Sim City es enorme. El juego presenta una escala y nivel de detalle que a veces llega a abrumar. La cantidad de datos e info sobre tu ciudad y sus habitantes, constantemente disponible, te deja sin habla. Existen un trillón de cosas a tener en consideración, de hecho más posibilidades de las que la mayoría de los jugadores llegarán a atreverse a probar durante su tiempo con el juego. Una región puede contener hasta 16 ciudades, y puedes convertirte en el alcalde de todas ellas. Suficiente para que la cabeza te dé vueltas.
De todas formas, Sim City también es capaz de seguir siendo accesible. En todo momento te presentan únicamente una pequeña muestra del vasto océano de datos, estrictamente en base a lo que necesitas saber. Y aunque las posibilidades son casi infinitas, llevarlas a cabo es sencillo y elegante. Clic, clic, clic. Construye, construye, construye. El juego es simple e intuitivo, y siempre tienes a mano un buen resumen de lo que hace falta en tu urbe.
Si has jugado a las anteriores entregas de Sim City, vete preparando para presenciar algunos grandes trastornos. Las calles son, de forma tanto literal como figurada, el pegamento que une todo en Sim City. No son únicamente arterias de tráfico, sino que también funcionan como líneas de electricidad, tuberías de agua, alcantarillado y casi cualquier otra forma conocida de infraestructura. No calificas terrenos como zonas residenciales, comerciales o industriales, sino que asignas los lados de las calles y carreteras. Los edificios se deben ubicar junto a las calles, pues es la intensidad de una carretera (cuántos coches puede aguantar) lo que determina si unas pequeñas unifamiliares podrán desarrollarse eventualmente hasta convertirse en rascacielos o no.
Pero para lo que los jugadores de toda la vida de Sim City deben prepararse de verdad es para el tamaño del mapa. El espacio disponible para tu ciudad es limitado, por decirlo suavemente, comparado con los predecesores. En pocas palabras, puedes llenarlo en una tarde tonta que tengas bastante tiempo libre. No, no es posible recrear Nueva York en el nuevo Sim City, no sin reducirla a escala y que te quede algo ridículo.
Sinceramente, te sientes un poco apretado cuando comienzas a experimentar estos problemas de espacio. Si te has liado a crear zonas y edificios de servicios como hospitales, escuelas, comisarías de policía, etc., puede parecer que te has quedado sin hueco antes incluso de haber empezado a funcionar.
Pero como decíamos, es posible controlar hasta 16 ciudades dependiendo de qué región hayas escogido, y ahí está el meollo del asunto. Son variables el terreno y sus recursos naturales, lo que hace que las diferentes localizaciones de ciudades sean aptas para distintas especialidades. Quizás una zona es una localización obvia para la extracción de materiales en bruto y la industria pesada, mientras que otra podría ser ideal para centrarse en la educación o el turismo. Una sola ciudad es incapaz de satisfacer todas las necesidades.
El juego fomenta este tipo de especialización y luego la coordinación entre tus ciudades. Los Sims viajan diariamente al trabajo y a la escuela, mientras que la capacidad sobrante en todos los aspectos, desde la asistencia sanitaria hasta la eliminación de residuos, se puede vender a las ciudades vecinas.
Y ahí es donde reside el verdadero reto de Sim City. Un marco de trabajo tan estrecho significa que, si quieres estar en todo lo alto, debes contar con un plan bien definido desde el principio, siempre pensando en los proyectos a largo plazo. Básicamente deberías tener una buena idea de cómo debería lucir tu centro ciudad y de dónde debería estar ubicado antes de dibujar la primera calle. Si en cambio te pones a construir de forma anárquica, encontrarás pronto problemas de tráfico muy difíciles de resolver.
En mi primera ciudad decidí centrarme en el turismo, pero antes de que pudiera construir mi (bastante caro) centro de convenciones, que se suponía debía ser el primer paso de la calle para convertirse en un imán de turistas, casi había llenado el mapa. Y el único lugar en el que pude encontrarle algo de hueco fue al otro extremo de la calle de entrada a mi ciudad, bastante lejos de las conexiones con tranvía y tren. El caos de tráfico se desató en un santiamén.
El énfasis en la especialización termina demandando mucha más eficiencia que la mayoría de los juegos 'sandbox', mientras que el sistema de regiones y las ciudades vecinas obligan a contar con un plan maestro y con una buena visión del conjunto: siempre considerar los pequeños problemas y los problemas a gran escala, a la vez.
Puede parecer una lata más que algo divertido, pero lo cierto es que Sim City sigue siendo una delicia para jugar. Si es tan fácil perder la pista y auto-acorralarse, es por lo entretenido que resulta simplemente pintar calles y rellenar las zonas y edificios. Una zona industrial por aquí, una avenida por allá... Partes de la ciudad que tienen escasez de agua, colegios que hay que ampliar... ¿Y no debería poner un puerto justo aquí? Todo funciona como una máquina bien engrasada.
Luego, el nivel de detalle de la simulación es alucinante. El valor de las propiedades y la densidad de población se muestran con elegantes gráficos directamente sobre el mundo de juego. Puedes hacer zoom sobre cualquier Sim y ver qué están haciendo, de dónde vienen, adónde van. Pequeños globos de pensamiento aparecen por la ciudad, también conversaciones sobre la buena ducha que se van a pegar ahora que ha vuelto el agua o sobre lo mal que lo están pasando cuando se han puesto malos.
Aunque tengan sus problemas, todo está presentado con el estilo cómico marca de la casa desde Sim City 2000. La pantalla de carga habla de ajustar la frecuencia de llamas (de los animales) o de coger cabras como mascotas. Un monstruoso Tiranosaurio Rex puede invadir la ciudad, destruyendo las casas y el resto de edificios, abriéndose camino hasta llegar a tu vertedero y allí comerse casi toda tu basura.
Los residentes hablan de buscar en Internet "qué hacer en caso de incendio" mientras sus casas se están quemando hasta los cimientos. Un hombre alegre ofrece 50.000 Simoleons si obtiene el permiso para lanzar fuegos artificiales (con la advertencia de que provocarán incendios en la ciudad). Las compañías tienen nombres como Taco Fillings Inc. o The Doughnut Bag Factory.
Si no te apetece toda la seriedad de la planificación y el gobierno de la ciudad y de ir desbloqueando más cosas, puedes poner el modo sandbox. Aquí te dejan un terreno vacío, un millón de Simoleons para invertir y un árbol de tecnología completamente desbloqueado. Eres libre de hacer lo que te apetezca: puedes acabar con un estruendoso déficit, pero con algo de ingenio a lo mejor das con el origen de una súper ciudad.
Y luego está la integración con Origin. Sim City requiere una conexión a la Red para jugar, y si pierdes tu conexión con Origin, te echan del juego de forma casi inmediata. A lo mejor las circunstancias eran algo extraordinarias como estábamos jugando una versión previa del producto, pero unas cuantas veces durante nuestro tiempo de juego nos dieron la patada y nos relegaron a comenzar otra vez en un cliente Origin poco o nada cooperativo. Esperamos que esto ya esté arreglado para el lanzamiento de hoy, porque hay pocas cosas más puñeteras que no poder disfrutar tu juego por problemas con el servidor.
Sim City es un placer excepcionalmente bien diseñado y presentado, en el que todo funciona con la precisión de un reloj suizo. Te verás inmerso en el juego desde la primera hora, y todo encaja de forma tan intuitiva que nunca tendrás dudas sobre qué puedes hacer ni sobre cuáles son tus distintas (y muchas) opciones. Es un juego ambicioso, pero me habría gustado que Maxis hubiera apuntado un poquitín más alto y hubiera hecho el juego algo más amplio, porque queda una ligera sensación de potencial sin realizar. A pesar de que el resto del paquete sea indudablemente formidable.