Las reivindicaciones antirracistas surgidas de las protestas por la muerte de George Floyd (y tantas otras personas negras antes) están calando hondo en gran parte de la sociedad estadounidense. Las compañías de videojuegos se están volcando económicamente, y algunas van más allá, con medidas de concienciación y educación. Infinity Ward ha decidido dar un paso extra y dar la batalla en el online.
El estudio de Activision ha adelantado en sus redes sociales que va a poner en marcha una nueva estrategia para combatir con más dureza los insultos y faltas de respeto en los chats de voz. Se compromete a destinar más recursos a la monitorización de las partidas para banear a quienes se pasan la vida insultando a compañeros y rivales; a facilitar los reportes de otros y a ser más vigilante con los nombres y nicks que utilizan algunas personas.
La toxicidad en los chats de videojuegos, plagados de insultos y faltas de respecto, es uno de los mayores problemas del sector y viene siendo objeto de debate desde el principio de su existencia. Las mujeres y las personas LGTBI han encabezado esta lucha por el respeto online a la que se pueden sumar todo tipo de colectivos, porque por insultos que no sea.