Uncharted: El Abismo de Oro

Estaba allí cuando nos dijeron que la PSOne podría reproducir tu colección de fotos y generar figuras como la vida real. Estaba cuando Sony prometió todo lo que el Emotion Engine y la PlayStation 2 aportarían a la jugabilidad. Cuando la PSP fue bautizada como una PS2 en tu bolsillo. La llegada de la PlayStation 3 y todo aquello de la NASA y la súper-computación. Vi cómo la PSP Go salió y cayó.

Por lo tanto, cuando prometieron que la PS Vita ofrece una PS3 de bolsillo, ya era inmune. Pues ya sabíamos todos que eso, probablemente, no pasaría.

El primer pensamiento cínico se suaviza cuando descubro quién está detrás de esta aventura de Nathan Drake sin Naughty Dog. La talentosa y muy competente gente de Bend Studio ya habían ofrecido anteriormente una experiencia de juego genial con Logan's Shadow y Resistance: Retribution para PSP, así que la versión portátil de la serie había caído en manos preparadas. Con Naughty Dog prestando los materiales y echando un cable en el desarrollo, pocas cosas podían salir mal.

De hecho, Uncharted: El Abismo de Oro hace un montón de cosas correctamente, por mucho que durante los primeros veinte minutos del relato eches en falta la facilidad que tiene Naughty Dog a la hora de contar historias.

Drake está en Sudamérica en esta ocasión. Se ha aliado con un viejo socio, un caballero entrado en los cuarenta que no se corta un pelo a la hora de dar un hachazo por la espalda a sus amigos, siempre que la recompensa merezca la pena. Como siempre, algo sale mal también en esta ocasión, por lo que Drake se encuentra en medio de una lucha de poder entre un antiguo líder militar y un puñado de pillos sin escrúpulos, además de una nueva compañía femenina.

Estoy seguro de que la mayoría de los que estáis leyendo este análisis queréis saber si la magia de Drake sigue ahí, si el lado técnico de todo esto aguanta el tirón, si hay multijugador y si hemos encontrado faltas o defectos en este Abismo Dorado. Así que vamos a quitarnos lo malo en primer lugar.

No hay multijugador. Uncharted: El Abismo de Oro es una experiencia dedicada únicamente al jugador solitario. Las texturas son algo planas en ocasiones. La resolución no es la mejor, pero a cambio está enmascarada con un filtro de anti-aliasing. Las sombras tiemblan un poco, y hay otros detalles que están lejos de la perfección. Pero en general, Uncharted mantiene una dieta sana y equilibrada de exploración, saltos y disparos.

Repasa el párrafo anterior, porque esas son las únicas pegas que hemos encontrado en este capítulo de la serie Uncharted. No hay demasiado para quejarse.

El resto de la experiencia es de la más alta calidad. Las animaciones parecen cogidas directamente de los juegos de la PS3, la actuación vocal es de primer nivel, la banda sonora dinámica es brillante y las localizaciones son preciosas, variadas y una pasada para explorar.

Uncharted: El Abismo de Oro me llevó unas 16 horas de cabo a rabo (los desarrolladores buscaban 10-12 horas, así que a lo mejor soy un poco lento). Una de las razones por las que pasé más tiempo de lo esperado para completar el juego es que no es tan lineal como los capítulos anteriores. Vale, aún sigues una ruta predeterminada, pero aún quedan un buen puñado de objetos a recolectar. De hecho, hay tantos que es complicado llevar la cuenta de todos. Si te encanta completar los juegos, aquí tienes unas buenas horas extra.

En primer lugar, todos los enemigos dejan caer monedas de oro y plata que puedes ir recogiendo. También hay gemas de valor escondidas por el juego. Luego están las obras de arte que puedes meter en tu mochila virtual. Y las tarjetas. También puedes conseguir créditos extra si tomas fotografías con la nueva función de cámara, donde puedes usar la zona táctil trasera para hacer zoom. Además, están los grabados que puedes frotar para revelar el texto que contienen, manteniendo la Vita mirando a la luz. Hay cinco niveles de dificultad y un montón de trofeos a conseguir. Y cada uno de los 34 capítulos esconde una buena cantidad de secretos. Incluso las escenas pre-grabadas están aderezadas con minijuegos en los que puedes coleccionar aún más cosas.

Estos objetos se pueden intercambiar online con otros jugadores gracias a la función Near de la Vita. Es una especie de mercado negro en el que el jugador puede buscar y cambiar monedas que le falten, tarjetas u obras de arte.

¿Exhausto? Yo también, pero a la vez, agradecido. Todo está bien pensado, y aunque la mayoría de estas cosas parecen repetitivas o metidas con calzador, al final nada resulta innecesario. Y funciona, pues aporta un montón de juego adicional a la campaña en solitario.

La historia está muy bien contada, y en ocasiones alcanza los mismos picos que las aventuras anteriores de Drake. La escalada es ahora mejor. Puedes saltar e izarte con los analógicos y los botones como siempre o puedes marcar tu camino en la pantalla táctil, algo que es increíblemente útil en ocasiones.

La opción de apuntar utilizando el touch pad trasero ayuda un montón y consigue que los tiroteos sean mucho menos frustrantes que antes. Con un enorme repertorio de armas, este es el el Uncharted que nos ganó a todos hace tiempo. En este sentido, quizás sea incluso mejor.

Hay secuencias clave y acciones de equilibrio que aprovechan todo el hardware, y pocas veces parecen cutres. Los puntos de guardado automático están bien situados, además de abundar. Está claro que Bend Studios entiende lo que hace falta para una experiencia portátil, por lo que esta experiencia se ha ajustado para esas necesidades.

Y aunque el juego está lleno de truquitos de la PS Vita y tiene muchas de las pegas que acostumbra la serie, sigue siendo todo lo que deseábamos. Si saltas a este abismo, encontrarás una emocionante aventura de acción que encaja realmente bien en la serie Uncharted y que nunca resulta un burdo spin-off preparado a toda prisa para el lanzamiento de la PS Vita. Bien hecho, Bend.