Primeras impresiones con Horizon Call of the Mountain: Me he quedado con la boca abierta

Empieza borroso. Puedo ver los contornos de dos personas, pero no mucho más. Por suerte, no se trata del infame efecto de puerta de pantalla del PSVR original, sino de un saco colocado sobre la cabeza de nuestro protagonista, Ryas, un Carja Sombrío capturado por otro Carja. No tarda mucho en quitarse el saco de la cabeza, lo cual es de agradecer, ya que el inicio de Horizon Call of the Mountain es tan devastadoramente bello que casi habría sido un pecado capital perdérselo.

La introducción tiene lugar en una canoa y, aparte de mirar a tu alrededor, no tienes forma de interactuar con el mundo del juego. En su lugar, este inicio se inspira en los clásicos como Half-Life y Bioshock, que te dan una idea del tipo de lugar en el que vivirás en las próximas horas. Este enfoque puede parecer un poco extraño dado lo bien que conocemos el mundo de Horizon a estas alturas, pero con la realidad virtual la visión del futuro distante de Guerrilla se transforma en un lugar muy diferente. La vegetación parece más frondosa, con helechos que gotean diminutas gotas de rocío; las montañas circundantes parecen más grandes e imponentes, y los pequeños detalles, como las hojas que se agitan con el viento y los diminutos animales que se arrastran, son mucho más perceptibles.

Lo más impresionante de todo son, por supuesto, las máquinas. Siempre han sido uno de los mayores atractivos de Horizon y aquí son más impresionantes que nunca. Los pequeños Vigías parecen ahora amenazas reales y la visión de un Chascafauces en el río es realmente inquietante. Pero el momento realmente impresionante es el encuentro con un Cuellilargo que casi destruye la canoa. La enorme máquina es un espectáculo digno de contemplar y los temblores provocados por sus pasos se sienten de verdad gracias a un excelente uso de la retroalimentación háptica de los mandos y los auriculares. La frecuencia de los encuentros con la máquina en la apertura puede resultar un poco recargada en comparación con el resto de la demo, pero si se juzga de forma aislada es una fantástica introducción al mundo.

De este modo, Horizon Call of the Mountain tiene un gran comienzo sin ni siquiera entregarte las riendas, pero a los cinco minutos es adiós canoa y hola control total. Ryas se separa de sus captores y se dirige hacia el asentamiento más cercano. Esto implica una mezcla de disciplinas clásicas de la VR, como la escalada, la exploración y el combate con arco. La escalada funciona como cabría esperar en realidad virtual, agarrándote a salientes y lianas. Guerrilla y Firesprite no pretenden replantear la mecánica, pero funciona muy bien, que es más de lo que se puede decir de muchos otros títulos en VR, y ofrece a los dos estudios una forma de mostrarte una vista preciosa tras otra cada vez que alcanzas una nueva cima.

Tras escalar montañas y buscar entre cabañas y campamentos, llega el turno del combate. El único encuentro de la demo es un duelo con un Vigía. El combate es diferente de lo que cabría esperar, ya que tu libertad de movimiento se reduce a moverte a izquierda o derecha en círculo. Resulta un poco restrictivo, pero tiene la ventaja de que te permite centrarte en apuntar con precisión con tu arco, que, por cierto, es fantástico de usar. El sistema da al combate una sensación de duelo más que de gestión de multitudes, y estoy deseando ver cómo resultan los demás encuentros contra máquinas más complejas.

Tras la victoria, un par de mordiscos a una manzana curativa y otra escalada más, la demostración concluye con una vista de un asentamiento Carja en llamas rodeado de montañas cubiertas de nieve. Una vista impresionante con consecuencias que aún no entiendo.

Puede que los primeros treinta minutos de Horizon Call of the Mountain no prometan un juego que impulse la realidad virtual del mismo modo que lo hizo Half-Life: Alyx, pero es increíblemente bonito y parece sólido desde el punto de vista mecánico. Y el arco es simplemente genial. Tengo curiosidad por ver cómo evoluciona la jugabilidad y si Guerrilla y Firesprite consiguen contar una historia atractiva cuando el juego llegue dentro de tres semanas.