidades de los personajes. De hecho, tenemos un ejemplo: un hooligan es capaz de atraer a más gente para que mente una pelea en grupo.

Aunque la versión de prueba no era tan libre ni tan amplia, así nos dio para tomar constancia de las misiones principales y secundarias, para conocer las actividades paralelas y para probar algún minijuego. Muchas están ahí como reclamos para explorar la ciudad y encontrar los objetos coleccionables, y aunque es tradición que existan en los juegos de Ubisoft, por cómo están construidos parece que va a ser más divertido completar el 100% en Londres que en Chicago o San Francisco por este comportamiento orgánico del entorno. Las interacciones entre los londinenses son más ricas que las de la mayoría de juegos de mundo abierto.

Por ejemplo, como todo el mundo tiene una rutina, puede que la forma más sencilla de acceder a un edificio que esté cerrado es saber de alguien que viva ahí y tenga acceso. Cuanto menos te sientas como un elemento extraño y ajeno al resto, más divertida y creíble será la partida.

He pasado cuatro horas jugando a Watch Dogs: Legion y la conclusión es que promete. El proyecto es tan ambicioso y depende tanto de ver más y más que hasta que alguien lleve un buen montón de horas no podrá valorar si Ubisoft ha conseguido lo que pretende, ofrecer una ciudad viva en la que el jugador se sienta parte a partir de cualquier personaje. Tiene una nueva oportunidad para convertirse en un pilar del catálogo de la compañía, y lo comprobaremos antes de que termine el año.

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