Desde el mod original de Warcraft III a Dota 2, pasando por Heroes of Newerth o League of Legends, el género MOBA se ha hecho cada vez más grande.
Cualquier género popular (hablamos de más de 20 millones de jugadores en adelante) atraerá a las editoras, que intentarán hacerse con su parte del pastel. Es lo que ha motivado tal cantidad de MOBAs en los últimos años. Algunos exitosos, otros fácilmente olvidables.
Es difícil mantenerse en un segmento tan poblado, pero Guardianes de la Tierra Media cuenta con tres factores que le ayudarán a conseguirlo. En primer lugar, está basado en El Señor de los Anillos, por lo que podrás jugar como Gandalf y otros personajes popular. En segundo lugar, está destinado a consolas, donde el género aún se encuentra en pañales. Y tercero y más importante, solventa muchos de los problemas presentes en el género.
Aunque Dota, League of Legends y otros resultan inmensamente populares, también se han ganado su reputación por no dar tregua a recién llegados, dada su brutal curva de dificultad. Monolith ha tomado nota al llevar el concepto a consolas, creando una versión mucho más accesible.
Si no tenéis idea de lo que es un MOBA, aquí lo esencial: dos equipos de cinco héroes compiten por destruir la guarida central de la base enemiga. Oleadas constantes de enemigos la defienden organizándose en tres líneas defensivas. Cada línea cuenta con una torre que habremos de tomar antes de avanzar a la siguiente. Todos los héroes comienzan en el nivel 1, subiendo rangos conforme avanza el juego. Cada nivel les otorga nuevas habilidades y hechizos.
El DOTA original incluía unos 100 héroes y una ingente cantidad de items que adquirir en la tienda de la base u ocultos en el mapa. La complejidad se presupone.
Guardianes de la Tierra Media rompe algunas de estas convenciones, aunque sin comprometer la esencia del concepto. Los fans más enconados puede que griten y blasfemen ante algunos de lo cambios que voy a mencionar, pero si no estáis iniciados en el género los encontraréis totalmente lógicos, aunque sacrifiquen cierta profundidad.
Por ejemplo, en Guardianes de la Tierra Media no hay items y, consecuentemente, tampoco tiendas ni oro (que normalmente dobla tanto el dinero como la experiencia). Comienzas con tu ataque estándar y todas las demás habilidades han de ganarse aniquilando enemigos.
Además, en la mayoría de MOBAs recibimos experiencia u oro solo por aquellos enemigos que matamos personalmente. No ocurre aquí, otorgándosenos también por todos aquellos que perecen a nuestro alrededor. Si les damos muerte nosotros mismos, recibimos un bonus.
Ambos resultan cambios muy significativos, que serán bien recibidos por los nuevos jugadores, seguramente abrumados por la complejidad de otros títulos. En otras palabras, Guardianes de la Tierra Media es un juego ideal para novatos.
Quedó meridianos durante los dos combates de 20 minutos que jugué durante la presentación del título en Gamescom. La primera ronda busca tan solo divertirnos, mientras se nos instruye en mecánica y manejo. La segunda es mucho más seria, no obstante.
La beta de Dota 2 lleva ya varios meses instalada en mi disco duro, pero no me ha motivado lo suficiente como para jugarla mucho tiempo.
Mi primera incursión en Guardianes de la Tierra Media fue diferente. Casi inmediatamente, sentí que controlaba la situación. Sabía cuándo avanzar a la torre enemiga y cuándo replegar mis tropas. Cuándo alguien necesita asistencia y cuándo perseguir al enemigo. Monolith ha lijado las aristas del género para que todo pueda pillarse a la primera.
Suelo ser escéptico con los MOBA, pero aquí me he divertido desde el primer momento. Juego como Gandalf, uno de los 25 héroes disponibles. Sus invocaciones incluyen un escudo (Llama de Udûm) y una habilidad especial (que no podrás desbloquear hasta que alcances los niveles más altos) de daño demoledor. Otros héroes son Galadriel, Gollum o el mismísimo Sauron.
El género MOBA tiene sus raíces en los RTS o títulos de estrategia en tiempo real, lo que a menudo se refleja en su control: has de hacer click allí a donde quieras que se dirija tu héroe. Monolith ha reinventado los controles para adaptarlos a consola, resultando su solución tan elegante como divertida. El stick izquierdo controla a tu personaje, mientras que el derecho sirve para apuntar. Tu ataque estándar se activa con el gatillo derecho, mientras que los botones frontales se utilizan para habilidades y hechizos (una vez subas de nivel, has de elegir qué hechizo potenciarás). El teletransporte a nuestra base se realiza con el botón Back.
Todo funciona a la perfección, hasta el punto de que, al enfrentarme nuevamente a Dota 2 (alentado por mi experiencia con Guardianes de la Tierra Media), quedé frustrado al momento por cuan torpe e impreciso resulta el control con teclado y ratón en comparación.
Encontramos tres modos de juego. El primero, Battlegrounds, que limita cada enfrentamiento a 20 minutos. Si nadie destruye la base enemiga antes de cero, el equipo con más puntos gana. Los bots ocupan los puestos de jugador huérfanos.
El segundo se apoda Elite y se aproxima a las reglas tradicionales del género. No hay límite de tiempo ni bots. Los diez héroes han de ser controlados por jugadores y cada juego suele durar una hora.
Finalmente nos topamos con Skirmish, donde equipos de cinco jugadores se enfrentan a otro equipo de bots (estos también ocuparán los huecos vacíos).
Sobre el papel, es tremendamente difícil llevar el género MOBA del PC a consolas, pero a juzgar por la hora que hemos pasado con el juego, Monolith lo ha conseguido a la perfección. No solo han hecho que la fórmula funcione con un mando, además la han hecho más accesible. Guardianes de la Tierra Media dista del típico juego que trata de hacer caja amparado por una célebre licencia. Es un producto bien realizado y una valiente aproximación al género.