No es habitual, pero de vez en cuando oímos historias como esta que demuestran que el sector del videojuego sigue funcionando como un pequeño entorno a pesar de los millones de personas que trabajan y disfrutan de él. Se trata de gestos de las compañías con fans enfermos terminales, a los que permite jugar a un título no estrenado antes de fallecer. Nintendo permitió a un chico estadounidense jugar a Super Smash Bros. Ultimate, Bethesda hizo lo propio con Fallout 76 y Rockstar acaba de imitar sus pasos.
Jurian es un chico neerlandés que sufre neurofibromatosis tipo 2, una enfermedad congénita. Los médicos no garantizan que pueda resistir hasta el 26 de octubre, y para él cada día sea el más importante, esa fecha está grabada con fuerza en su calendario porque llega Red Dead Redemption 2. Su padre contactó a la compañía, que aceptó y puso todos los medios para cumplir su deseo. Rockstar envió a dos trabajadores con una demo para que Jurian pudiera jugar toda una tarde.
Esa partida no curará la enfermedad pero fundaciones como Juegaterapia están demostrando que jugar ayuda a que la hospitalización sea menos traumática para niños y jóvenes.
Agradecimientos a Rockstar Intel.