Según la leyenda de la UFC, Chuck Liddell, hay pocas cosas más satisfactorias que dejar KO a un rival. Por eso, el crecimiento explosivo de las Artes Marciales Mixtas (MMA), dirigido por la organización del Ultimate Fighting Championship, es sencillo de comprender si nos atenemos a este contexto. Sin embargo, aunque el deporte goza de mucho éxito, los videojuegos basados en la UFC han conseguido justamente lo contrario: se han convertido en experiencias cutres en las que, a menudo, uno siente que lucha bajo el agua.
Lo cierto es que tumbar al contrario contra la lona y hacerle un "ground and pound" es algo que no termina de estar bien simulado y es uno de los principales problemas que tenía el anterior título EA Sports UFC. No obstante, no es solo cosa de EA, porque los juegos de UFC que desarrolló Yuke cuando THQ tenía la licencia languidecían por los mismos fallos. Así que, ahora, la gran pregunta es si UFC 2 logrará transmitir la explosiva intensidad que tiene este deporte en la vida real.
De primeras, UFC 2 es un título que te deja sin aliento. En un primer momento, no podíamos creer estar viendo a Jon Jones y a Anthony Johnson cara a cara, para después escuchar el "Fight!" de Herb Dean y que el combate empezase. Esa manera dubitativa de moverse el uno alrededor del otro, observando cuidadosamente los movimientos del contrario antes de que comenzase la acción. De hecho, en el momento en que Bones le dio un tortazo a Rumble en la cara, llegamos a pesar que podría ser el mejor juego de deportes que habíamos visto en nuestra vida.
Y ahí es donde se rompió la burbuja de ilusión. Hasta el día de hoy, los títulos de lucha desarrollados por estudios occidentales siempre nos han provocado una profunda decepción, porque sus animaciones no suelen estar en buenas condiciones. Independientemente de que tengan una pinta fantástica en cuanto a los gráficos, no consiguen estar bien conectadas con los movimientos que las preceden o con las reacciones del rival. Las fluidas animaciones se rompen y los movimientos en cadena que fluyen uno tras otro brillan por su ausencia. Y todo esto se aplica también a UFC 2, puesto que los luchadores se mueven con una rigidez tan robótica, que provoca que el juego no sea capaz de vendernos la ilusión de las MMA reales. Se trata de un título que da mejor impresión con capturas de pantalla estáticas que en movimiento.
Además, esta desconexión también se nota en el gameplay. Han intentado recrear lo máximo del deporte y han diseñado un sistema que te permite dirigir tus ataques a zonas del cuerpo específicas, lo que hace que los controles sean demasiado complejos. Tanto es así que hacer un combo de 100 golpes en Killer Instinct es pan comido en comparación con esto. No obstante, no hay fluidez al atacar distintas zonas y los ataques, en ocasiones, se congelan al golpear al rival, como si hasta el propio juego no supiese lo que va a pasar después.
Y lo mismo ocurre con las repeticiones: la cámara se pierde y da problemas. Encima, los comentaristas son lo menos emocionante del mundo y les cuesta seguir la acción, por lo que las jugadas son un tanto dubitativas. Por todo esto, el usuario no llega a creer en ningún momento que lo que ocurre en el octógono es fascinante.
También hay un modo entrenamiento que te mostrará los movimientos y las opciones disponibles, y es algo que te recomendamos que fomentes y le dediques tiempo. UFC 2 no es, particularmente, un juego muy accesible y tendrás que saber bien qué estás haciendo. Dicho esto, hemos de reconocer que algunas de las batallas contra colegas que todavía no habían pillado el truco a las mecánicas han sido verdaderamente divertidas, porque se dedicaban a moverse por ahí como anguilas escurridizas y nosotros no éramos capaces de encajarles un solo golpe. Lógicamente, esto en la vida real sería imposible, pero es una prueba de que UFC 2 confía en ti para que juegues "bien".
En sus mejores momentos, en esas ocasiones en que el entrenador te grita desde la esquina, en que el público ruge de emoción y en que los comentaristas siguen la acción, UFC 2 suena y pinta como debería, y consigue darnos un buen chute de adrenalina. Por desgracia, no suele ser el caso y esas ocasiones son más bien escasas. Le falta tensión, los puñetazos suenan como si estuvieses pegando a gente hecha de gomaespuma y el medidor de resistencia hace que los enfrentamientos sean demasiado estáticos. Por otra parte, los resultados de los golpes son demasiado variados y la mágica combinación de agua y vaselina entre rondas (Rousey) parece curar cualquier daño recibido.
Ahora bien, para nosotros, personalmente, lo mejor fue el jiu-jitsu, un modo en el que la experiencia deja a un lado su habitual concepto de lucha para parecerse algo más a un minijuego en el que tienes que mantener tus ataques, aguantar al oponente y variar en los contraataques. La verdad es que esta parte del juego puede ser verdaderamente apasionante, aunque el gameplay, al igual que el de la experiencia en general, no se parezca en nada a luchar.
Así, UFC 2 se disfruta más cuando se juega contra un amigo que tenga un nivel de habilidad parecido, pero también hay una opción para un solo jugador. El modo carrera es el principal elemento de esta sección, pero está diseñado con la misma estructura que ya hemos visto cientos de miles de veces. Tendrás que escoger a un luchador (o crearte uno propio) y ascender desde lo más bajo hasta lo más alto. Nos recuerda mucho al modo carrera de los juegos de Fight Night y le falta un elemento dinámico.
De hecho, creemos que los últimos juegos de WWE lo han hecho bastante mejor, porque se han centrado en recrear las carreras de luchadores famosos y en ofrecerlas a los usuarios. Danos algo con más historia, en vez de la versión UFC de conseguir todos los permisos de conducción en Gran Turismo por enésima vez. ¿Por qué no dejar que los usuarios revivan la carrera de Chuck Liddell con material exclusivo, luchando en sus enfrentamientos más importantes y formando parte de enormes batallas?
Como otros títulos de EA, este también tiene un Ultimate Team, en el que tendrás que juntar y gestionar equipos de cinco luchadores y guiarlos hacia lo más alto. Este aspecto también puedes jugarlo solo, pero es mucho mejor si juegas online contra otros usuarios. Ahora bien, solo el tiempo dirá si tiene el mismo gancho que FIFA 16 Ultimate Team. Por otro lado, los Live Events son otro elemento que te permite apostar acerca de los resultados de los combates reales de UFC y en ellos podrás conseguir puntos para mejorar a tu luchador. Está guay, pero no es suficiente para comprarse el juego solo por eso.
Parece que, con UFC 2, EA se ha tomado muy en serio las críticas que se hicieron hacia su primer título. Los forcejeos han recibido cambios, hay más contenido y la experiencia ofrece una buena variedad de combates clásicos y actuales. Pero no es suficiente. UFC 2 necesita centrarse más en la lucha de verdad y menos en lo que la rodea. Así, resulta ser un juego que no es lo suficientemente bueno si no eres un fan acérrimo de la UFC. Sin embargo, si eres de los que amas la UFC con todo tu corazón y te mueres de ganas por dar palizas a tus rivales sobre el tapete, este juego servirá.