La policía sueca ha confirmado el hallazgo de varios rifles con licencia en el lugar del mortal tiroteo masivo que tuvo lugar el martes en un centro de educación de adultos de Örebro. Las autoridades informaron también de que el sospechoso, de 35 años, identificado como Rickard Andersson, parecía haber actuado solo y podía tener alguna relación con el centro educativo.
La policía descubrió tres rifles cerca del cuerpo del pistolero, junto con diez cargadores de balas vacíos y una gran cantidad de munición sin utilizar. En la caótica escena, descrita como un "infierno" por la policía local, hubo víctimas, entre ellas supervivientes que se atrincheraron para escapar de la violencia. La investigación está en curso y, aunque no se ha establecido un móvil claro, la policía se centra en la posible relación del sospechoso con la escuela.
El incidente está suscitando serias dudas sobre las políticas suecas de control de armas, especialmente si se tiene en cuenta que el país tiene un nivel relativamente alto de tenencia legal de armas de fuego, a pesar de que los índices son más bajos en comparación con otras naciones como Estados Unidos. Mientras Suecia se enfrenta a las consecuencias, el primer ministro Ulf Kristersson celebrará el jueves una reunión ordinaria del gobierno y ha invitado a todos los partidos de la oposición a asistir en señal de unidad.