Vestidos con túnicas blancas y negras, los samuráis de Gomihoroi no vagan por las calles armados con katanas. En su lugar, su arma preferida es el recogedor de basura, pero lo blanden con la misma destreza con la que los famosos guerreros de antaño blandían una espada.
Son un espectáculo para la vista, y llevan manteniendo limpias las calles de Tokio desde 2006. Últimamente recorren las zonas más concurridas por el turismo y la vida nocturna, asegurándose de que las calles de la ciudad permanezcan tan limpias como indica su reputación.
En declaraciones a Reuters, el samurái de Gomihoroi Keisuke Naka dijo: "Si la gente presta atención a nuestra actuación porque cree que es divertida, bien podrían empezar a prestar atención al problema de la basura en sí".
Los residentes locales dicen que las actuaciones han ayudado a evitar que otros tiren basura, y que se han vuelto más conscientes de cuándo alguien puede estar a punto de tirar basura.