Esta semana, Nintendo Switch estrena exclusiva y no es una cualquiera. Es una de esas extrañas que va dirigida al nicho, pero que sientan bien al catálogo, esas que Nintendo y Sony pescan habitualmente cada generación. Hasta que abres el título y descubres que no está todo lo bien hecho que debería, como os cotamos en el análisis de Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise.
En este juego de investigación policíaca paranormal, que bien podría ser la visión Swery65 de Twin Peaks, lo de tener un aspecto técnico arcaico se le ha ido de las manos. En los espacios de mundo abierto, la imagen no fluye bien por los bajones de fotogramas por segundo frecuentes que sufre. Es el típico problema por el que los estudios se apresuran a pedir perdón y anuncian que lo solventarán en el primer parche, aunque luego no sea del todo cierto.
Pero Toybox Inc. no tiene intención. Dado ese aroma a peli de serie B que destila Deadly Premonition 2 -importado del original, "no hay planes para arreglarlo", ha dicho un representante de su editorial en el programa de Jim Sterling. Al menos son honestos.