No es ninguna novedad que los videojuegos, además de ser puro entretenimiento, también pueden servir para otras muchas cosas. Un gran ejemplo de esto es un reciente estudio psicológico relacionado con el título Cities: Skylines. Este reciente estudio publicado en Frontiers in Psychology buscaba averiguar la relación entre los rasgos que definen la personalidad con la capacidad de resolver problemas complejos.
Todo empezó con la premisa de que, en anteriores estudios, se había demostrado que algunos rasgos de personalidad estaban relacionados con la forma de abordar los diferentes dilemas que nos surgen en nuestra vida cotidiana. Ulrike Kipman, junto a su equipo, quería averiguar cómo los sujetos que sufren trastornos de personalidad se enfrentaban a estos problemas.
Para ello, escogieron a personas con nueve trastornos de personalidad diferentes entre sí. En total participaron unos 242 adultos (17 a 48 años), todos ellos pacientes ingresados en centros psiquiátricos. Aquí es donde entra en juego Cities: Skylines. Se les pidió a los participantes que jugaran a este simulador urbanístico asumiendo el papel de un alcalde que debe dirigir la construcción y la gestión de una ciudad en crecimiento intentando llevar una buena economía.
Los resultados revelaron que los participantes con dificultades para relacionarse interpersonalmente y con alteraciones en los patrones del pensamiento, tuvieron menos éxito en el juego. Las personalidades con rasgos depresivos, dependiente y paranoides tampoco disfrutaron ni tuvieron éxito en el juego aunque, en este caso, la asociación era mucho más débil.
Este estudio ha proporcionado una nueva visión sobre este tema tan complejo. Aunque sí que es verdad que tiene limitaciones porque solo se ha aprobado con un único juego. El siguiente paso sería llevar el estudio un poco más allá y probar con otro tipo de resolución de problemas, ya sea con la ayuda de los videojuegos o de otros ámbitos.