The Last of Us: Parte II Remastered

¿Cuánto te gusta The Last of Us? Esta es la pregunta que más o menos define este análisis, porque es el factor decisivo para saber si este juego es para ti o no. Si has jugado a The Last of Us: Parte II, ya sabes si quieres repetir la historia. Si has visto la serie y te has enamorado de ella, una vez más es probable que tu compra esté asegurada.

No ha pasado mucho tiempo desde el lanzamiento original de The Last of Us: Parte II. Menos de cuatro años, en realidad. La segunda parte de la aventura de Ellie, una descarnada y sangrienta historia de venganza que le lleva a labrarse un despiadado camino por las calles de Seattle, aún está fresca en la memoria de muchos jugadores. Y vaya historia, por cierto. En resumen, esto es por lo que vuelves a The Last of Us. Nadie está aquí solo por la jugabilidad. La razón por la que te encariñas con este mundo postapocalíptico es por Ellie. Por Joel. Por Dina, Tommy e incluso por Abby. Sin embargo, las historias de The Last of Us suelen dejarte bastante satisfecho una vez que terminas con ellas. Como ocurre con la mayoría de los títulos first-party de Sony de los últimos cinco años, cuando terminan los créditos, parece que es hora de pasar a otra cosa.

Por supuesto, esto se reduce a preferencias personales, pero The Last of Us: Parte II Remastered ha intentado implementar un poco más de rejugabilidad con 'Sin retorno', el modo roguelike que es la principal excusa para que gastes 10 euros en actualizar a esta nueva versión del juego de 2020 y algunas características más que, por desgracia, no destacan demasiado. El juego base ya era magnífico, así que apenas se notan los cambios gráficos, y los extras adicionales, como los Niveles Perdidos, no te atraparán mucho tiempo.

Nos queda Sin Retorno. Con diez personajes jugables y varios modos de juego diferentes, la variedad es considerable. También tienes un montón de enemigos contra los que luchar y puedes ajustar la dificultad a tu gusto. Entre misión y misión, puedes conseguir nuevas armas, suministros y mucho más para completar tu equipo. Cada uno de los personajes tiene sus propias habilidades, pero al cabo de unas horas queda claro que muchos de estos cambios son menores. Si no eres un fan incondicional de The Last of Us, es difícil que quieras pasártelo una y otra vez, a diferencia de otro DLC roguelike de Sony que salió a finales del año pasado. Puede parecer injusto comparar Sin retorno con God of War Ragnarök: Valhalla, pero mientras que este último aporta una experiencia realmente nueva e incluye el verdadero final de la historia que no sabíamos que necesitábamos (y todo de forma gratuita, por cierto), el primero parece un modo de juego añadido porque algo tenía que justificar que te gastaras el dinero en este The Last of Us: Parte II Remastered.

Las skins, el arte conceptual y los extras están muy bien, pero vuelvo a remitirte a la primera línea de este análisis, ya que solo te importarán en función de lo mucho que te guste la franquicia The Last of Us. Los niveles perdidos son divertidos, pero tampoco duran mucho. Probablemente, sea mejor compararlos con vídeos jugables de YouTube. Es interesante enterarse de lo que se suponía que eran estos niveles y trastear un poco en ellos, pero son un poco como ir a un museo o contemplar un cuadro bonito. ¿Cuánto tiempo puedes mirar antes de decidir que ya les has dedicado suficiente tiempo? Los resultados pueden variar.

Sin embargo, y a pesar de que una buena parte del contenido extra resulta mediocre, el contenido principal, es decir, el juego base que se lanzó en 2020, es tan bueno que eleva a The Last of Us: Parte II Remastered por encima de la media. Con The Last of Us: Parte II (donde por fin podemos saltar), Naughty Dog dio un gran paso adelante en términos de guion, ritmo, narrativa y jugabilidad, como pocos estudios habían hecho antes. El mejor ejemplo que se me ocurre es el trabajo de Rockstar con Red Dead Redemption y su secuela. Aunque sea más estresante que divertido la mayor parte del tiempo, The Last of Us: Parte II Remastered es una experiencia que merece la pena para cualquiera que quiera ver cómo el medio de los videojuegos puede superarse a sí mismo, en lo que a narrativa se refiere al menos.

Puede merecer la pena volver a jugarlo, si puedes afrontar el estrés y el matar perros una vez más. En particular, la historia de Abby me ha parecido mucho más atractiva esta vez, ya que ahora que estamos bastante alejados de la masa de jugadores tóxicos que rodeaba al juego y a este personaje en 2020, parece que ahora sí puedes disfrutar como a Naughty Dog le habría gustado entonces. ¿Sirve eso de excusa para justificar que este sea el tercer remaster o remake de una franquicia que ha visto el lanzamiento de dos juegos? Una vez más, pregunto: ¿Cuánto te gusta The Last of Us?

El análisis de videojuegos suele consistir en recomendar un título al público. Y, sin embargo, ese trabajo parece haberse hecho ya, allá por 2020. Por tanto, es bastante difícil hablar en otros términos de The Last of Us: Parte II Remastered. Aparte de Son retorno, la mayoría de las cosas que lo diferencian del juego base no son destacables. Incluso el añadido del modo roguelike sólo complacerá a los jugadores más insaciables de The Last of Us que quieran jugar como Joel una vez más. Como probablemente será el último contenido que vea sobre The Last of Us en algún tiempo (y con suerte el último remaster) puedo entender jugar a esta actualización por los 10 euros que cuesta, pero incluso los fans más acérrimos deberían pensárselo un poo antes de desembolsar los 49,99 euros que cuesta el juego completo. Si cualquier otro estudio, con cualquier otra franquicia, intentara hacer algo así, se reirían de él, pero la gente adora The Last of Us. Tú decides.