Randy Pitchford es uno de esos directivos irreverentes que se sienten cómodos con la polémica y no tienen miedo al foco mediático. Salpicado por todo tipo de demandas y escándalos, desde económicos a pornográficos, suele salir bien parado de todas ellas. Como acaba de ocurrir con la acusación más grave de todos los tiempos, la demanda del exabogado de Gearbox Wade Callender de desvío de fondos de la compañía a cuentas propias por valor de 12 millones de dólares.
Porque un tribunal de los Estados Unidos ha desestimado la acusación, como cuenta Business Insider. Ha estimado que, revisadas las pruebas, exonera "a Randy Pitchfor de las acusaciones contra él". Y también ha sido capaz de cerrar la brecha antes de que fuera a mayores, pues lo poco que ha trascendido es que se han pedido disculpas mutuamente, han llegado a un acuerdo y ninguna de las partes va a hablar más del caso.
La sentencia data del pasado dos de octubre y permite al presidente de Gearbox centrarse en lo que más debería ahora, conseguir que el recién estrenado Borderlands 3 siga vendiendo.