Advertencia: Esta guía contiene spoilers sobre la historia de Hades II
Hades II está repleto de enemigos difíciles a los que enfrentarse. Desde los interminables puñetazos que te encuentras en los Campos del Luto hasta los sangrientos lamentos de los enemigos que se limitan a gritarte a la cara, hay un montón de molestias que te impiden llegar al Tártaro y a Cronos.
La primera gran prueba en tu viaje no es otra que la tutora y directora de Melínoe, la maestra Hécate. La titán no es nada fácil, y quiere ponerte a prueba para saber si tienes alguna posibilidad de derrotar a Cronos más adelante en el juego.
Aunque es la primera y la menos difícil de las jefas a las que te enfrentarás, Hécate, como Megara antes que ella, puede dar mucha guerra, sobre todo antes de que consigas mejorar el potencial de Melínoe. Así que, si estás luchando por derrotarla, aquí tienes nuestra guía rápida sobre cómo hacerlo.
Por desgracia, Hécate no tiene un botón de apagado, así que no hay una forma decisiva de derrotarla siempre. Pero, por suerte, esto deja la puerta abierta para que le patees la cabeza como quieras. En primer lugar, la preparación es tu mejor baza para derrotarla, y la mejor forma de prepararte es invertir en algunas mejoras en tu campamento. Conseguir un Desafío a la Muerte con Cenizas (o el Diente de la Suerte de Schelemeus) te permitirá cometer más errores a la hora de aprender los movimientos de Hécate. Además, los huesos de nudillo de Odiseo (que se consiguen regalándole un néctar) te permitirán reducir los puntos de vida de Hécate y hacer que recibas menos daño de sus ataques.
Hablando de los ataques de Hécate, si sabes lo que buscas con ellos, podrás esquivarlos más fácilmente. Hécate siempre empieza el combate con su anillo de fuego, hacia el que se puede esquivar y del que se puede salir, lo que permite causar daño fácilmente mientras está inmóvil. A continuación, deberás tener cuidado con sus brazos hacia atrás. Habrá un momento antes de que balancee sus bastones, lanzando arcos de fuego hacia ti, pero si esquivas justo cuando su modelo parpadea, podrás evitar el daño y que te siga. Repite este proceso hasta que llegues a su segunda fase.
Si en algún momento Hécate se divide en tres versiones de sí misma, lo mejor que puedes hacer es correr hacia la esquina superior izquierda de la arena, ya que es donde sus ataques no pueden alcanzarte. Si ese punto no es seguro, ve a la esquina opuesta. Puedes intentar averiguar cuál de las tres versiones de Hécate es la verdadera, pero puede ser complicado, así que para evitar riesgos, lo mejor es que te mantengas alejado.
Cuando Hécate invoque a sus brujas en la transición a la segunda fase, lo mejor que puedes hacer es mantenerte en movimiento. Aunque creas que estás a salvo disparándole desde una esquina, si te mantienes en pie y en constante movimiento no te convertirás en un blanco fácil para los proyectiles que se dirigen hacia ti. Solo hay un momento en este combate en el que querrás convertirte en un blanco fácil, y es en la transición a la tercera fase de Hécate. Aquí, enviará un orbe que parece rastrearte hagas lo que hagas y te convertirá en una oveja. En el momento de escribir esto, nuestra mejor recomendación es que dejes que ocurra. Si te conviertes en oveja al principio, pasarás menos tiempo deambulando desesperadamente, ya que las brujas amigas de Hécate aparecen un par de instantes después de que te polimorfes.
Después de eso, repite lo mismo esquivando los ataques de área lo mejor que puedas y manteniéndote cerca de Hécate siempre que no esté dividida en tres. Si mantienes la presión, la derribarás enseguida. Una cosa que hay que tener en cuenta sobre la fase tres es que Hécate se teletransportará ocasionalmente detrás de ti para intentar sorprenderte, pero mantén tu acelerón hasta que la veas aparecer, y entonces ponte detrás de ella y todo irá bien.
¿Cómo has derrotado a Hécate?