Análisis de Twin Mirror (PS4, PC, Xbox One)

Ahora que estamos dejándonos fascinar por lo que supone la llegada de una nueva generación, volvemos a mirar al pasado con un género que ha estado ahí siempre, el de las aventuras gráficos. Supervivientes, capaces de adaptarse y de reinventarse. Porque un estudio referente en esta evolución como Dontnod Entertainmente acaba de estrenar juego.

Los de Remember Me y Life is Strange marcaron su terreno el pasado verano con Tell me Why y repiten antes de que llegue el invierno con Twin Mirror, un juego hecho junto a Shibuya Productions. Su receta una gran habilidad narrativa con un gameplay de lo más sencillo posible, pero efectivo. Sin embargo, este título que nos ocupa es la excepción, porque si bien conserva mucho en común con todos los demás, hay un cambio de dirección que se nota mucho. La cuestión está en si es positivo y suficiente.

La localización es en Basswood, un ciudad minera venida a menos de Virginia Occidental, Estados Unidos. Sam es un periodista de investigación veterano que se fue tras el cierre de la mina a causa de una investigación, un hecho duro para mucha gente de la zona. Ha vuelto a casa para despedir a su antiguo amigo Nick, fallecido en un accidente de tráfico. Sin embargo, hay algo que no cuadra y su ahijada Joan, la hija de Nick, insiste para que se ponga a indgar por si hubiera podido tratarse de un asesinato.

El jugador nota rápido que el ambiente es hostil, que pocos están esperando allí a Sam. Los trabajadores de la mina, antiguos amigos que retiran el saludo y Anna, que fue muy importante para él en aquella vida, están en su contra. Por si estas heridas externas fueran poco, también está su Doble, un yo interior al que solo él puede ver y le saca lo peor de dentro. Con ese panorama, su investigación tiene pinta de acabar en su contra.

Hay dos elementos vitales en los títulos de este estudio. Uno es la exploración y el otro, que suele surgir como mecánica relacionada o consecuencia de lo anterior, es una especie de poder o habilidad sobrenatural que distingue al protagonista. Max era capaz de rebobinar el tiempo en LiS y aquí Sam tiene su "palacio mental". De su irrefrenable capacidad de recordar detalles y su cerebro analítico, surge su capacidad para recuperar y reordenar información con la que resolver puzles. Tiene con una base de datos en la cabeza con cada recuerdo y con toda la gente que se ha encontrado en sus trabajos.

Para poder elaborar hipótesis, inspecciones las pistas a ver si encuentra alguna conexión, y una vez que ha encontrado todas las evidencias, puede empezar a elaborar teorías que reconstruyan lo que sucedió. Aunque todo este Phoenix Wright parezca divertido, al poco rato de cogerle el truco se vuelve aburrido: porque tener que encontrar absolutamente todas las pistas en cada escenario para poder dar los siguientes pasos, cuando ya con alguna menos tienes de sobra claro qué pasó y quién fue, ralentiza el ritmo cosa mala.

Para hacer la experiencia aún más lenta si cabe, pasen y vean las conversaciones de la gente de Basswood. Tal y como ocurría con los otros juegos de este estudio, las relaciones que vas forjando con los personajes PNJ van dando forma a la historia, abriendo y cerrando caminos. Mi consejo es que eches un ojo al menú de vez en cuando para saber qué estás haciendo, qué llevas y con quién has hablado.

Hay que ir con la idea fija en dar con las respuestas más adecuadas, y eso se consigue a veces prestando atención a las sugerencias de Doble. Si se lleva la conversación por el mejor sitio, se consiguen más detalles sobre la investigación y una perspectiva más amplia de la situación. Pero aquí también sientes que avanzas a paso de tortuga, un mal ritmo de partida al que contribuyen lo poco que se hacen querer los personajes secundarios. La mayoría son planos, están mal representados y tienen poca sustancia. Se parecen tan poco a lo que suele ser un personaje hecho y derecho de Dontnod que se te quitan las ganas de saber de ellos.

Y ese problema también se refleja en Sam y Doble. A diferencia de los protagonistas de las aventuras gráficas anteriores de la compañía francesa, y sin ir más lejos de Tell me Why, este periodista es inmóvil, no evoluciona. Le falta todo ese camino interior que recorre cada personaje principal de una historia bien escrita de Dontnod. He llegado a sentir un poco de repelús, aunque a medida que avanza la trama cuentan ciertas cosas de su vida que lo aclaran todo. Tres cuartos de lo mismo con ese doble que termina siendo una presencia incómoda de la que terminas por pasar del todo. Hasta las mecánicas relativas a las decisiones éticas, que deben ponerte en un brete, han perdido esa fuerza. Porque escojas lo que escojas no parece que vaya a arrastrar el peso esperarías en un juego así.

Es cierto que Twin Mirror no funciona por su aporte narrativo, que es lo que más se espera de él, pero técnicamente se merece un aplauso. Gracia al uso del motor Unreal Engine, es una de las expresiones visuales más conseguidas de Dontnod, con un uso de la iluminación y un trabajo de los detalles superior. No han optado por el fotorrealismo de otros trabajos similares, y han hecho bien en no perseguirlo. Además, funciona de lo más correcto, sin errores ni caídas. Es como una entrada temprana de este equipo en lo que está por venir. Lástima que no sea lo más importante.

Twin Mirror tenía todas las papeletas para ser una aventura gráfica muy chula. Una historia que arranca con la investigación de un asesinato en un pueblo lleno de secretos personales y rencores, un protagonista turbio con una especie de desdoblamiento de la personalidad, y una cabeza infalible para acumular información. Pero Dontnod y su socio Shibuya Productions han fallado en lo que más se espera de ellos: en construir un protagonista y unos personajes a su alrededor que calen en el jugador. Una historia floja y un ritmo de juego terrible son lo que le faltaban a esta obra que, curiosamente, por lo que más destaca es por su acabado técnico. Han fallado tantas cosas cuando parecía que iba a tenerlo todo que es una verdadera lástima.