Reabriendo viejas heridas, el fracaso de Concord vuelve a plantearse ante el Parlamento británico
Sony recibió el crédito por reembolsar a los consumidores, pero el juego se sacó a colación en relación con cuestiones más amplias sobre los juegos como servicio y los derechos de los consumidores.
En los últimos años, los jugadores han tenido que acostumbrarse a la idea de que comprar un juego no significa necesariamente que sea de su propiedad. Atrás quedaron los días en que todo lo que necesitabas para jugar estaba en un disco, y esto puede significar que algunos juegos sean simplemente robados a la gente con muy poco aviso, y muy poco que puedan hacer al respecto.
Este tema salió ayer a colación en el Parlamento británico, donde un diputado se refirió a juegos como Concord, Anthem y The Crew al elogiar una nueva ley que entró en vigor a principios de año. "Sé que Sus Señorías estarán de acuerdo en que cuando los editores no dejan clara la vida útil de un juego en el punto de venta, deben rendir cuentas. Por eso acojo con satisfacción el refuerzo de la protección de los consumidores, incluida la Ley de Mercados Digitales, Competencia y Consumidores de 2024, que entró en vigor a principios de este año. Esta legislación exige acertadamente a los comerciantes que proporcionen información clara, oportuna y precisa a los consumidores, incluida la longevidad y funcionalidad de los productos digitales", dijo el líder del debate, el diputado Ben Goldsborough (vía Eurogamer).
"Los jugadores siguen teniendo un profundo sentimiento de posesión personal, porque invierten algo más que dinero. Invierten tiempo, esfuerzo, imaginación y amistad. Cuando un juego cierra sin previo aviso, esa inversión se pierde", añadió.
La ley mencionada podría obligar a los comerciantes a proporcionar información clara y precisa sobre los productos digitales, pero será interesante ver hasta qué punto afectará realmente a la industria de los juegos. Los juegos son impredecibles. Concord Por ejemplo, la industria de los videojuegos, que planeaba una hoja de ruta con meses, si no años, de antelación, se dio cuenta de que podría enviar correos electrónicos individuales a los jugadores con las actualizaciones previstas para el juego. Es muy difícil para un desarrollador decir "sí, daremos soporte a un juego durante x tiempo", porque entonces podrías estar alargando un título más allá del punto en el que a la gente deja de importarle, o estar cortándolo en su punto álgido.
Es interesante ver cómo los legisladores empiezan a entender mejor los juegos como industria. Todavía no hemos superado los días de miedo a los juegos, pero el movimiento Stop Killing Games (al menos en Europa) parece haber hecho que los parlamentarios y otros cargos electos sean conscientes de que a veces se trata injustamente a los consumidores al arrebatarles posteriormente los productos que compraron.







