¿Qué obtendríamos si metemos en la batidora de Netflix una pizca de Jóvenes ocultos, una cucharada de Noche de miedo, una gota de Infiltrados en clase y un toque de Superfumados? Turno de día (Day Shift, cambio de turno en inglés), la última película original de Netflix en la que un poco inspirado Jamie Foxx caza vampiros en la soleada ciudad de Los Ángeles. Foxx interpreta a Bud, un técnico de piscinas superficial, poco exitoso y recién divorciado. Este va de aquí para allá por el valle de San Fernando conduciendo su oxidada camioneta y llevándose consigo criaturas muertas de piscinas y jardines mal cuidados. Tiene una relación cuando menos delicada con su exmujer, y se pierde reuniones de padres y madres y entrenamientos con su hija de siete años. Al principio, las cosas no le van bien. Está retratado como el típico padre sin éxito en nada de lo que se propone y lucha contra viento y marea por todo en su vida.
Lo que podemos ver tras la introducción de Turno de día es, en cambio, que Bud Jablonski es un imponente, duro y experto cazador de vampiros que usa su trabajo de "limpiador de piscinas" como una tapadera para su trabajo real, y de un momento a otro se cuela en la casa de una vieja vampira de 90 años que se está preparando para irse a dormir, lo que hace que haya peleas, disparos, sangre, huesos rotos y muerte.
Me gusta Jamie Foxx, siempre me ha gustado. Es brillante en Django desencadenado, Collateral y en Ray, pero en este caso parece tener ciertos problemas a la hora de cargar él solo con el peso de las escenas clave. No es hasta que su obsesivo neurótico compinche Seth (Dave Franco) aparece, que el filme despega y se hace divertido y no increíblemente rígido. Franco interpreta el mismo papel que ya había interpretado en numerosas ocasiones (incluyendo la infravalorada Unfinished Business) y que le va como anillo al dedo. Es asustadizo, nervioso, siempre al borde del infarto y en esta película se mea encima con solo ver a un vampiro, aun siendo parte de su día a día en el trabajo.
Dicho esto, la dinámica entre Foxx y Franco dista bastante de la perfección, y Jamie no es para nada gracioso. Ni una vez y, aunque este personaje sea más duro y estoico, hay maneras de que Franco y otros le den una chispa cómica, pero por desgracia Foxx se queda corto. El personaje de Snoop Dogg como excolega Big John, un cazavampiros incluso más lascivo, no es ni gracioso ni interesante, es más un chiché cuyas frases parecen fáciles de olvidar y cuyo espantoso atuendo de cowboy parece lo único memorable sobre él.
Turno de día no es buena. Pero a veces es graciosa. Una vez aparece el humor, este nos recuerda a aquel de Nuevos policías e Infiltrados en la universidad (las películas con Tatum y Hill) lo cual bajo mi punto de vista es positivo. Las escenas de acción también son divertidas y sin sentido, con un montón de sangre y muchos vampiros, pero es una pena que el villano sea tan plano y que los vampiros no parezcan peligrosos. Hay comedias de vampiros y comedias de acción mucho más divertidas, pero dicho esto, Turno de día tampoco es una bazofia.