Los legisladores noruegos han aprobado un controvertido proyecto de ley que permite la construcción de centrales hidroeléctricas en ríos previamente protegidos, desatando la indignación de los conservacionistas que argumentan que la decisión amenaza las prístinas vías fluviales y la biodiversidad de Noruega.
La nueva ley permite construir centrales eléctricas de más de 1 MW en zonas protegidas si los beneficios sociales se consideran "significativos" y los daños medioambientales "aceptables", una medida que, según los grupos ecologistas, dará lugar a interminables batallas legales sobre el aprovechamiento de los ríos.
Los partidarios insisten en que los criterios de aprobación siguen siendo estrictos y que cada proyecto se evaluará cuidadosamente, pero los críticos sostienen que el gobierno se ha apresurado a tomar la decisión sin realizar suficientes consultas públicas ni estudios de impacto, dejando en peligro los famosos fiordos y la vida salvaje de Noruega.
Los partidos y activistas de la oposición ya han movilizado protestas, reuniendo miles de firmas para exigir que se revoque la decisión. Por ahora, queda por ver cómo se desarrollará este cambio de política.