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Ride 3

Análisis de Ride 3

2018 ha sido un buen año para las motos y Milestone quiere seguir demostrando su dominio sobre el asfalto.

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Hay pocas sensaciones tan intensas como conducir una moto de competición. Abrir gas, notar el empuje en todo tu cuerpo y acoplarte a su silueta para ser uno con ella. En muchos sentidos, la tercera entrega de la franquicia Ride se acerca a esa sensación en su búsqueda de la mejor simulación posible, aunque le haya faltado un poco para ser completa.

Lo que nos ofrece el estudio italiano Milestone es una experiencia de conducción que opta por el realismo frente a los gustos arcade. Tienes que ser tú el piloto, por eso hay que empezar creándose un personaje avatar, que se acabará convirtiendo en un multimillonario con un hangar de aviones para poder guardar todas esas motos que vamos a ir comprando. Hay muchísimas, desde la mítica Kawasaki Ninja ZX 6R a un Triumph Daytona 675R. No las tenemos todas, pero sus creadores han licenciado 230 motos de 30 fabricantes de lanzamiento. La marca que no está presente por ahora es Harley Davidson, pero quizá sea porque no encaja, o puede que llegue en un DLC.

Como es un simulador, hay que pensar en todos esos atributos propios de estos vehículos como son peso, velocidad máxima, giro, aceleración, etc. Porque son los primeros elementos que delimitan la frenada y el paso por curva, y también la diferencia entre entrar bien o acabar empotrándose contra los protectores exteriores. Por cierto, hay mucho énfasis en la palabra "quizá".

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Ride 3 pide paciencia. Las primeras dos horas son para ir aprendiendo muy poco a poco. Son unas vueltas en las que va a pasar de todo, de todo lo malo, como caerse, empotrarse contra otros pilotos, salirse de pista y similares. Menos mal que la simulación no llega hasta la parte de salud, porque la factura del hospital hubiera sido de escándalo.

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Una vez superada esa rampa es cuando el juego empieza a ser disfrutable. A la par que se va domando la máquina, se van memorizando los primeros circuitos acorde a las necesidades de estas bestias. Puede que ya os conozcáis los 30, o al menos la mayoría de ellos, porque no faltan los Donington Park o Magny Cours. La recreación visual es impresionante, fiel a ese realismo y con un gran nivel de detalle en los elementos externos a la pista que apenas vas a mirar.

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Milestone también ha probado algo nuevo para dar un toque personal al modo un jugador y ha quedado bien. Ha escogido un estilo de revista en el que cada número cuenta la historia de un fabricante, un circuito o una clase, como por ejemplo serían motos japonesas. En las páginas de estas revistas hay carreras, y en función de los resultados se consiguen una serie de estrellas que hacen falta para ir a categorías superiores. Además, sacarse todas las de una entrega tiene como premio una moto legendaria. Tiene un poco de end-game, porque al final se abren retos especiales extra.

Hay muchas cosas que hacer y que ver en este juego que apuesta por la simulación profunda, pero con tiempo. Para tenerlo todo hay que grindear, demasiado. No hablamos de dar unas vueltas extra, sino de participar en carreras con normas variadas más allá de carrera o contrarreloj. También hay un multijugador con partidas públicas y privadas online y retos online con rankings, así que no le falta de nada. Lo que no tiene es multi local a pantalla partida.

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Los efectos ambientales también están presentes en la tercera parte de Ride. La mayor parte de las carreras son de día y con sol, pero tarde o temprano se te cruzará alguna noctura o un poco de pilotaje bajo la lluvia. Esta última experiencia es dura y, a la par, muy intensa. La moto empieza a deslizar y las salpicaduras reducen la visión y oscurecen la pantalla. Es una situación tan mala como en la vida real.

Son muchos los detalles que hacen que Ride 3 te mantenga constantemente pensando en cómo lo harías si fueras tú conduciendo por la calle. Ayuda mucho a meterse en la partida que el aspecto de las motos sea tan parecido al real. Visualmente y también sonoro, ya que la música de los momentos intermedios deja paso a un pilotaje acompañado solo del rugido de los efectos ingame.

Al acercarse a este tipo de juegos hay que estar bien mentalizados de que es un todo o nada. Un solo error, una escapada por la arena, supone perder todo el trabajo hecho en una carrera. No del todo, porque el estudio italiano también ofrece esa función de gracia tan de moda en el género que es rebobinar, que poco tiene que ver con la simulación. Como es opcional, nos parece una gran opción para quitar el miedo a nuevos jugadores.

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Otro elemento complicado de gestionar en los juegos de conducción es la dificultad, medida como la velocidad y la IA de los otros pilotos. Nos ha dejado buenas sensaciones al respecto por la forma en la que te va invitando a mejorar. También han tomado la decisión de que los rivales sean más estables que tú para no convertirlo todo en un caos al mínimo toque. Al principio cuesta ganar incluso en el nivel más fácil, pero con la práctica y las mejoras se convierte pronto en un paseo. Hasta que no subes de categoría no encuentras ese punto en el que sientes que estás compitiendo de verdad.

En general, Milestone ha construido un simulador de conducción de motos preciso, en el que hay mucho contenido por descubrir y con el que ir probando. Tiene un buen aspecto y sonido, sobre todo en lo que respecta a esas réplicas de motos reales adecuadas a la competición. Es un poco complicado, sobre todo al principio, pero se deja domar. Con sus limitaciones, Ride 3 es una buena alternativa al pilotaje sobre las dos ruedas en la vida real.

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
Buena recreación de las motos, visual y sonora. Mucho contenido. Forma curiosa y acertada de presentar las carreras.
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A veces duro. Tiempos de carga largo. Sin multijugador local.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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