No hay paños calientes aquí: ahora mismo S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl necesita años de desarrollo. Y digo años en plural porque la reciente nueva ventana de 2024 se me sigue antojando demasiado cercana, y yo apostaría por el año fiscal 2025, siempre que GSC siga contando con el mismo apoyo de Xbox que han esgrimido en la Gamescom 2023. He podido probar una primera demo del juego junto a los desarrolladores, y a pesar de sus actuales problemas, se puede atisbar un horizonte de esperanza. Aunque insisto, es un horizonte lejano.
Desde luego, el primer encuentro con S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl no ha sido el que yo me imaginaba. Empleando el motor Unreal Engine 5 y el nuevo sistema de simulación de mundo A-Life 2.0, antes de entrar a la prueba junto a miembros del equipo de desarrollo esperaba tener buenas sensaciones aquí, pero de nuevo el bofetón de la realidad y de las complicadas condiciones de desarrollo son evidentes: Buena parte del escenario (de la demo) carece de sombreados o de detalles en muchas texturas, además de que el comportamiento de los NPC me han recordado a los lanzamientos de Fallout 3 o Skyrim. Caminar en el sitio o no girarse para conversar con nosotros cuando nos acercamos a verles son solo un par de ejemplos.
Tampoco es que pueda hablar maravillas del combate y el gunplay, aunque en este aspecto sí que vi algo más de trabajo sólido añadido a esta temprana build. Aunque por lo general la munición no es un elemento demasiado común en la serie S.T.A.L.K.E.R., el modelado de las armas y la sensación de disparo están bien conseguidas, aunque no tanto el impacto en los enemigos (de nuevo, con serios problemas de IA) y sus golpes sobre nosotros.
Hay cierto tipo de enemigo con camuflaje al que directamente no parecía alcanzar con mis disparos con escopeta a menos de dos metros de distancia, y aunque pregunté si es que a lo mejor no estaba usando el arma correcta para ello, el desarrollador de GSC que tenía a mi lado insistía en que sí podía matarlo. La realidad fue otra, y es que el enemigo me abatió y el juego crasheó, metiendo al personaje en un bucle infinito de animación de muerte del que el juego no salió hasta que alguien reinició el potente PC en el que estaba jugando. No había opción de recuperar la partida, de modo que tuve que empezar la demo de nuevo. Pero el bug del crasheo y reinicio de PC me ocurrió hasta en tres ocasiones y por diversas causas en los 30 minutos que duró la prueba, y puedo asegurar que la cara de circunstancias de los devs indicaban a todas luces que este juego era algo que ellos quisieran mostrar aún.
Al menos en ese último intento pude probar un poco la exploración, aunque el área por la que podías moverte era relativamente pequeña. Incluso con sus limitaciones actuales, no cabe duda que este título desprende las mismas buenas sensaciones que hicieron de Stalker uno de los mejores shooters de su tiempo. Los encuentros con seres mutados, saqueadores e incluso con los Stalkers consiguieron sacar al final una sonrisa de mi cara.
No pude evidentemente completar la demo (creo que pocos medios de aquella sala pudieron, la verdad) pero sí me planteó varias preguntas. ¿Por qué decidieron mostrar el juego así? ¿Por qué no aprovechar los enormes recursos de Microsoft y aumentar los equipos de desarrollo en todos los frentes? No quiero pecar de insensible, y el largo historial de tremendas dificultades por las que pasa este título (la guerra, los ciberataques, el reciente incendio en las nuevas oficinas) me repite una y otra vez que esto no se asemeja al producto final que (espero) veremos. Pero al mismo tiempo debo ser responsable contigo, lector, y pedirte que tomes esta primera prueba con S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl como una reflexión para que sepas esperar un gran juego que actualmente quieren lanzar en 2024, pero que yo creo que será algo después.