Las cinco mejores interpretaciones de Al Pacino

5. Glengarry Glen Ross (1992)

Esta adaptación de la galardonada obra teatral del mismo nombre está tan repleta de brillantes interpretaciones de un conjunto sin parangón que, por supuesto, es difícil señalar "sólo" una actuación, una interpretación del papel. Sin embargo, hay que decir que la arrogancia de Pacino y su infalible intensidad en el papel del agente inmobiliario Ricky Roma destacan entre todas las grandes interpretaciones de esta maravillosa joya de película.

4. Serpico (1973)

A principios de los 70, Pacino era un auténtico huracán de presencia, intensidad y vulnerabilidad. Su personaje en pantalla era tan desnudamente crudo y despojado como pocos actores lo son hoy en día y, al igual que De Niro en Taxi Driver en particular, fueron los primeros papeles al principio de su carrera los que definieron la interpretación de Pacino y sus increíbles capacidades. Interpretando al policía neoyorquino Frank Serpico en el icónico thriller de Sydney Lumet, el personaje de Pacino tropieza con la corrupción que se ha abierto camino hasta la cúpula de la policía, lo que le impulsa a actuar, y la mayor parte de esta película es pura interpretación de la estrella principal.

3. Esencia de mujer (1992)

La forma en que Pacino convenció en el papel del teniente ex-militar ciego Frank Slade en este clásico le dio un Oscar por Best Supporting Actor y, aunque la película en sí parece un poco anticuada 30 años después, sigue siendo cierto que Pacino domina cada fotograma en el que aparece. La forma en que controla casi espasmódicamente el ritmo y la dinámica del diálogo sigue siendo tan fascinante hoy como lo fue en su estreno.

2. Tarde de perros (1975)

El dúo Sydney Lumet & Al Pacino tuvo tanto éxito y astucia creativa en los años 70 como Pacino y Coppola con las películas de The Godfather, lo que queda claro aunque sólo sea en la algo pasada por alto Dog Day Afternoon, que sigue impresionando. En el papel del atracador de bancos Sonny Wortzik, Pacino interpreta a un maníaco mentalmente destrozado de un modo tan convincente y conmovedor que resulta casi imposible creer que el hombre de la película no sea así, en la vida real. Pacino está cautivador aquí como pocas veces lo ha estado desde entonces.

1. El Padrino Parte II

El modo en que Pacino interpreta a Michael Corleone con una perfección nítida en la magistral secuela de Coppola, debe ser recompensado, por supuesto, con un primer puesto en su propia lista. Cualquier otra cosa sería un flaco favor, en mi opinión. Porque hay una profundidad tan asombrosa en esta interpretación que todo lo demás que ha hecho palidece en comparación. Corleone pasa de ser el joven cuya identidad oscila entre un criminal involuntario capaz de sentir remordimientos y perdón, con una conciencia que funciona, a ese despiadado jefe de la mafia cuya conciencia apenas existe. Lo hace con tanta fuerza y con tan pocos medios que sus posteriores arrebatos cinematográficos de agitar los brazos y rugir la voz parecen de otro hombre, de otro ser humano.