La Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) se enfrenta a un déficit presupuestario de 2.000 millones de dólares para este año fiscal, según fuentes (vía Axios).
A pesar de haber recibido 500 millones de dólares adicionales del Congreso a través de una ley provisional de gastos, los problemas de financiación de la agencia persisten, dejándola vulnerable en su lucha por continuar sus operaciones hasta septiembre.
El déficit se produce en medio de una agresiva expansión de los esfuerzos de deportación bajo la administración del presidente Donald Trump, que ha provocado un aumento de las detenciones y un fuerte incremento de la demanda de espacio de detención.
Las instalaciones del ICE, que ya están al límite de su capacidad con 47.600 detenidos, están sometidas a una presión cada vez mayor mientras la agencia trata de conseguir más fondos para hacer frente a sus crecientes necesidades financieras. Por ahora, queda por ver cómo se desarrollará la situación.