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Sekiro: Shadows Die Twice

Sekiro: Shadows Die Twice - impresiones Gamescom

El último título de From Software tiene buena pinta. Pudimos jugar a la demo en la Gamescom.

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Creíamos que los títulos de FromSoftware se nos daban muy bien, pero, a pesar de esa confianza, cuando nos llegamos a Activision en la Gamescom nos pusimos muy nerviosos. Luego vimos que no eran miedos infundados, porque, se podría decir que, durante esos treinta minutos nuestra partida destacó por el espectáculo de sangre y muerte (sobre todo, muerte) que dimos con uno de los primeros enemigos de la demo.

En Sekiro: Shadows Die Twice llevamos a un Samurai que está en una misión de rescate. Hasta el momento, no sabemos mucho más que eso, pero durante la demo nos fijamos en los entornos que se presentaban, y entre ellos, había un templo bastante fortificado en el que había que colarse. Podíamos colgarnos de ramas altas, ver la nieve caer, y casi escuchar el eco de los crujidos que hacían los pasos al otro lado de esos muros tan altos. Era una escena muy bonita de presenciar y, en muchos aspectos, era lo contrario a esos escenarios oscuros y sofocantes a los que estamos acostumbrados, del tipo de Bloodborne y Dark Souls.

Sekiro: Shadows Die Twice
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Es importante recordar lo que diferencia a Sekiro: Shadows Die Twice de otros títulos del mismo estudio: un ritmo más rápido, un personaje especialmente ágil, un enfoque más táctico, y la habilidad de llegar en mejores condiciones a cada enfrentamiento con uno de los enemigos más abominables del juego. Todo esto supone un cambio en modo en que Hidetaka Miyazaki suele diseñar sus títulos. Nos sentimos rápidos y nos movíamos con facilidad. Al principio de la demo aprendimos que podíamos matar a ciertos enemigos con un simple golpe si hacíamos un ataque sorpresa. Teníamos el poder, y nos encantó tenerlo, usarlo, saborearlo. Poco después, conocimos a un enemigo, el General Samurai, así que fuimos a por él con toda la fuerza que pudimos reunir. No hace falta decirlo, pero nos mató. Muchas veces.

Cabe señalar que la muerte no es el final, ya que Shadows Die Twice tiene una mecánica en la que el jugador puede reanimarse a sí mismo después de muerto. Pero, tened en cuenta que solo se puede hacer una vez. En esos momentos la muerte nos plantea una cuestión interesante: ¿cuál es el mejor momento para revivir? Algo que parece una buena idea es esperar a que el enemigo dé la espalda a un cuerpo (aparentemente) sin vida. Lo que está claro es que tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de utilizar esta segunda oportunidad, porque si ya hemos vuelto del otro lado una vez, no podremos volver a hacerlo hasta más adelante, y entonces, se llevará a cabo un sistema de reinicio más tradicional.

Los dos elementos que nos dejan claro que este es un juego totalmente nuevo son la posibilidad de saltar y el uso del gancho. Como ya sabréis, en Dark Souls y Bloodborne estamos pegados al suelo, así que la habilidad de saltar es un elemento que agradecemos muchísimo, y que modifica la fórmula de From. Este cambio implica que ahora vamos a ser capaces de alcanzar lugares que, si no, habrían sido totalmente inaccesibles, y que podremos llevar a cabo planes ingeniosos para evitar a los enemigos, e incluso buscar secretos ocultos. También tenemos la posibilidad de escabullirnos de la batalla con un enemigo si vemos que la cosa no va como nos gustaría. En la demo no había mucho margen para movernos por la zona, pero suponemos que va a ser una parte importante del juego, una vez que esté terminado y que, seguramente, también sea un factor clave en algunas batallas contra bosses. Por cierto, vimos un par de ellos durante la demo, después del encuentro con el General Samurai, y entre ellos había una serpiente gigante y un monje corrupto. La verdad es que los dos imponían bastante.

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Aunque es verdad que Sekiro: Shadows Die Twice tiene un aire a los otros títulos de FromSoftware, hay algunas diferencias esenciales. No hay un medidor de resistencia, por ejemplo, ni para nosotros ni para los enemigos. En su lugar, todo el sistema de combate depende de la postura. Hay un medidor al que hay que estar atento en todo momento mientras usamos la espada. Tenemos que conseguir que el enemigo pierda el equilibrio mediante ataques y bloqueos. Poco a poco, después de haber hecho que nuestro oponente pierda su postura, podremos poner fin al combate con un ataque que infringirá un daño extraordinario. Por lo general, hay muchas más cosas a la hora de luchar y, aunque en la demo, el combate era limitado, después de todo esto, no nos cabe duda de que nos vamos a encontrar con algunos enemigos muy fuertes que supondrán un gran reto.

Aquí todo va más rápido, la forma en la que nosotros atacamos y la forma en la que los enemigos nos devuelven los ataques. La esencia de Shadows Die Twice es el acero contra acero. En general, vamos a tener que dar por hecho que la resistencia va a ser muy agresiva y que los reflejos van a ser la fina línea que separen la vida de la muerte. Por suerte, además de nuestra digna espada, podemos incorporar modificaciones prostéticas a ese misterioso brazo mecánico que tenemos.

Sekiro: Shadows Die Twice

El sistema se parece bastante al de armas de truco de Bloodborne, con la diferencia de que ahí las prótesis no están incorporadas directamente a las armas. Por ejemplo, había un ataque que era un lanzallamas, y lo combinamos con una mejora para poder prender fuego a la espada. Más tarde, durante la demostración de los desarrolladores, también vimos que podíamos tener un hacha en el brazo. Por supuesto, predecir exactamente cómo se profundizará en esta mecánica en el juego final es difícil, pero en esta primera etapa parece que Sekiro: Shadows Die Twice cuenta con más opciones y más tácticas que otros juegos de From Software

Aunque justo al principio de la demo nos dejaron fuera de combate y nos mataron, después conseguimos acostumbrarnos al sistema, y la verdad es que avanzamos un poco. Más adelante, acabamos yendo por una zona secreta y nos desviamos del camino principal, pero no llegamos a verla porque se nos acabó el tiempo... Nos habría gustado ver más. Nos habría gustado explorar el mundo, morir, gritar, morir otra vez, y descubrir más bosses horribles, aparte de los que ya nos habíamos encontrado. Ahora solo tenemos preguntas, pero nos da la sensación de que Sekiro: Shadows Die Twice podría ser el mejor de los juegos que FromSoftware ha desarrollado hasta la fecha.

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