Análisis de King Arthur: Knight's Tale

El año pasado le eché un vistazo a King Arthur: Knight's Tale en cuanto entró en Acceso Anticipado. Tuve la oportunidad de jugar parte del comienzo y de ver cómo habían sido diseñados sus sistemas RPG tácticos, así como de explorar esta macabra y oscura versión de la leyenda artúrica. En general le había visto potencial, aunque en aquel momento aún faltaba mucho por pulir como suele pasar con los títulos de Early Access. Pero ya casi ha pasado un año y el juego, tras una serie de retrasos, por fin ha dejado el Acceso Anticipado y ha recibido su lanzamiento de la mano de la versión 1.0, razón por la cual me he introducido de nuevo en su sombrío mundo para ver cómo ha quedado el título de NeocoreGames.

En general, lo que la versión 1.0 pone sobre la mesa redonda es un buen puñado de contenido nuevo que sigue la historia que solo habíamos podido ver en parte durante el Acceso Anticipado. La trama tiene lugar tras el fin de una épica guerra por el corazón de las tierras de Ávalon; una guerra en la que no participamos activamente, pero que nos cuentan a través de una larga e increíble secuencia cinematográfica al inicio. En el transcurso de la batalla el noble Rey Arturo es asesinado por su rival el caballero Sir Mordred, el mismo que lideró a un espantoso ejército de salvajes contra los Caballeros de la Mesa Redonda y la fortaleza de Camelot. El encuentro entre Mordred y Arturo se salda con la muerte de ambos caballeros uno a manos del otro, y es desde ahí desde donde continúa la historia. La Dama del Lago, gobernante de Ávalon, intenta resucitar a Arturo para que pueda traer consigo la paz a la tierra, pero la resurrección no sale como era de esperar y Arturo se convierte en un ser despiadado, consumido por el mal que lo ha traído de vuelta. En un intento de enmendar su error, la Dama busca un nuevo e insospechado héroe, Mordred, al que tras volver a la vida se le encomienda la tarea que se la había arrebatado: matar a Arturo, o lo que sea en lo que se ha convertido el antaño honrado caballero.

La historia sigue esa línea, y cualquiera que esté interesado en mitología o en la leyenda artúrica conectará al instante con ella. Resulta muy entretenida y narra la leyenda desde una perspectiva mucho más sombría y oscura, enriquecida por las fantásticas secuencias cinematográficas que salpican el juego. Al tratarse de un RPG táctico, la historia no es completamente lineal, ya que se abren diversos caminos dependiendo del tipo de valores morales que quieras que guíen a tu versión de Mordred.

Puedes ser cruel y despiadado -como el Mordred original antes de que muriese- y crear un Camelot y una Mesa Redonda que lo refleje, reclutando a caballeros conocidos por su brutalidad y gobernando Ávalon con mano de hierro. O quizá cambiar de idea y crear un Mordred que exhiba la pulcra rectitud y las morales puras de las que el Rey Arturo hacía gala antes de su muerte. La elección es realmente tuya y podrás ver cómo esos valores se van materializando a medida que tomas decisiones al avanzar en la historia y al tener más oportunidades para interactuar con el mundo.

En cuanto a los personajes, la historia gira sobre todo en torno a Mordred, pero también es posible encarnar a muchos de los caballeros y personajes que reclutas para tu Mesa Redonda. Opcionalmente, actúan como líderes de tu equipo en una misión mientras Mordred descansa en Camelot, o los mandas a misiones que completarán de forma pasiva mientras centras tus esfuerzos en otras misiones en otros lugares. También puedes subir de nivel a cada personaje de tu Mesa Redonda para conseguir nuevas habilidades, y equiparlos con los objetos que encuentres en cofres o que hayas comprado, con el objetivo de hacer de ellos mejores combatientes. A este nivel de interacción se le añade mejorar el propio Camelot, construyendo y renovando los edificios que podrán tener utilidad para tus personajes: desde crear una zona de entrenamiento para que puedan subir de nivel cuando no están en una misión, hasta construir un hospicio para tratar a aquellos que estén gravemente heridos.

Todos estos aspectos hacen que el título sea muy entretenido e inmersivo, y te obsesionará la idea de reconstruir Camelot y crear una Mesa Redonda formada por los guerreros y líderes más fuertes y capaces del territorio. Pero al final, esto es solo una parte del juego, y la mayoría del tiempo su sistema se basa en la estrategia por turnos empleada en las misiones.

El aspecto estratégico del sistema de juego es bastante básico. El diseño de estrategia en tiempo real es claro y no tiene mucha complejidad, así que la mayoría del tiempo te encontrarás pensando en cómo posicionarte, ya que los ataques suelen estar asociados a combate cuerpo a cuerpo básico o a ataques a distancia; al menos hasta que no poseas un personaje con un nivel relativamente alto y que tenga un rango de habilidades más amplio a su disposición. Para alguien menos versado en los juegos de estrategia en tiempo real, este aspecto resulta muy atractivo, ya que hace que King Arthur: Knight's Tale sea mucho menos difícil; sin embargo, aquellos que ya tienen experiencia en este tipo de títulos lo encontrarán demasiado sencillo.

Es el tipo de título que ahora mismo resulta entretenido pero que podría convertirse en algo excepcional si fuese un juego de rol isométrico como Diablo o más recientemente Weird West de WolfEye Studios, ya que el universo, la trama y el mundo que nos ofrece Neocore es realmente brillante y solo saldría ganando con un sistema de juego más inmersivo.

Aunque esto no cambia el hecho de que a día de hoy, King Arthur: Knight's Tale es un título absorbente, que tiene aspectos sobresalientes e impresionantes mezclados con otras facetas del sistema de juego y de la toma decisiones que pueden resultar algo pesadas con el tiempo. Aunque no sea la única razón para jugarlo, si te gusta la mitología artúrica o eres fan de la fantasía medieval, te ruego que de todas formas le eches un vistazo a las secuencias cinematográficas porque son unas de las más entretenidas con las que me he encontrado últimamente.