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Oreshika: Tainted Bloodlines

Análisis de Oreshika: Tainted Bloodlines

Un J-RPG de los de siempre, pero con los suficientes cambios para ser disfrutado ahora.

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Si algo tiene el catálogo de PS Vita es que es una caja de sorpresas. Hay relativamente pocos juegos llamativos, o grandes producciones si queréis llamarlo así. El verdadero grueso de la oferta de la hermana pequeña de PS4 se encuentra entre lo que pasa sin hacer mucho ruido, pero que no por ello puede ser tachado de tener menor calidad. Oreshika: Tainted Bloodlines es uno de esos juegos.

Aunque parezca que hablamos de una franquicia nueva, el juego es una secuela de Ore no Shikabane, un título original de PSX que salió a finales del siglo pasado. Como Oreshika, sendos juegos ofrecen un planteamiento muy japonés, casi de novela interactiva. Pero cuando toca ponerse a jugar, este J-RPG de PS Vita tiene poco que envidiarles a otros títulos para portátiles.

Oreshika: Tainted Bloodlines

En el año 1118, Kioto es destruida parcialmente. Sin comerlo ni beberlo, una familia de samuráis que no tiene nada que ver con lo acontecido, es culpada del desastre y destruida. Por suerte, los dioses no se quedan quietos ante semejante injusticia y hacen renacer a algunos de sus miembros, con el propósito de que la venganza se lleve a cabo. Como historia no es la panacea, pero tampoco es la típica fábula de héroes que deben salvar el mundo a la que nos tiene acostumbrados el género.

Es original principalmente porque la bendición divina viene con un hándicap, y es que los miembros renacidos no viven más de dos años ni pueden reproducirse con humanos. Eso significa que, además de ir trazando el plan para vengarnos de quién nos culpó de la masacre de Kioto, debemos hacer que el clan siga adelante teniendo en cuenta el tiempo.

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Dejando a un lado la cantidad habitual de cuadros de diálogo que suelen tener los juegos de sangre nipona, es momento de hablar del sistema de combate. En cada desplazamiento más allá de nuestra casa, llegamos a zonas planteadas como el típico fortín mazmorrero y laberíntico. La gracia de estos entornos es que están generados procedimentalmente. Toca ir navegando por distintas habitaciones, algunas bastante clónicas, para ir encontrando llaves, escaleras, cofres y demás.

Oreshika: Tainted BloodlinesOreshika: Tainted Bloodlines

La frecuencia de los combates no es aleatoria, los enemigos aparecen en pantalla antes de desplegarse la interfaz de batalla. Y aquí es donde entramos en el punto fuerte del juego. Pese a desenvolverse en un sistema de turnos típico, Oreshika: Tainted Bloodlines establece líderes en cada bando. Si estos son eliminados, se acaba el combate. Si otro miembro es derrotado, muere para siempre. El juego no sólo acoge elementos interesantes como el planteamiento 'rogelike', también te hace estar pendiente de un miembro por encima del resto.

Aparte de los comandos habituales, cada personaje puede aconsejar realizar ciertas acciones. Son decisiones que afectan a la confianza en el grupo, y se refleja en la eficacia en combate si decidimos aceptarlas o no. Para los combates menos complejos existe la opción de habilitar la lucha automática, pero no es un sistema aconsejable contra enemigos más rudos.

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El tiempo, un factor clave

Desde un buen principio, Oreshika nos dice cuánto tiempo queremos dedicarle al juego. En función de la opción decidida, el tiempo transcurrirá con mayor o menor velocidad, los combates serán más difíciles y los personajes mejorarán antes. Además de ser un elemento que permite adaptar a tu gusto el tipo de experiencia que quieras tener, también se adapta al tiempo que cada uno tiene para jugar.

Pero la verdadera importancia del tiempo recae en las horas del juego. Habrá que tener en cuenta la descendencia, procurar que los nuevos hereden los rasgos fuertes de sus progenitores y que continúen con la histórica venganza de la familia. No es fácil, e incluso si descuidamos a algún heredero puede hacer las maletas. Es un sistema que te hace valorar a la familia en sí, no hay protagonismo individual si no éxito colectivo.

Veredicto

Oreshika: Tainted Bloodlines es un juego que se adapta a tus necesidades. Es un J-RPG bastante profundo, en especial teniendo en cuenta que sale de una portátil y que no es una producción mayor. Hay que saber conectar con sus gustos, apreciar el folclore japonés, conectar con un desarrollo cíclico de la historia y ser un amante de los juegos mazmorreros. Aceptando esas convenciones y un largo y denso tutorial, Oreshika es un buen juego, pero no está hecho para todos los paladares.

Oreshika: Tainted BloodlinesOreshika: Tainted Bloodlines
07 Gamereactor España
7 / 10
+
Sistema de combate original con muerte permanente y líderes en cada bando. Gestión del tiempo y las generaciones.
-
Denso tutorial. Abusa del elemento mazmorrero. Voces en alemán, francés e inglés.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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