Muchas veces los críticos de videojuegos debemos enfrentarnos a la dura realidad: Hoy en día es imposible jugar a todo los lanzamientos que llegan cada año, cada mes, o incluso cada semana. Analizar a un videojuego es una inversión de tiempo muy elevada, con una reflexión en paralelo y posterior que, en muchos casos, se convierte en una encrucijada donde hay que elegir entre varios caminos. Y dependiendo del camino que escojas, tu percepción sobre la calidad o el impacto que esos juegos tengan sobre ti.
Ahora que nos acercamos a la recta final de este 2024, y con la temporada de premios a la vuelta de la esquina, es la última oportunidad para recordar o poner sobre la mesa de nuevo aquellos títulos que merecen estar en las nominaciones y que no tuvimos forma de jugar en su día, y de los que tampoco queríamos dejar sin dar nuestra opinión. Por eso aproveché un par de tardes más relajadas para sentarme junto a mi hija pequeña frente al televisor y abrir este cuento que es The Plucky Squire (El Escudero Valiente). Y durante nuestra aventura con el aventurero Jota me di cuenta de las muchas bondades que tiene este juego, y también de alguna escena que me hizo arrugar el gesto pensando en que, quizá, si All Possible Futures quiere iterar sobre esta fórmula que han imaginado en el futuro, dejar un par de aspectos que revisar.
Esta es mi crítica (no oficial) sobre El Escudero Valiente, contada desde los aspectos que más me han gustado, y los que quizá no tanto.
La primera pregunta, tras esta presentación, es obvia: ¿Por qué has elegido ahora visitar este El Escudero Valiente? En mi caso, era un título que esperaba mucho para poder compartirlo en familia. No son tantos los puntos en los que mis gustos y los de un niño pequeño coinciden, pero si en algo estuvimos de acuerdo tras ver el tráiler de anuncio es que el apartado artístico es sensacional.
Es precioso, y además es para toda la familia. Un título cálido y acogedor, lo mires por donde lo mires. Su estilo artístico y narrativo como cuento infantil lo convierten en un regreso a la infancia y en una nueva forma de entender los videojuegos con un elemento conocido de nexo, que son los cuentos de iniciación a la lectura. Tanto Jota como sus amigos Violeta, Crash, la oruga Morfema o Barbaluna están pensados para ser divertidos y entrañables, y lo mismo se puede decir del resto de personajes y enemigos, e incluso del gran villano Gruñonzón.
Pero una presentación bonita no es suficiente para sostener mucho en el tiempo a un juego. Afortunadamente, para una aventura como la de El Escudero Valiente sus creadores en All Possible Futures eligieron bien los "padrinos" que sirvieron como inspiración para su jugabilidad.
La vista aérea inmediatamente nos retrotrae a las aventuras clásicas (bueno, y no tan clásicas) de la serie The Legend of Zelda, y en las ocasiones en las que Jota sale del cuento para recorrer el escritorio de su dibujante, Max, y salta entre post-it y trozos de papel alternando 3D y 2D es algo muy bien extraído de Super Mario Odyssey.
Pero no solo de Mario y Zelda bebe El Escudero Valiente. Los homenajes a otros clásicos de los videojuegos también estan presentes en los combates contra los jefes de capítulos, a los que debemos enfrentarnos en minijuegos. Punch Out! solo es el primero de ellos, pero seguro que los más avispados habrán encontrado otras referencias como los cañones barriles de Donkey Kong Country, elementos que recuerdan a otros 'party games' como Mario Party, RPG por turnos, e incluso fases shoot'em up como si salieran de Fantasy Zone o Defender II.
La inclusión de estas pequeñas fases dentro de la narrativa general enriquece no solo por ofrecer algo distinto, sino también para ser un primer acercamiento a otros estilos de juego distintos para un juego con un espectro de edad tan amplio de jugadores. Quizá ningún niño conozca Fantasy Zone o Life Force a día de hoy, pero seguro que los podrán apreciar mejor una vez conozcan esa mecánica con El Escudero Valiente.
Desde que giras la primera página y hasta la conclusión del libro, El Escudero Valiente mantiene ese aire de cuento para compartir entre padre e hijos. Primero, porque es una historia infantil y amena, y segundo, porque alude a un sentido del humor muy fresco y a unos puzles ingeniosos. Más aún, cuando Jota salta de las páginas del libro a la mesa del dibujante.
Es en ese primer momento, cuando Jota se da cuenta de que es un personaje de cuento, cuando la cuarta pared salta en pedazos y un humor más maduro emerge sutil entre los diálogos de los personajes. El cómo obtienes el arco tras convencer a una carta Magic de que te lo dé es genuinamente divertido y, de nuevo, una forma estupenda de mostrar un mini combate por turnos y un diálogo digno de una aventura gráfica de Sierra o LucasArts. En esos momentos es cuando el niño grande también sonríe y se deja llevar.
Esto no es una queja sobre la duración general de los títulos en la actualidad, pero sí una decisión de diseño que aplaudo y agradezco. Como dije al principio, fueron dos tardes las que me llevó completar el Escudero Valiente, y creo que saber contar con tan buen ritmo su historia contribuye a hacerla más memorable que habiendolo cargado de coleccionables o contenido "de relleno".
También me gustó mucho el diseño de las páginas, el cómo debes viajar de una a otra, por dentro o por fuera del libro, para ir resolviendo los puzles, pero sin que se haga pesado o tedioso en ningún momento. Nada te llevará más de tres o cuatro minutos, lo que te hace mantener la atención en resolver el puzle sin perderte en detalles.
A pesar de las muchas luces que tiene, hay algunas partes que brillan menos en El Escudero Valiente. Nada que me haya puesto en un aprieto, ni ningún desliz técnico, ni nada que haya estropeado la experiencia en conjunto. Pero sí que hay cosas que siento que se podrían haber resuelto de otra forma.
Para empezar, los controles en el minijuego del arco no me han gustado nada, y el sistema de apuntado y sensibilidad del puntero no parecen cuadrar con lo que te pide el juego en rapidez y precisión. También hay ciertas animaciones de golpear en las secciones de desplazamiento lateral en las que al golpear Jota se mueve ligeramente hacia delante, y te puede hacer caer o recibir un golpe gratuito del enemigo.
El sigilo tampoco me ha parecido demasiado bueno, y más cuando hay momentos en que no llevas tu plumín/espada y no puedes luchar contra los enemigos, teniendo que repetir desde el mismo checkpoint una y otra vez.
Como ves, son apreciaciones menores, puede que incluso intencionales en algunos casos, que quizá me gustaría ver mejoradas si el estudio decide volver para un segundo volumen de El Escudero Valiente. Un juego que agradezco haber podido compartir en familia y que considero una de esas pequeñas joyas a destacar de un sobresaliente 2024.