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Está claro que es Sean Penn en el papel de Harvey Milk quien se lleva la palma en la infravalorada joya dramática de Gus Van Sant (El indomable Will Hunting), pero también es tan sencillo que ni Penn en particular ni la película en general habrían alcanzado las cotas que tienen hoy si no fuera por la interpretación de Josh. Brolin interpreta al personaje real de Dan White, quien, en nombre de los derechos de los homosexuales, se siente traicionado por Harvey y pasa así de aliado a su enemigo más peligroso. Como tantas otras veces, Josh consigue encontrar la humanidad en su personaje, haciendo que su interpretación sea tan creíble como cautivadoramente intensa.
El villano del fantástico thriller del oeste de los hermanos Coen queda muy eclipsado por las fenomenales interpretaciones de Matt Damon, Jeff Bridges y, sobre todo, Hailee Steinfeld, pero no hay duda de que el Tom Chaney de Brolin es uno de los puntos fuertes de la película y uno de sus mejores papeles. Hay algo complejo y lleno de matices en la forma en que Brolin da vida a este villano vicioso, violento, despiadado e incluso poco inteligente, que hipnotiza.
Hay largos tramos en la impresionante adaptación cinematográfica de los hermanos Coen de la inmortal novela de Cormack McCarthy en los que el personaje de Josh Brolin, Llewelyn Moss, no dice ni una palabra. Ni siquiera una costa, y es entonces cuando Brolin da lo mejor de sí, ya que deja que el lenguaje corporal haga el trabajo y, a pesar de la falta de diálogo, hace avanzar la historia. En muchos sentidos, esta es la prueba definitiva de lo hábil que es Brolin.
Tinseltown de los años 50, divas, estrellas de cine, ejecutivos de estudios, fastuosos rodajes y fiestas glamurosas. En medio de todo eso, gracias a Brolin, encontramos al personaje de Eddie Mannix, que nos sirve de ancla. Josh hace aquí un personaje fácil de querer sin ser simplista ni plano, y su presencia es siempre fantástica.
MEJOR INTERPRETACIÓN DE BROLIN:
Capas, matices y misterio es de lo que Brolin cargó a su memorable personaje de Matt Graver en el thriller absolutamente brillante de Denis Villeneuve sobre la guerra contra las drogas en Estados Unidos. Josh retrata al veterano de la CIA Graver con una seguridad y convicción que, junto con su moral a menudo cuestionable, hace que nos caiga bien mientras lo detestamos. Desde luego, Brolin nunca ha estado mejor.
