Probablemente no hayas visto jamás a Gandalf, Sauron y Arathorn luchando del mismo bando, pero en Guardianes de la Tierra Media es algo que ocurre de forma regular. Y aunque el juego escarba bastante en la mitología del Señor de los Anillos de Tolkien, la mayoría de los personajes jugables resultarán poco o nada familiares para los que se han quedado en las cintas de Peter Jackson. Y tampoco se preocupa de cánones oficiales o cronologías, pues aquí los poderes de la oscuridad se alían con las fuerzas del bien cada dos por tres.
En lo que se centra Guardianes de la Tierra Media es en la diversión, y para eso deja la temática como un telón de fondo de la jugabilidad. Y eso es algo bueno.
Es un juego MOBA, copia de DotA o de gestión de Lords, según a quién preguntes. Es un género que ha encontrado un crecimiento explosivo durante los últimos años, sobre todo a causa de League of Legends, probablemente el juego más popular para ordenador hoy en día.
Las raíces del género se pueden identificar en el género de la estrategia en tiempo real y Warcraft III, y títulos como Dota 2 o Heroes of Newerth también habitan en este espacio. Es una compleja y profunda experiencia, y por lo tanto suele parecer un género que sólo se puede disfrutar como es debido con un PC, un teclado y un ratón.
Por esto es bueno que Monolith piense todo lo contrario. Se propusieron crear un MOBA para consolas, sin importar lo que les costase, y en algunos aspectos lo han conseguido. Los Guardianes de la Tierra media es una delicia cuando lo juegas y además demuestra que se pueden jugar este tipo de juegos con un mando en las manos.
Si conoces el género, sáltate este párrafo. En los juegos MOBA dos equipos con cinco jugadores por bando se enfrentan y procuran hacerse con la base enemiga. El nivel se divide en tres "carriles" o circuitos, por llamarlos de alguna forma. Los 'drones' controlados por la IA fluyen sin parar hacia la base rival, y los jugadores deciden cómo defender sus propias tropas, luchar contra las del enemigo y cargarse a los jugadores rivales. Se van obteniendo puntos de experiencia (XP) derribando enemigos, y según vas subiendo de nivel, puedes recibir habilidades nuevas o mejoradas. Cada camino también cuenta con una torre defensiva que debe caer antes de atacar la base en sí.
En muchas cosas las limitaciones de las plataformas parecen haber beneficiado a los desarrolladores. El Defence of the Ancients (Dota) original partía de Warcraft III y se controlaba como un RTS clásico, combinando ratón y atajos de teclado; algo que simple y llanamente no se puede traducir a un mando tradicional. Esto obligó a Monolith a replantear el concepto desde el principio, y al hacerlo tuvieron que romper algunas convenciones establecidas del género. Guardianes de la Tierra Media es más directo y simplificado que su competencia, y por lo tanto más accesible.
La principal diferencia reside por tanto en los controles. Donde en otros juegos MOBA haces clic en posiciones y enemigos para comandar a tu personaje, aquí asumes control directo. Te mueves usando el stick izquierdo y apuntas con el derecho, lanzas ataques estándar con uno de los gatillos y activas habilidades especiales con los botones frontales. Interacciones más complejas como mejorar tus habilidades o construcciones se realizan igual de rápido, y la verdad es que impresiona lo sencilla que es la experiencia. Probé una demo del juego en la Gamescom el pasado verano que me ilusionó tanto que me apunté a la beta de Dota 2 cuando volví de Alemania. Pero los controles me echaban tanto para atrás que pronto dejé de jugar la beta.
También hay algunas áreas en las que Guardianes de la Tierra Media tendrá que soportar las críticas de los jugadores MOBA que lleven unos años. En primer lugar, no hay "last hitting". En otros juegos de MOBA, suele ser el jugador que da el último golpe a un enemigo el que recibe el oro o los XP por cargárselo. Aquí no es así: todos los jugadores en la cercanía son recompensados. Esto tiene dos efectos. Primero, no puedes acercarte y "robar" XP de un compañero de equipo, así que no hay riesgo de que los compañeros más ansiosos se carguen la partida. Después, resulta en un 'levelling' más rápido, y por lo tanto en partidas más cortas (suelen durar 20 minutos) en el modo estándar. Las partidas en LoL o Dota 2 suelen llevar de 40 minutos a una hora.
Otra diferencia es que no hay tienda en tu base en la que puedas gastar oro o XP para adquirir artículos. Sin duda es algo que reduce la profundidad, pero teniendo en cuenta que un juego como Dota tiene más de 1.000 artículos en la tienda, esto es algo que vuelve a hacer el juego más accesible.
Finalmente no cuesta nada de maná usar las habilidades especiales: solo están limitadas por el tiempo de refresco.
Si bien estos cambios tienen un impacto considerable sobre la experiencia, en realidad no afectan al concepto central del juego. Sigue siendo de máxima importancia cooperar como equipo para alcanzar la victoria, y los jugadores más veteranos pueden seguir triunfando en el juego y liderar a su grupo a la gloria.
También hay un sistema de progresión que va liberando los llamados Comandos, magia que se puede emplear con todos los personajes, así como Gemas y Reliquias, que pueden otorgar ventajas puntuales como velocidad o daño aumentados.
En total hay 22 personajes (y más que llegarán mediante DLC), pero solo tienes acceso a un puñado al comienzo del juego. Los demás se liberan con monedas de oro que adquieres en la competición. Si sumas a esto la selección cambiante de personajes a los que todos los jugadores tienen acceso sin importar si han usado monedas, es un buen modelo que permite a los jugadores que no jueguen demasiado contar con algo de variedad en cuanto a guerreros.
Porque los juegos MOBA pueden ser duros e implacables con los jugadores novatos, y aunque Guardianes de la Tierra Media gracias a su naturaleza abierta se ha librado de parte de la abrumadora complejidad del género, aún puede ser despiadado con los nuevos. Jugué durante varias horas hasta ganar mi primera partida, pero la verdad es que no se me borró la sonrisa durante ese tiempo. El centro del juego es tan divertido que lo seguirás disfrutando incluso cuando vayas perdiendo, y cuando finalmente consigues la victoria lo celebrarás con un grito o algo así.
Mi mayor pega es que el juego es demasiado sensible al lag (retardo). Si el anfitrión tiene una conexión mala, sufrirás una partida entrecortada que puede cargarse toda la experiencia. Otro punto negro es que si un jugador abandona a mitad de un juego, el resto de su equipo sufre severas consecuencias y no tiene opción real de ganar (a no ser que fuera ganando por mucho), pero este es un problema de siempre en juegos similares.
Monolith también ha decidido incluir un nivel alternativo con solo un camino o carril, por lo que las tácticas son menos importante y solo importa la destreza en el combate. Personalmente, no acabé de tragar este tipo de mapa, pero siempre puedes pasar de él.
Quitando estas pequeñas quejas, Guardianes de la Tierra Media es un logro impresionante. Los diseñadores y desarrolladores han conseguido coger un género que impensable en consolas y ha hecho que funcione... y en algunos aspectos llega a mejorar a los títulos en los que se inspira. Al menos esa es la impresión que me ha dejado. Cuando todo sale bien y terminas en un equipo capaz de cooperar (y la conexión no da problemas), se trata de una experiencia online increíblemente adictiva. Si últimamente te ha picado la curiosidad sobre el género MOBA y nunca te has atrevido, está claro por dónde deberías empezar.