Tengo a dos pilotos en la pista. Uno va octavo y el otro va liderando al grupo principal, pero aun tiene a otros dos rivales por delante. Me llegan informes que dicen que va a llover, y el estrés empieza a apretar en el estómago. Acaban de pasar los dos por boxes hace un momento y no puedo permitirme una para no planificada en estos momentos. Pero también sé que si no hago los cambios de ruedas en el momento correcto hay muchas posibilidades de perder ritmo o, aun peor, que mis coches acaben fuera de la pista. Apostemos a lo seguro; llamo al que va peor colocado para que entre y ponga neumáticos de lluvia, el otro tiene que seguir tirando hasta que no quede otra alternativa.
La jugada no ha salido del todo bien, parece que había otros equipos que habían sido capaces de prever esta situación con mayor antelación. ¿Y qué ha sido el otro piloto? La cosa tampoco ha ido del todo bien porque, aunque ha sabido aguantar, ha perdido ritmo con las primeras gotas y ha cedido su posición en el podium. La carrera podría haber ido mejor y toda la culpa es mías. ¡Si solo hubiera prestado un poco más de atención al parte meteorológico! Pero ya es tarde y la lección ha quedado aprendida para el resto de mi carrera como jugador de director de equipo.
Motorsport Manager para PC es prácticamente el mismo juego que llegó en 2015 a iOS, pero tiene mejoras significativas en el apartado gráfico y en la interfaz de usuario. Es un juego de gestión de un equipo de motor, en concreto, del más rápido y puntero que existe, de la Fórmula 1. Como responsable de todo, el jugador debe encargarse de decidir y supervisar cada área excepto el pilotaje. Y eso implica prestar atención al coche, a los pilotos, a los patrocinadores, a las cuentas y, por supuesto, también a las competiciones.
Prestar atención al consumo de combustible y al estado de las ruedas no parece que sea lo más divertido que se puede hacer en un videojuego, pero la realidad es que este juego es muy, muy intenso. Hay que planificarlo todo por adelantado al detalle y eso requiere un grado de atención a elementos tan insignificantes como los deseos de un piloto, una nube que pueda dejar lluvia o un plano en una rueda por una colada.
Tras el tutorial inicial coges confianza y te ves capaz de superar a Toto Wolff sin despeinarte. Pero en cuanto pasas unos minutos sentado en tu despacho virtual te das cuenta de que no tienes ni idea de cómo afinar en la mayoría de los parámetros a controlar. Es cuanto te das cuenta de que la curva de dificultad empieza fuerte, a pesar de que los menús son claros y se entienden a la primera. Al final, todo trata sobre cifras y estadísticas, y poco a poco vamos teniendo la sensación de que no le cogemos el truco por mucho que juguemos. Porque no basta con practicar, también hay que tener conocimientos de F1, de cuáles son las decisiones y configuraciones que funcionan bien en cada situación por la experiencia acumulada. O de ingeniería de motor si lo quieres ver desde el punto de vista técnico. Esto hace que no sea asequible para cualquiera que no tenga ganas de empaparse a fondo.
Por eso, los amantes del gran circo del motor tienen ventaja. Saben, por ejemplo, que hoy en día las paradas en boxes y las estrategias son tan importantes como el propio pilotaje o incluso más. Aquí es donde Motorsport Manager se regodea con una cantidad de opciones abrumadora. Puedes ordenar a tus mecánicos que hagan las cosas con calma y perfección o que traten de ir lo más rápido posible, a riesgo de que el estrés provoque que algo salga mal. Pero al fin y al cabo así es como se consigue ser campeón.
La presentación y el trabajo técnico desarrollado por Playsport Games es magnífico. Unos menús muy elegantes ayudan a encontrar las funciones al vuelo, mientras que el estilo artístico desenfadado pero realista escogido para las carreras encaja a la perfección. Puedes girar la cámara y hacer zoom tanto como quieras para fijarte en los detalles aunque vas a pasar la mayor parte del tiempo mirando tablas y selectores. Es increíble lo rápido que se aprende para qué sirve cada botón, cada icono, cada herramienta, y en tan solo un par de partidas te ves capaz de dar una decena de órdenes en cuestión de segundos, como si fueras un broker histérico de Wall Street. Por desgracia el audio no ha quedado en tan buen lugar. Los efectos de sonido y los diálogos se pueden casi resumir en los ruidos que hace cada botón cuando lo pulsas, porque no hay casi nada más.
¿Con cuántas variables te ves capaz de lidiar al mismo tiempo? ¿Crees que te vas a sentir cómodo gestionando y dirigiendo la carrera en lugar de corriéndola? Y, por encima de todo, ¿te gusta la F1? Entonces tienes la excusa perfecta para echar unas partidas al Motorsport Manager de Sega, te lo vas a pasar en grande y a sudar sin moverte del sofá.