En el género Soulslike es bastante complicado destacar. No solo porque hay multitud de juegos que lucen con orgullo este nuevo subgénero, sino que desde la línea de salida ya te estás preparando para las comparaciones con los propios juegos Souls que le dieron forma, y que no son fáciles de superar. Lies of P, el último exponente que quiere plantar su bandera, parecía al principio que no iba a perdurar mucho en la memoria de los jugadores, pero cuanto más vemos de esta retorcida versión de Pinocho, más impresionante nos parece.
En la reciente Gamescom pudimos volver a sentarnos con Lies of P, entrando en una zona situada tras unas 6 horas de juego. Como no había jugado a la demo, estaba un poco nervioso antes de ponerme a jugar, pero Lies of P me cautivó de inmediato.
Krat es una ciudad increíblemente envolvente. Con un estilo único y basándose en un punto de la historia raramente explorado por los videojuegos, la ambientación de Lies of P destaca aunque la gente todavía se atreva a comparar su estilo con el de Bloodborne. Destila atención al detalle, y estoy deseando explorar cada centímetro de Krat cuando tenga la oportunidad. Sin embargo, en mi sesión de juego no tuve mucho tiempo para disfrutar de las vistas, así que me puse a enfrentarme a los enemigos.
Un aspecto refrescante de Lies of P es que la dificultad parece ligeramente inferior a la de juegos como Bloodborne o Elden Ring. Esto no significa que el combate sea coser y cantar, y en el poco tiempo que pasé en Krat afronté varias muertes. Pero, en lugar del muro infranqueable que te ofrece un juego de FromSoftware, el muro de Lies of P parece mucho más escalable. Hay luz al final del túnel, lo que ayudará a aquellos que suelen desconectar de un Souls tras sus primeras 30 muertes contra el jefe en el tutorial.
El combate en Lies of P es hábil y fluido mientras esquivas, contrarrestas y apuñalas a los variados enemigos a los que te enfrentas en Krat. Es una especie de combinación entre Sekiro y Bloodborne, si tuviera que ponerlo en algún lugar de la escala de FromSoftware. Además, muchos de los enemigos son rítmicos. A veces parece que estás bailando una danza mortal, sobre todo contra los jefes. De nuevo, esto puede facilitar ligeramente la curva de aprendizaje, pero también nos sumerge aún más en el mundo de Lies of P, donde la música es tan importante como la narrativa visual, y los jugadores deben estar atentos a las señales de audio para saber cuándo deben prestar atención. Es algo en lo que el equipo ha puesto mucho empeño, y sin duda ayuda a que el juego destaque.
Luché contra un jefe justo antes de que mi tiempo se viera truncado, e incluso con mi nivel menos que experto de habilidad, llevé a mi enemigo a la mitad de HP antes de ser derrotado. Según mis cálculos, algunos de los jefes más manejables no deberían llevar más de un par de intentos, lo que demuestra una vez más que la curva de dificultad ha cambiado con respecto a lo que cabría esperar de Souls. Cambiar de build puede ayudar mucho en el combate, e incluso encontrar un arma que prefieras puede marcar la diferencia. Hay un montón de armas disponibles en Lies of P, cada una con sus propias opciones de personalización entre su hoja y su empuñadura. Lleva un hacha enorme a la batalla, o empuña una daga diminuta. Cada opción tiene sus pros y sus contras, y será interesante ver cómo la gente puede hacer que el juego sea mucho más fácil o más difícil en función de los diseños que elijan.
Lies of P es el tipo de juego que casi me hace desear que Soulslike no fuera una etiqueta que se pone a los juegos hoy en día. Comparte mucha inspiración jugable con la serie Souls, pero también aporta mucho por sí mismo, refrescando la fórmula y ofreciendo algo que, con suerte, se mantendrá por sí solo cuando salga a la venta a finales de este mes.