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Análisis de Onde

Una aventura visual y auditiva a través de mundos de lo más psicodélicos.

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Con los pocos juegos de peso que se avecinan en eta temporada, es buen momento para salirse de la zona de confort y mirar un poco más allá de lo habitual. Así es como me aventuré en Onde, un "plataformas de surfear el sonido", tal y como lo describen sus desarrolladores. Lo que me atrajo inicialmente fueron sus tráileres, vídeos en los que las coloridas imágenes y la relajada banda sonora me hicieron pensar que podría ser un juego relajante, ideal para desconectar tras un día ajetreado. Y no es eso, es más.

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A nivel de mecánicas, Onde es un juego de plataformas y puzles en el que manejas a una especie de brizna que se adhiere a unas esferas que hacen las veces de plataformas. La mejor manera de jugarlo, desde luego, es con un mando. La entidad que manejas está compuesta por cuatro botones que representan, exactamente, los cuatro botones de un mando. Cada uno de ellos se adelanta a ti, a menudo, para anidar en otras esferas. Pulsando el botón correcto, se desencadena una onda esférica a la que se puede adherir tu brizna. Así se lleva a cabo el movimiento básico en este mundo, creando pulsos que empujan o tiran de tu "protagonista" mientras se generan sonidos cada vez que hay un pulso o se toca una nueva esfera.

Los sonidos que haces mientras te mueven se complementan con la música que suena de fondo. La sinfonía resultante es uno de los aspectos más destacados de Onde. A veces, la música es ligera e invita a seguir un patrón de movimiento más enfocado a explorar; pero puede que todo cambie repentinamente y se vuelva sombrío y peligroso cuando te adentras en una parte oscura del mundo. No lo había mencionado, pero durante la partida vas a estar esquivando constantemente a la oscuridad. Me gusta, y mucho, que los movimientos y el ritmo del sonido varíen tanto. Pueden ser lentos y cautelosos o increíblemente rápidos y melódicos, llevándote a montarte sobre plantas o criaturas, hechas de esferas que parecen pequeñas sanguijuelas, como si estuvieras en una montaña rusa. Los sonidos, que en parte se deben a tus acciones, son una delicia para los oídos, llegando a recordar en ocasiones a las composiciones del griego Vangelis.

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El apartado gráfico del juego también apuesta por ese aire envolvente, llevándote desde lo que parece una profunda cueva subterránea hasta primitivos océanos llenos de vida, o incluso al espacio exterior. Es una experiencia casi psicodélica a la que, de nuevo, los cambios de ritmos a nivel de escenarios confieren un toque enriquecedor. Jugar a Onde parece una aventura, porque experimentas muchas emociones diferentes gracias a la combinación de los sonidos, los colores y los efectos visuales. Esto me demuestra que no hace falta una historia complicada, toneladas de diálogos o personajes reales como la vida misma para sentir una experiencia real al jugar a un videojuego. El único "pero" que puedo ponerle es que el final es algo decepcionante porque carece de esa chispa que da tanta vida a otros momentos del juego.

En cuanto a la dificultad, creo que las plataformas, puzles y la atmósfera generalmente relajada encajan bien. A veces te complicará un poco las cosas, pero nunca hasta el punto de llegar a la frustración. El movimiento es desafiante, ya que las esferas no solo tiran de ti, a veces te empujan o te catapultan. Además, hay algunas esferas y zonas oscuras que pueden matarte, lo que exige prestar más atención. Hay momentos en los que te puedes sentir verdaderamente desconcertado. Tardé bastante en descubrir cómo moverme a través de una enorme y palpitante esfera verde, cada pulso me echaba atrás y no parecía haber forma de avanzar. Cerca del final del juego, el componente 'plataformero' eleva bastante su dificultad, con saltos complicados entre esferas, en sintonía con los acontecimientos y la emocionante atmósfera que se vive en ese momento.

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En conclusión, Onde es un juego de plataformas relajante que ofrece una aventura visual y auditiva muy bien elaborada. La combinación de sus coloridos mundos, la hermosa música, la lograda atmósfera y un gameplay desafiante hacen de este un juego con un enorme atractivo. Jugar a Onde te conmueve y es capaz de brindar una experiencia ligeramente distinta a cada persona. Tardé unas 4 horas y media en completarlo, un par de tardes, así que es perfecto para esa desconexión a veces tan necesaria entre tanto triple A. Hazlo, te sorprenderá.

09 Gamereactor España
9 / 10
+
Genial apartado musical y visual. Es muy relajante. Desafía en su justa medida.
-
Usar mando es casi obligatorio. El final es algo decepcionante.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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