Mientras 'el filoniverso' se prepara en varios frentes para su particular Endgame con la película de The Mandalorian & Grogu, otros proyectos de Star Wars por fin salen a la palestra para hacerse un hueco en la franquicia que muchos esperamos y deseamos original. Cuando fui el otro día a la premiere de The Acolyte en los Cines Callao de Madrid me preguntaba si la idea de Leslye Headland supondría el soplo de aire fresco que promete y, particularmente, cuánto sería capaz de contar si cada episodio dura apenas media hora. Vistos los dos primeros, puedo responder parte de estas preguntas y plantear otras.
Lo más cacareado de la obra es que trata principalmente sobre un misterio de asesinatos en serie. Y que sucede en tiempos de la Alta República, un siglo antes de La Amenaza Fantasma. Y que, supuestamente, será algo más oscura, tanto por la temática de homicidios como por la emergencia del lado oscuro de la Fuerza.
No voy a destripar los sucesos de estos episodios aquí, pero debo compartir ya mi impresión principal: The Acolyte se debe estar guardando las cartas para sorprenderme realmente hacia el final de la temporada. Digo esto porque, si bien arranca misteriosa, gran parte del misterio se resuelve o diluye ya en estos dos actos, así que imagino que está jugando al despiste para darme una buena sorpresa más adelante. De hecho, si vienes sin leer nada de la serie, te recomiendo que sigas así, porque la incógnita que intenta plantear nada más arrancar ya viene destripada en la propia sinopsis.
En todo caso, el mal ha encargado la sucesión de una serie de asesinatos entre las más altas filas de la Orden Jedi, y corresponde a la misma Orden, con el maestro Sol de Lee Jung-jae a la cabeza por motivos personales, hacer el trabajo de investigación policial al más puro estilo CSI. El quién y el cómo de las dos primeras eliminaciones se resuelven aparentemente al instante, así que lo más interesante por ahora será conocer el porqué. Esa es la verdadera intriga de esta serie: los jedi hicieron algo muy chungo cuando la protagonista era una niña, y la verdadera curiosidad reside en descubrir qué pasó entonces y cómo aquellos actos ponen en jaque todo lo que significaba la reputada Orden en estos tiempos.
Me gusta el ritmo narrativo, sobre todo del primer episodio, y el contraste entre los roles de los distintos personajes. La maestra Indara (Carrie-Anne Moss) se me hace demasiado "Trinity con un sable láser", aunque eso es precísamente lo que quería la showrunner y directora de estos dos episodios, pero en un momento llegué a pensar, "como haga la patada escorpión, me levanto y me voy". Dicho esto, da buena cuenta de su poder y de un estilo más de artista marcial.
Mi favorita, sin embargo, es la padawan Jecki Lon de Dafne Keen, una jovencísima aprendiz tan astuta como prudente, que se podría situar entre la Ahsoka más joven de The Clone Wars y la Omega de La Remesa Mala, pero con su propio encanto y las observaciones más precisas. Además, siempre sabe contener al Yord Fandar de Charlie Barnett, su compañero abundante y obseso de las reglas jedi, que empieza como un payaso pero que enseguida funciona también con el sentido del humor de esta serie (lo reconozco: carcajeé con lo de "¿quién es él?").
De hecho, en estos dos episodios el reparto empieza a combinarse realmente bien, encabezado por una camaleónica Amandla Stenberg que, visto lo visto, habrá tenido un papelón importante para resolver su interpretación dual y salir airosa. Veremos con el paso de los episodios.
Otro apunte que deja el arranque de The Acolyte es que está bien hecha. No es otro caso Obi-Wan Kenobi, al menos por ahora. Los escenarios, los planos, la luz, la coreografía, e incluso esa música algo repetitiva y también calcada de The Matrix en cada combate, convencen en sus escalas más confinadas. Eso sí, también sufren en las más amplias, sobre todo esa Coruscant que canta demasiado a CGI.
La serie se esfuerza, además, por mostrar cosas nuevas o diferentes desde el principio, aunque a veces sea de una forma algo extraña. En apenas una hora le da tiempo a viajar por planetas como Ueda, Olega, Brendok o Khofar, y de plantear mezclas (casi) nunca vistas, como el trabajo de los meknek o el wookie-jedi Kelnacca. Algunas, me da la impresión, quedarán como un pastiche. También hay tecnología peculiar empleada ahora en este estilo policíaco, si bien vuelve a ocurrir que algunos artefactos parecen más modernos que los disponibles cien años después, una paradoja temporal típica en este universo.
¿Y qué hay de la oscuridad? Disney promete una trama más dura y madura, mientras que Headland añade que tendrá una buena carga de pasión y amor. De todo esto, poco hemos visto. Es cierto que son asesinatos, a fin de cuentas, y que las apariciones que ve Osha en el reverso tenebroso generan mal rollito, pero de momento, quitando el salto temporal y por tanto sociocultural y político, no hay nada que no se haya visto en algunas subtramas de The Clone Wars.
Esto me lleva a la gran pregunta: ¿será lo suficientemente fascinante este misterio de asesinatos por sí solo dado su formato compacto, o se apoyará en el 'lore' más amplio de Star Wars? Y de ser así, ¿veremos a Darth Plagueis el Sabio lidiando con la muerte, o incluso a Yoda? ¿Se 'comerá' esto a lo demás como pasa a veces en el filoniverso?
En todo caso, me ha dejado un buen sabor de boca y ganas de más, sobre todo por esos toques más refrescantes. Si termina siendo más una "Sablazos por la espalda meets La muñeca rusa" que un carísimo arco autocontenido de The Clone Wars, y si clava ese gran giro, la Fuerza estará con La Acólita.