Análisis de Rime para Nintendo Switch

Hemos logrado llegar a una situación en la que los videojuegos parece que no caducan, o al menos que los lanzamientos escalonados se respetan más por parte de un público que ha aprendido a no flagelarse si su vecino tiene el juego tres meses antes. Si es bueno, lo será tanto en mayo como en noviembre, una teoría que por supuesto aplica también a Rime ahora que se estrena en Nintendo Swtch.

Ha pasado muy poco tiempo desde que os trajimos nuestro análisis de la versión para PlayStation 4. Nuestro compañero Alberto Garrido os habló de una aventura sobresaliente y fuera de la común, en la que una misteriosa trama va atrapando al jugador mientras su calidad artística lo embelesa hasta que no sabe cómo soltar el mando. Unas cuantas horas de exploración libre e intuitiva con muchos puzles sin exceso de complicaciones perfectamente planteados para que nunca le falte ritmo.

Tequila Works, el estudio español que lo concibió, ha recibido el apoyo de un equipo con mucha cercanía a Nintendo en este 'port'. Tantalus se ganó el respeto por sus adaptaciones a Wii U de Mass Effect 3 y The Legend of Zelda: Twilight Princess, así que parecía una buena candidata a seguir la racha con versiones para su sucesora. Pero si Sonic Mania ya presentó algunos problemas técnicos, lo que han hecho con Rime está entre el mérito y el desastre, lo que nos obliga a volver a pasar esta obra por la lupa.

No hay novedad alguna en la versión para Switch excepto la posibilidad de jugarlo como portátil (usa la vibración HD, pero es corriente). Una particularidad muy atractiva a simple vista, que ha resultado en ser una auténtica pesadilla. Sea culpa de la potencia limitada de la consola, especialmente en este modo, o de una mala optimización, el aspecto visual es muy pobre. Empezando por del protagonista, cuya capa se parece por momentos más a una tela en píxel-art y sus movimientos son aún más toscos.

Ni la reducción de la resolución a un máximo de 720p que nunca alcanza, ni la reducción de la distancia de dibujado ni la simplificación de la iluminación evitan que el juego se mueva a tirones. Algunos tan acusados que hasta parece que pierdes momentáneamente la imagen. Y tan repetidos que son difíciles de ignorar. Por suerte, y gracias a sus mecánicas sencillas, no afecta a la jugabilidad. Bugs no hay, para ser sinceros, eso sí está bien trabajado.

La única forma de considerar Rime para Nintendo Switch como una opción válida es si se plantea en formato sobremesa. En este caso todos los defectos anteriores persisten, pero se reducen a unos niveles que podríamos considerar aceptables. La caídas de fotogramas por segundo van por zonas, y la resolución 720p y nitidez de la imagen alcanzan el mínimo en el que los destellos brillantes de Tequila son apreciables. Aunque la iluminación ha perdido riqueza, siguen funcionando los contrastes como en el original y es capaz de fascinar en algunas salas oscuras. Por último, el pop-in no queda tan mal en un mundo como este, en el que no sabes qué es fantasía y qué es realidad.

El problema de todos estos fallos técnicos no se resumen en que afecten a la partida y te puedan matar como si se tratara de una caída de fps en un shooter o que no puedas disfrutar de unos personajes y entornos hiperrealistas. Es, como el propio juego, algo más abstracto. El problema de estas deficiencias técnicas es que derivan en una falta de naturalidad que afecta a su esencia. Como os comentaba nuestros compañero Alberto, Rime es un videojuego emocional. Gran parte de su éxito es lograr que el jugador empatice con un personaje del que ni siquiera sabe su nombre, tampoco su pasado o sus objetivos, y así es mucho más difícil lograrlo.

No sabemos si Tequila o Tantalus están trabajando en algún parche para Rime que solvente algunos de los defectos, pero en este caso es más que necesario para que esta versión se pueda considerar al nivel de las demás. Tal y como lo hemos jugado, en su modo portátil no es recomendable, y solo se salva que conectado a la televisión porque sí consigue parecerse a lo que debe ser, aunque sea sufriendo. Si estáis pensando en jugar Rime, adelante, pero mejor en otra de las tres plataformas en las que está disponible o, si es en Switch, que sea en modo sobremesa.