5. Batman: Arkham VR (Análisis)
Nos hemos acostumbrado a que Rocksteady Studios nos maraville cada cierto tiempo con una nueva aventura de Batman repleta de acción, puñetazos, llaves y vuelos. Pero en lugar de eso, lo que estuvo haciendo durante el último año era preparar una trama más profunda y sesuda para PlayStation VR en la que el combate ha quedado de lado. El salto a la primera persona y a la inmersión total ha llegado en forma de aventura gráfica de la mano de un Bruce Wayne más detallista.
Batman: Arkham VR es un juego de puzles puro y duro en el que hay que repasar los escenarios y las situaciones de los crímenes en busca de pistas para poder ir avanzando por una trama de misterio que arranca con fuerza y que termina de una forma un poco rara. Ese camino se va recorriendo por una ciudad de Gotham que ha quedado reconstruida de forma espléndida, y es que el apartado gráfico de este título está entre los más destacados de esta primera oleada de grandes títulos de Realidad Virtual, a pesar de que hay partes más borrosas que nos recuerdan que hemos dado un paso hacia atrás en este aspecto.
El ritmo de la partida gana mucho gracias al sistema de movimiento escogido, basado en los saltos entre puntos de interés cuando se desee para evitar desplazamientos innecesarios y, con ellos, algunos mareos. También queremos mencionar lo bien que se han utilizado los gadgets típicos de Batman para un propósito tan distinto como es la investigación y el buen reconocimiento de las manos que hace si se juega con dos mandos Move.
Por desgracia, al final se ha quedado bastante corto, porque cuando le coges el gusto llegas a su final. A ver si su estreno en HTC Vive y Oculus Rift durante 2017 viene con alguna expansión para alegrarnos un poco más el día.
4. Battlezone (Análisis)
Desde el principio, Battlezone fue uno de los títulos escogidos por Sony para demostrar el potencial de su headset VR, y con razón. Es cierto que el factor nostalgia es un buen punto de inicio para meter por los ojos un juego, pero el trabajo de Rebellion para rescatar esta vieja franquicia y acompañarla al presente ha sido muy bueno.
No es un juego demasiado complejo, como tampoco lo era el original. Estamos de nuevo ante una batalla de tanques en la eres un lobo solitario frente a una tropa de vehículos terrestres y aéreos en escenarios futuristas que no tienen ninguna pretensión narrativa más allá que la de ponerte a prueba y divertirte. No es la construcción de los escenarios lo que más nos ha gustado, sino la estructura cambiante de las misiones para que algo tan simple no se convierta en una experiencia repetitiva. El sistema aleatorio de distribución de elementos y una IA de los enemigos muy elaborada hacen que cada partida sea distinta. Sin olvidarse de los Némesis, que te harán sudar la gota para poder seguir adelante.
Battlezone nos gusta también por su forma de utilizar la Realidad Virtual. En lugar de lanzarse a por todo, Rebellion ha escogido este punto de vista para ambientar y contextualizar las partidas, pero ha dejado los controles en el mando, como siempre, para que la transición a esta nueva forma de jugar sea menos compleja. La primera impresión puede no ser muy positiva pero si le dedicas una hora acabarás enganchado.
3. Star Wars Battlefront: X-Wing VR Mission
Si esto fuera un videojuego completo, estaríamos hablando del GOTY VR y quien sabe si también el mejor juego del año en general, pero por el momento lo único que tenemos delante es un trozo, un fragmento que va pegado a Star Wars Battlefront al que le falta más contenido para poder competir directamente con el resto de títulos.
Pero lo poco que ofrece X-Wing VR Mission (o Misión RV de Ala-X, como lo ha llamado EA España) es una maravilla técnica que demuestra que no vamos a depender tanto de las consolas para tener grandes juegos como de la optimización que consigan los estudios. Y aquí Criterion ha sabido sacar lo máximo del Frostbite, porque el nivel de detalle de la cabina y de las naves combinado con la fluidez de la imagen en un entorno abierto como es el espacio en el que hay múltiples objetos en continuo movimiento se ha conseguido con PSVR en PS4, no con HTC Vive con un PC de última generación.
Es solo una misión relacionada con la nueva película Rogue One: Una historia de Star Wars; un trabajo de escolta de un U-Wing de la Rebelión a bordo de un X-Wing. En nuestro camino se interpone un Destructor del Imperio que tiene, como siempre, un montón de TIE-Fighters dentro con los que entretenernos un rato antes de empezar el ataque a su nave nodriza. No dura más de 20 minutos pero el planteamiento es perfecto.
Después de esta demostración de poderío no nos cabe ninguna duda de que Criterion tendrán todos los permisos de EA para seguir trabajando con la Realidad Virtual y, probablemente, con la licencia de Star Wars. La batalla de naves contigo como piloto que siempre has soñado por fin es realidad.
2. Thumper (Análisis)
El auto-proclamado "juego de violencia rítmica" es todo un reto para quienes estén buscando una experiencia VR extrema. Y también para el resto, porque hay que alabar la capacidad que ha tenido el estudio Droll para hacer un título que sea capaz de poner en apuros a quienes se creen muy capaces con un mando y al mismo tiempo permitir jugar a quienes tienen menos experiencia.
La propuesta de Thumper es tan sencilla como controlar un escarabajo a toda velocidad siempre adelante por un escenario flotante sin perder de vista unas notas musicales. Si logras seguir el ritmo no solo avanzarás en la partida, también lograrás crear una ambientación sensacional en la que la vista, el oído y los reflejos se alinean para provocar una sensación de gran placer. Hasta que pierdes el control, te estampas y la partida se te va de las manos entre los pedazos de coraza que quedan esparcidos.
Partiendo de su propia sencillez, el trabajo técnico es muy bueno. Thumper es uno de los títulos más fluidos que vamos a encontrar en Realidad Virtual, algo indispensable para que la propuesta de juego sea fiel a la original. Y el sacrificio de calidad gráfica que se ha tenido que hacer es mínimo. Lo mejor es que todo ese movimiento constante y veloz se ha logrado sin que el jugador sufra ningún tipo de mareo o problema de descoordinación, algo que sufren otros títulos parecidos.
Los amantes de los juegos rítmicos tienen varios motivos para entrar en el mundo de la VR y este es uno de ellos.
1. Rez Infinite (Análisis)
El mejor juego de Realidad Virtual del 2016 para Gamereactor es Rez Infinite. Es cierto, partía con ventaja porque ha sido elaborado sobre un título consagrado y aprovecha de él todo, como su gran diseño de niveles y su soberbia banda sonora. Pero la adaptación a este nuevo entornos dejaba muchas dudas sobre si sería o no adecuado trasladar tanta acción a los movimientos de cuello. No ha habido mejor respuesta que su propia demostración de poderío.
Si alguna vez has pensado en ser un superhéroe que persigue a los malos a toda velocidad por mundos fantásticos y va acabando con ellos con rayos láser disparados por los ojos, esto es lo más parecido. Porque en Rez Infinite tienes que marcar con la mirada a los enemigos que tienes delante corriendo al mismo tiempo que tu antes de disparar una ráfaga láser. Aunque pueda parecer difícil, su jugabilidad suave sigue siendo tan agradable con en los viejos tiempos, gracias a un uso perfecto de la tecnología de reconocimiento de movimientos del headset VR.
Nos encantó el mundo de color y los sonidos que lo envuelven cuando Tetsuya Mizuguchi presentó el original y seguimos enganchados con esta nueva versión. La adaptación gráfica ha quedado perfecta y, dado que no apuesta por un estilo demasiado complejo, ha sido fácil conservar una tasa de refresco de imagen muy elevada sin perjudicar a la apariencia visual. Y remata la sensación de inmersión el aprovechamiento del sonido 3D de PSVR con unos auriculares de calidad.
Una vez más, la duración es el mayor problema de Rez Infinite, especialmente si se tiene en cuenta que está entre los juegos VR más caros del mercado. Al menos esta adaptación incluye modos y niveles extra nuevos que se van desbloqueando cuando se acaba lo nuevo, pero no están al mismo nivel que los originales. Es la prueba de que este género encaja a la perfección con esta tecnología y quién sabe si dentro de poco estaremos hablando por fin de ese Rez 2 en esta misma sección.