La Championship Edition DX de Pac-Man, una versión del clásico juego arcade con toques de neón, se lanzó originalmente en XBLA en 2010. En Windows Phone salió el año siguiente, y Steam hace dos años. Ahora es cuando llega a dispositivos iOS y Android, y nos da la excusa perfecta para probar el juego de nuevo.
El juego divide sus tres modos en varios circuitos que, junto con los retos adicionales, hay que desbloquear a medida que vas progresando. La mayoría son distintos Time Trials (retos contrarreloj), que requieren recoger Frutas que aparecen al final de las líneas de puntos que terminas de devorar antes de que se acabe la cuenta atrás. También está el Ghost Combo, en el que tendrás que comerte tantos Fantasmas como puedas en el menor tiempo posible.
Pero el verdadero gancho del juego es el Score Attack. Empieza como algo muy básico: en cada pantalla hay una pequeña cantidad de puntos que comer y un par de Fantasmas que hay que evitar. Pero cuando acabas con los puntos, una ola pixelada arrasa la pantalla y cambia su disposición, con patrones de puntos más complejos y un mayor número de Fantasmas. La velocidad empieza a aumentar y con ella, la dificultad.
Es un juego frenético, pero los contadores de las carreras las miden en rachas de 3 y 5 minutos (y algunos Time Trials rondan los 30 segundos), lo que lo hace perfecto para jugar en móvil. Los controles son básicos, deslizar el dedo en cualquiera de las cuatro direcciones cambia la ruta que sigue Pac-Man y juntar dos dedos deslizándolos sobre la pantalla activa bombas, por lo que es apto para jugar con una sola mano. Hay un momento de cámara lenta integrado cuando te aproximas a un Fantasma, y una 'hitbox' (zona de impacto) generosa que te permite pasar por el estrecho hueco que queda junto a los Fantasmas y girar las esquinas hasta estar a salvo. Ambos son cruciales para que el juego parezca equitativo cuando juegas en un móvil, porque el control táctil no parece tan rápido como mover un 'stick' o pulsar un botón.
Aun así, sigue siendo una versión refrescante y moderna de este clásico, y vale la pena pagar su precio.
Si te encanta Pac-Man, siempre es mejor conocer a su creador que ir a ver la película Pixels.