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Sonic Frontiers

Impresión final: Sonic Frontiers tiene potencial, pero sigue pareciendo una Esmeralda del Caos en bruto

A pesar de haber viajado hasta Hawai para probar el juego, todavía no puedo decidirme por Sonic Frontiers.

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La última década ha sido un duro viaje para Sonic, así que tal vez que el próximo Sonic Frontiers comience con el icónico erizo estrellándose en una gran isla misteriosa parece adecuado. Por suerte, mi viaje a Hawaii para probarlo fue mucho más tranquilo, pero no pude evitar sentirme un poco como el propio personaje, confundido y ligeramente desubicado, cuando aterricé en el aeropuerto para la última demostración a los mandos del juego antes de su lanzamiento definitivo.

Aunque se pueden señalar conexiones temáticas (tanto el juego como la propia sesión de preestreno tienen lugar en islas aisladas) o históricas (Sega se fundó en Honolulu en 1940), el hecho de que Sega invitara a un grupo de periodistas de Europa, Japón y América al paraíso tropical ilustra principalmente una cosa. Sega está apostando -con fuerza- para que este juego sea un éxito.

Después de haber probado tres de las cuatro "zonas abiertas" del juego en una sesión de seis horas, debería ser capaz de ofrecer, como mínimo, una conjetura cualificada sobre si realmente será así. Pero, para ser sincero, todavía estoy indeciso. Sonic Frontiers me sigue eludiendo, ofreciendo a veces una jugabilidad excelente y rápida y una presentación impresionante, mientras que otras veces se siente un poco lento y genérico. Como mínimo, es una bestia extraña, y respeto a Sega y al Sonic Team por hacer algo completamente diferente con el personaje en lugar de acomodarse sabiendo que ya ha pasado la treintena y es una gran estrella de Hollywood.

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Kronos Island

Como habrás visto en el vídeo de arriba, Sonic Frontiers se abre en una isla lluviosa y desolada, con un sombrío piano que proporciona un adecuado telón de fondo atmosférico. Se ha hablado mucho de la inspiración en Breath of the Wild, pero, al menos para mí, esto parece mucho más desolado y poco atractivo, con pocos signos de habitabilidad actual o anterior. Sonic sigue siendo el temerario, despreocupado y veloz erizo, y no parece preocuparle lo más mínimo que todos sus amigos hayan desaparecido, o que esté varado, solo, en un entorno hostil. Esta disonancia tonal hace que el juego, al menos al principio, parezca una especie de mod de la aventura de Link, en el que algún astuto fan ha conseguido transportar al icónico personaje a un juego completamente diferente.

Sin embargo, no tarda mucho en resultar más familiar.Los movimientos a gran velocidad de Sonic no están hecho para un juego de plataformas preciso como el de Super Mario o Rayman, así que en lugar de realizar todos los saltos tú mismo, te deslizas sobre raíles o sales disparado por rampas en pequeños desafíos de plataformas que parecen estar dentro de una máquina de Pachinko o de Pinball. Al final de estas escenas de alta velocidad, a menudo encontrarás algunas de las muchas llaves, esmeraldas y otros objetos brillantes que se necesitan para continuar la historia. Aunque es divertido y emocionante, los controles pueden ser un poco irregulares y, debido al formato de zona abierta, a menudo tendrás que retroceder bastante si te pierdes uno de los últimos golpes de plataforma.

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Por suerte, hay muchas otras cosas que hacer además de explorar y recoger todo lo que brilla. Lo más emocionante son probablemente los portales que conducen al Ciberespacio: pequeñas fases de contrarreloj que se asemejan a niveles anteriores de Sonic, desde los clásicos en 2D hasta los más recientes en 3D. Con música alegre y efectos visuales coloridos y llamativos, estos niveles proporcionan breves chispas de adrenalina y dan al juego una variación muy necesaria. Lo mismo puede decirse del minijuego parecido a Mario Party en el que participan las simpáticas criaturas mascota llamadas Kocos, o el sencillo pero bien presentado minijuego de pesca.

De vez en cuando, el juego también te propone algunos puzles, pero estos no consisten en mover piedras, apagar antorchas ni nada de eso. En su lugar, y al igual que en Shadow of the Colossus (posiblemente una inspiración más destacada que Breath of the Wild) los robots gigantes con los que ocasionalmente tendrás que luchar, requieren que los escales de diversas maneras y encuentres su punto débil para infligirles daño de verdad, como cuando perseguí la cola con forma de arco iris de un enemigo volador. No es demasiado desafiante, al menos en las primeras fases, pero funciona bien sobre todo porque tendrás que utilizar todo el arsenal de habilidades de Sonic para vencerlos. Lo mismo ocurre con los enemigos normales, que hacen que incluso los encuentros estándar sean emocionantes la mayor parte del tiempo.

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Ares Island

A pesar de mis problemas con los controles, disfruté mucho de mis dos horas y media en la isla de Kronos, que culminaron con una frenética batalla como Super Sonic. Es cierto que parecía un vídeo musical interactivo más que un combate contra un jefe real, pero no por ello dejó de ser un final climático para un gran capítulo. Pero luego todo fue cuesra abajo y sin frenos.

El sombrío y poco inspirado paisaje desértico de la isla de Ares no logró captar mi atención, y con pocos elementos visuales interesantes para distraerme, los problemas del juego empezaron a hacerse más evidentes. Desprovisto de todos los objetos recolectados anteriormente, la isla de Ares empezó a parecer una enorme molestia, ya que constantemente me topaba con paredes blandas que me exigían recolectar esto o aquello para avanzar en la historia. La mecánica está probablemente pensada para asegurar que no te precipites a través del juego. Pero en lugar de tirar suavemente de mí en direcciones interesantes, me pareció que me frenaba.

Otras veces ocurre lo contrario. Sonic Frontiers parece muy dispuesto a distraerte con enemigos, tutoriales emergentes y otras pantallas de relleno, mientras intentas mantenerte concentrado en una sola actividad. Sí, está muy bien que el mundo se sienta dinámico, pero cuando los distintos eventos compiten por la atención de la cámara, los controles, a veces bastante quisquillosos, se vuelven aún peores.

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Incluso el excelente combate empieza a tropezar con la arena. En un par de ocasiones, los enemigos normales parecen olvidar que también deben atacarme a mí, mientras que los combates contra los jefes empiezan a resultar un poco artificiosos. Siguen siendo visualmente impresionantes, pero la acción es menos emocionante, como cuando un tiburón de arena me arrastró por el desierto, mientras yo me aferraba a su cola realizando quick time events. Peor fue una enorme bestia a la que debía derrotar planeando y saltando entre anillos concéntricos. Por alguna razón, Sonic parecía hacer justo lo contrario de lo que yo quería que hiciera durante todo el combate. Me hervía la sangre, pero como quizás sería un poco excesivo dar un puñetazo a la pantalla y volver en el siguiente avión a casa, hice un gesto bastante inmaduro y me apresuré a ir al baño. Vaya, Sonic puede ser a veces excepcionalmente frustrante.

Lo que me lleva a mi principal preocupación con el juego. Sonic funciona muy bien, cuando todo fluye, pero puede resultar intensamente frustrante, mucho más que otros juegos de plataformas, cuando no lo hace. Así pues, Sega necesita diseñar cada elemento con extrema consideración, y en este punto temía realmente que Sega hubiera desperdiciado todo su potencial, y que el último 75% del juego fuera un relleno sin sentido. Entonces llegó la tercera isla, y de nuevo me siento confuso con mis sentimientos hacia el juego.

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Chaos Island

En ese momento, me preocupaba que el Sonic Team hubiera desaprovechado el gran potencial del inicio y que el último 75% fuera un relleno sin sentido. Afortunadamente, la última zona a la que jugué me devolvió la fe en el juego. Chaos Island es una oscura isla volcánica que no se había mostrado antes ni a la prensa ni a los fans. Después de mis decepciones en Ares Island, esta nueva zona abierta me devolvió rápidamente al mundo de Sonic Frontiers con un enfoque recuperado de misterio y suspense.

Era un archivo de guardado distinto. Sonic había aprendido algunos trucos nuevos, como el Homing Shot, una lluvia de bolas de fuego sacada directamente de Dragon Ball, los enemigos también habían evolucionado, mostrando nuevos trucos propios y siendo mucho más agresivos en su comportamiento.

Incluso el propio paisaje parecía hostil. Esto me llevó a adoptar un enfoque más cuidadoso ante los distintos retos, lo que hizo que el recorrido fuera mucho más agradable, y en general, Chaos Island me dio la sensación de que el juego había resurgido de las cenizas del nivel anterior.

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No puedo decir mucho más sobre ello, ya que la prueba solo permitía explorar una hora de este lugar. Pero al menos me dejó una sensación mucho más optimista, ya que demuestra que el juego, incluso a mitad de camino, es capaz de introducir nuevas ideas.

En conclusión, es difícil formarse una sola opinión sobre Sonic Frontiers. Es un juego loco, un juego valiente y, al igual que el veloz erizo, a menudo parece ir en varias direcciones a la vez. Sin embargo, una cosa es segura: el productor de la serie, Takashi Iizuka, no ha tenido mucho tiempo para pasar en las playas de la isla de Hawai, ya que su equipo aún tiene trabajo que hacer antes del lanzamiento.

He disfrutado de la maor parte del tiempo que he pasado con el juego, y estoy bastante convencido de que Sonic Frontiers es un avance positivo en la franquicia. Pero todavía parece un diamante -o debería decir Esmeralda del Caos- en bruto, y es demasiado pronto para saber si Sonic Frontiers podrá competir con Call of Duty: Modern Warfare II, God of War: Ragnarök y demás lanzamientos importantes en los próximos meses.

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