Durante Gamescom 2024 tuvimos la oportunidad de hablar con los desarrolladores y de probar Shadowveil: Legend of The Five Rings, un juego que combina elementos de estrategia y construcción de mazos en el fascinante universo de La Leyenda de los Cinco Anillos. Si eres fanático de juegos como Team Fight Tactics o Slay the Spire, este título debería estar en tu radar.
En Shadowveil, los jugadores asumen el papel de un comandante del Clan del Cangrejo, responsable de liderar expediciones más allá del Muro del Carpintero para enfrentarse a las hordas de monstruos, demonios y no muertos que habitan en las Tierras Sombrías. La narrativa se desarrolla en el rico universo de Rokugan, inspirado en el Japón feudal y otros países asiáticos, donde los clanes de samuráis, hechiceros y cortesanos compiten tanto en el campo de batalla como en la Corte Imperial.
El juego se presenta como un roguelite estratégico, donde cada partida es una expedición única a las Shadowlands. Como comandante, tu tarea es reclutar personajes, planear cada movimiento y decidir cómo luchar. Cada decisión tiene un impacto significativo en el resultado de la expedición, similar a los juegos de construcción de mazos como Slay the Spire, donde las decisiones estratégicas determinan tu éxito.
Aunque no se trata de un juego multijugador, no estás solo; debes formar y liderar un grupo de samuráis, cada uno con habilidades únicas que se potencian mediante cartas que adquieres durante el juego. Estas cartas, que representan habilidades, poderes y mejoras, se combinan para crear sinergias poderosas, permitiéndote afrontar los crecientes desafíos de las Shadowlands. Cada sesión de juego ofrece una experiencia dinámica y desafiante, donde la estrategia y la planificación cuidadosa son clave para el éxito.
Una de las características más destacadas de Shadowveil es cómo equilibra la toma de decisiones estratégicas con la simplicidad en la gestión del grupo. Como comandante, tu enfoque está en las grandes decisiones y no en la microgestión de cada movimiento de tus unidades. Esta estructura recuerda a Team Fight Tactics, donde la configuración y disposición inicial de tu equipo es crucial, pero una vez que comienza la batalla, las unidades actúan de manera autónoma.
La mecánica del juego permite una dinámica fluida y accesible, ideal para aquellos que prefieren una experiencia estratégica sin necesidad de estar constantemente ajustando y controlando cada detalle.
La narrativa del juego está impulsada por la amenaza creciente de las Shadowlands, un páramo corrupto lleno de peligros que acechan más allá del Muro del Carpintero. Como jugador, sentirás la presión constante de fortalecer a tus tropas, mejorar tus habilidades y adaptarte a los desafíos que surgen. Esta sensación de peligro inminente y la necesidad de mejorar continuamente recuerdan a los jugadores la importancia de cada decisión estratégica, especialmente en un ambiente roguelite donde cada partida puede ser la última.
Shadowveil también se destaca por su capacidad de ofrecer una alta rejugabilidad. Cada expedición te permite ganar experiencia y desbloquear nuevas cartas y habilidades que te ayudarán en futuras incursiones. Este ciclo de jugar, mejorar y volver a intentarlo crea un bucle adictivo que mantiene a los jugadores con ganas de más.
Al regresar al campamento después de cada expedición, puedes curar a tus tropas, entrenarlas y desbloquear nuevas cartas en preparación para la próxima aventura. Este aspecto del juego ofrece una sensación de progresión y logro, que es fundamental para mantener el interés a largo plazo. Eso sí: si mueres, tienes que volver a empezar.
Shadowveil: Legend of The Five Rings ofrece una combinación emocionante de construcción de mazos y estrategia táctica en un mundo rico y detallado. Si te encanta la idea de comandar un grupo de samuráis en batallas estratégicas, tomar decisiones impactantes y descubrir nuevas combinaciones de cartas para derrotar a tus enemigos, este juego tiene mucho que ofrecerte. Al igual que Team Fight Tactics, se enfoca en la estrategia y la planificación, pero con un giro único que le da su propia identidad.