The Flash

Las expectativas para The Flash están por las nubes y, en cierto sentido, fuera de control. Tanto DC como Warner Bros. Discovery y los millones de seguidores en todo el mundo están ansiosos por un gran éxito, un rayo de luz que indica que se avecinan tiempos mejores después de una década llena de incertidumbre. Por lo tanto, la película tiene la tarea de no solo cerrar de forma magistral el llamado "Snyderverse" que dejamos atrás, lo cual puede resultar sorprendentemente triste para algunos, sino también de presentarnos un futuro completamente nuevo y emocionante.

"Sellar el pasado, dar la bienvenida al futuro, contar una historia singular y satisfactoria sin hacerla demasiado larga, por favor." Vale, pues una tarea imposible.

Sin duda, habrá quienes, al salir del cine después de ver The Flash, sientan que la película ha tenido más éxito con algunas de las tareas mencionadas en la lista que con las otras. Sin embargo, lo que me quedó claro después de ver la impactante película de Andy Muschietti hace algunas semanas es que The Flash se acerca tanto a clavar todos los objetivos a la vez que es difícil no apreciarla por solo ello.

Barry Allen se ha consolidado aún más en su papel de The Flash y ha explorado más a fondo la llamada "fuerza de la velocidad" desde los eventos de la Liga de la Justicia. De hecho, como se insinuó en "Batman vs Superman: El amanecer de la Justicia", ahora puede prácticamente viajar en el tiempo y decide (a pesar de las advertencias de Bruce Wayne, interpretado una última vez por Ben Affleck, descanse en paz Bat-fleck, de que cambiar el pasado puede tener terribles consecuencias para el presente) a salvar a su madre, quien fue trágicamente asesinada hace muchos años.

Y todo se convierte en un enorme lío de continuidad, ya que logra alterar no solo el pasado, sino también múltiples universos. De esta forma, acaba en una dimensión o línea temporal en la que Michael Keaton interpreta a Batman y Superman es Supergirl. Todo se convierte rápidamente en un enredo de hilos narrativos, pero relatado de manera precisa y entrelazada, que logra mantener la atención de los espectadores sin caer en un montón de tonterías que solo podrían ser salvadas por una exposición aburrida y lenta.

Es cierto, The Flash logra contar una historia cautivadora desde el punto de vista narrativo, explorando el tema de encontrar paz en las heridas que se acumulan a lo largo de los años. Aunque no todas de estas escenas íntimas alcanzan su objetivo. La relación entre Barry y su madre no logra establecerse lo suficiente como para sostener toda la película, principalmente debido a una falta de química entre el actor principal, Ezra Miller, y la madre interpretada por Maribel Verdú. Además, la interpretación de Kiersey Clemons como Iris West no logra generar emoción en la historia.

Pero todo esto tiene su recompensa, porque The Flash es simplemente una de las películas de superhéroes más divertidas jamás realizadas, y punto. Ezra Miller ofrece una interpretación al estilo de Deadpool, donde el actor se enfrenta principalmente a otra versión de sí mismo, y lo hace de manera magistral, con un toque de torpeza y autoconsciencia. Los chistes llegan a chorros con un ritmo casi frenético al estilo de Mad Max, y todo funciona muy bien casi hasta el final. El ritmo es rápido, los cambios son notables y drásticos, y una vez que la película está avanzando, se pone visible una conexión sólida entre la comedia, los guiños para los fans y la acción. Es una película honestamente ligera y sin tapujos que contrasta con la tendencia más amplia del UCM.

Además, esto significa que The Flash no dedica tanto tiempo en establecer un 'nuevo' universo cinematográfico de DC, como muchos creían. Si bien explora el multiverso más que otros proyectos y presenta divertidos guiños y apariciones especiales aquí y allá (incluyendo a Nikolaj Coster-Waldau y al mismísimo Nicolas Cage), la película se centra más en despedirse de la continuidad que conocemos y en contar una historia bien construida e independiente.

Sin lugar a dudas, Michael Keaton es increíble, Michael Shannon sigue siendo genial como el General Zod y Sasha Calle se desempeña muy bien como Supergirl, o Kara Zor-El, pero es Miller, su enfoque en la comedia y el ritmo de la película lo que realmente se destacan y hacen que la película brille.

De hecho, se puede disfrutar de The Flash sin haber visto ninguna otra película de DC, y al mismo tiempo, esta película parece ser un giro bastante importante en términos de tono y calidad. Por tanto, es muy fácil recomendarla. El director Andy Muschietti se enfrentó a un desafío imposible, y lo superó brillantemente.