Mi historia con Mario Party empieza con la cuarta entrega, la primera para Gamecube, que salió hace nada menos que 22 añitos. Y que para mí siempre será la mejor, faltaría más. Lo pasaba tan bien con mis colegas de la universidad que, si la noche saliendo por ahí se torcía aburrida, nos íbamos a jugar al juego de tablero y minijuegos hasta altas horas de la madrugada.
Ya sabréis a estas alturas de qué va. En el modo principal, hasta cuatro personajes compiten por hacerse con más Estrellas y ganar más minijuegos de todos contra todos, todos contra uno o por parejas, y al final un factor aleatorio, siempre deliciosamente injusto y puñetero, regalaba un puñado de Estrellas según su parecer o cambiaba las tornas de la partida en los últimos compases.
Con los años, Nintendo mejoró el diseño de minijuegos, retorció el de mapas, introdujo el control por movimiento e incluso, aunque tardó una barbaridad, metió el modo online ya en Nintendo Switch. A esto se sumaron nuevas ideas, mucho refrito y, en general, intentos más o menos exitosos de renovar una serie que ya lleva 10 entregas numeradas, 4 portátiles, 2 recopilatorios y dos entregas principales dedicadas a Switch, a saber Super Mario Party de 2018 y este Super Mario Party Jamboree, su secuela.
Este repaso es importante porque, con tanta fatiga, los juegos se vienen dedicando a retomar ideas que funcionaron en el pasado y combinarlas con todo lo que se puede inventar que no esté inventado. En otras palabras, aquí veréis tableros y minijuegos de siempre acompañados de unas cuantas novedades, la verdad bastante interesantes.
En mi caso, que he jugado a unos 8-9 títulos de esas 18 iteraciones, para estas impresiones he probado durante un par de ratos Jamboree, y seguiré jugando con amigos y familiares para ofreceros un análisis completo para el 17 de octubre, día de lanzamiento.
Lo primero que me está gustando mucho son los tableros. Bonitos, dinámicos, con actividad pero no demasiado abarrotados o confusos... Cada uno parece querer ofrecer un estilo de partida diferente, y esa es la mejor excusa para echar "otra más" o para volver a hacer una quedada social con un argumento distinto.
Me ha convencido especialmente el Bosque de Mega Floruga, con el principal elemento aleatorio siendo el propio insecto gigantesco, que puede cambiar una porción del recorrido de casillas si los jugadores tocan la campana. Esto ocurre tanto en un lugar concreto como comprando un objeto, así que imaginad el movimiento estratégico para fastidiar a ese que se está acercando a la Estrella. Y no le quitéis el ojo a Galerías Arcoíris, que me dice el compañero Jonas Mäki que puede convertirse en todo un clásico de la serie.
Otra novedad es el Compa Jamboree, que te echa un cable si ganas ciertos minijuegos. No es tan novedoso porque ya hemos visto ayudas de personajes secundarios en el anterior Super Mario Party, pero aquí parece que los aliados están un poco más elaborados, con sus habilidades específicas más definidas.
Pero la gran novedad viene del modo online. No porque puedas jugar el modo Mario Party en línea, que ya se podía antes, sino por la locura de aceptar hasta 20 participantes en el Bowseratlón. Por desgracia, aún no hemos podido catar este modo abarrotado, pero estamos deseando. Tampoco he podido juntar a ocho personas para hacer la Brigada Anti-Bowser, que suena genial y muy currado, pero lo haré antes de la review para darle lo suyo al Bowser de pega.
Sin embargo, la esencia de Mario Party son los minijuegos, y si la serie triunfó fue porque, aparte de los tableros, estas pruebas siempre eran de la mayor calidad en el género, fáciles de entender, originales y, sobre todo, divertidísimos, tanto a nivel jugable como por el humor que destilan sus situaciones desternillantes. Mario Party Jamboree será el Mario Party más grande hasta la fecha, e incluirá más de 110 minijuegos entre nuevos y clásicos, de control tradicional de palanca y botones o de control por movimiento. En este caso, será el Puerto de minijuegos el espacio que recoja el sitio donde volverás una y otra vez cuando no te apetezca tablero.
Y hablando de movimiento, hay una porción dedicada a esto para los que gozaron con Wii Sports, Wii Play, los últimos WarioWare y compañía, con En alas de la aventura y Cocina Rítmica. Vienen como una buena idea para cuando la gente prefiere estar de pie en el salón tomando algo, en lugar de sentaditos en el sofá.
Parece que Super Mario Party Jamboree será básicamente (mucho) más de lo mismo, pero eso es justo lo que quieren sus fans. Lo que selecciona de su legado es de muy buena calidad y lo que añade parece bienvenido. Tengo que jugar mucho más y por supuesto probar los modos a 8 y 20 jugadores online, pero ya me ha gustado que no pierde demasiado tiempo y que las instrucciones son más claras que nunca. ¡Y que puedas ajustar las reglas más festivas o competitivas y otras configuraciones! Sí, trae el Rocaminó, y Magma mía y otros minijuegos tan díver como Disparos al atardecer. Os contaré más cuando haya jugado los ciento y pico.