Análisis de The Procession to Calvary

Hace unos días, el equipo de Xbox añadió unos cuantos juegos nuevos a la oferta de Xbox Game Pass, y como siempre hago cuando eso ocurre, eché un vistazo para ver si algo me llamaba la atención. Un juego que lo hizo fue la aventura gráfica de Joe Richardson, un título chorra y graciosísimo empapado de chistes y técnicas cómicas propias de los Monty Python. Se conoce como The Procession to Calvary y es el sucesor espiritual de Four Last Things, de 2017. He pasado una tarde explorando lo que ofrece y, según mi experiencia, es decididamente ideal para pasar unas cuantas horas.

La trama te sitúa en la piel de una caballera medieval deseosa de derramar la sangre de quien se encuentre en su camino después del final de las cruzadas, que ha dejado en ruinas las iglesias de los antiguos dioses. Sin embargo, ahora que las tierras están bajo el reinado de Immortal John (que, en realidad, no lo es), nuestra protagonista está controlada y obligada a no matar más, muy a su pesar. Pero cuando se entera de que el tirano Heavenly Peter logró sobrevivir a la guerra y huir hacia el sur, nuestra valiente guerrera llega a un acuerdo con John para encontrar a Peter y asestar un último golpe, que pondrá fin a la Guerra Santa.

Con este objetivo en mente, la protagonista se embarca en un viaje en el que deberá ir primero hacia el sur y después buscar y matar a Peter, todo ello sin asesinar a nadie más, a fin de honrar el juramento que le ha hecho a Immortal John. No obstante, el país se está recuperando de una guerra religiosa, así que viajar no es muy fácil y la comunicación con las gentes tozudas y extrañas convierten el viaje en un desafío aún mayor para llegar a tu destino, que está donde esté escondido Peter. Todo esto se plasma en una aventura gráfica muy enfocada en la resolución de puzles que te harán interactuar y jugar con el entorno para encontrar objetos y equipo que te permitan avanzar en la historia.

Este estilo de juego está bastante bien por lo general, las soluciones son sencillas y están bastante claras, incluso aunque la mayor parte del tiempo te pidan que seas creativo y pienses más allá de lo establecido. Pero, teniendo eso en cuenta, he de destacar algo que me pasó en el juego cuando decidí romper mi juramento y matar a un personaje solo para superar un puzle con rapidez. Cuando matas a alguien, las repercusiones normalmente no son inmediatas; muchas veces, de hecho, verás que tu tendencia a matar a diestro y siniestro te abocará hacia un agujero sin salida a medida que avanzas, y es precisamente esta la razón de que la protagonista te sugiere que salves en vez de intentar convencerte de que no mates.

La trama en sí misma y la historia se cuentan de forma realmente hilarante. Sea en el diálogo, en la manera en que interactúan los personajes o incluso en la ambientación de los niveles (cuyo diseño se asemeja a pinturas del Renacimiento), The Procession to Calvary es un juego gracioso de verdad. Ya se puede apreciar el tipo de humor solo con entrar en el menú de ajustes y marcar la opción de "Activar el monje que hace pedorretas al salir de este menú", que hace exactamente lo que pone y es increíble.

En este sentido, vale la pena pararnos a comentar de nuevo el apartado visual del juego. El diseño de las pinturas animadas e interactivas está muy bien conseguido y realza de forma sobresaliente el humor y la comedia que impregnan todo este juego.

También es importante remarcar que The Procession to Calvary es un juego especialmente corto. Puedes pasarte la historia completa en un par de horas, suponiendo que no te quedes atascado en algún puzle. Me gustaría ver una versión más larga de algún juego de Joe Richardson para comprobar si el desarrollador podría materializar una campaña con más profundidad: tal vez pueda hacerlo su próximo proyecto, Death of the Reprobate (actualmente sin fecha de lanzamiento).

En cualquier caso, The Procession to Calvary definitivamente demuestra una cosa: que Richardson sabe hacer comedia medieval. El juego es cachondo, absurdo y es perfecto para pasar una tarde, sobre todo si te gusta el humor de los Monty Python. Y, si no te gusta, te recomiendo fuertemente que te hagas con este juego mientras está en Xbox Game Pass, aunque sea solo para echarte unas risas con el monje que hace pedorretas en el menú de ajustes, porque eso sí que es puro humor básico.