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Godfall

Análisis de Godfall

Viste la armadura de la luz y enfréntate a innumerables enemigos formidables. Eso sí, todos muy pareciditos.

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Un rostro robótico flotante que recibe el nombre de The Sanctum me dice mientras da vueltas por el aire envuelto en una especie de luz de neón que tengo que fabricarle a mi personaje, Orin, una Valorplate (un tipo de armadura especial) llamada "Archon of Rebirth" para que así se convierta en Fénix y pueda atacar un nuevo reino de los cuatro elementos. Al principio, Orin es un todopoderoso guerrero enfundado en una armadura brillante, pero después de jugar durante una hora se convierte en una mujer, aunque su voz siga siendo más grave que la de Optimus Prime cantando metal. Tras avanzar otra hora en el título volví a ser el Orin original y The Sanctum ha pasado a ser ahora mi Cortana personal, que, con su voz, idéntica por cierto a la del ayudante del Jefe Maestro, me hace de guía por los niveles más lineales que he visto en años.

Godfall es un lío de tres pares de narices, no hay por donde pillarlo. Durante la mayoría del tiempo, no entendía absolutamente nada de la cantidad de nombres, objetos, tipos, razas y grupos con las que me bombardearon en las primeras horas de juego. Supongo que con esto lo que pretenden es que no me dé cuenta de lo monótona que es la partida, y a veces he llegado a pensar que le ha funcionado el truco a Counterplay Games.

La obra se ha venido etiquetando desde que se anunció como un "looter slasher", toda una tontería acuñar un término nuevo para esto, vaya. Mejor no me voy por las ramas, ¿no? Básicamente, Godfall es una mezcla de Monster Hunter y Diablo. ¡Bum! Tendrás que correr hacia delante sin parar por pasillos más lineales imposible mientras le partes la cabeza a los enemigos con una espada gigante (o un hacha) y recoges los orbes y objetos que sueltan al morir. Este botín te servirá para mejorar tanto a Orin como sus armas para así lograr acercarte al objetivo principal, derrocar al maligno Macros, que, aparte de ser el hermano mayor de Orin, es un dios loco que está a punto de destruir el reino entero.

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El estudio de Counterplay Games, con sede en California del Norte, está formado por 75 personas que gracias a la ayuda económica de Gearbox, los creadores de Borderlands, han podido diseñar el "videojuego de sus sueños" utilizando el motor Unreal Engine 4. Los integrantes de Counterplay Games provienen por partes iguales de Blizzard y de los desarrolladores de Destiny 1 y 2, y salta a la vista que han intentado crear un producto que coge lo más novedoso de la competencia y lo han intentado juntar todo en uno. Los niveles intentan parecerse a Diablo III mientras que el diseño se da un aire con Destiny 2, además de que también tenemos pequeñas IA flotantes que nos guían por los niveles. Respecto a las armaduras, emplean esa tendencia Arena of Valor / El archivo de las tormentas que Bungie adoptó en su juego desde sus orígenes.

El combate es más simple que el mecanismo de un chupete, Orin golpea pulsando el R1, hace un ataque pesado con el R2, esquiva los ataques enemigos con la X y alza el escudo con el L1. Todas las batallas dan la sensación de ser intensas, y el título cuenta con un montón de movimientos enfocados a lograr esa sensación de satisfacción que se obtiene al ejecutar a un enemigo de una tajada en el momento justo y acertando en el lugar exacto. Además, durante las 8 o 9 horas que te dura el juego puedes pillarle el truco perfectamente tanto a las armas como a las habilidades.

El ritmo del personaje al moverse es bastante bueno, ya que obviamente puedes esprintar, pero no puedes saltar (algo normal en el género, pero que no deja de ser extraño y restrictivo) y, para lo grande que es Orin, se mueve con bastante soltura, la verdad (al menos en su "forma masculina"). El problema es más que Godfall nunca llega a dar la sensación de ser algo más que una lujosa demostración gráfica. El mundo en el que Counterplay ha puesto tanto empeño en diseñar se siente plano y cansino, y los personajes más de lo mismo, es prácticamente imposible empatizar con ellos. Todos los enemigos con los que te topas son bobos hasta decir basta; creo que Orin aniquila al mismo caballero de Macros con el mismo rifle de plasma unas 670.000 veces, y los jefes finales son predecibles y de lo más vulgares.

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El diseño es una mezcla descarada entre Arena of Valor y Destiny, y, aunque el templo que se puede ver al inicio de la aventura es magnífico, con sus pasillos dorados que exprimen el Ray Tracing al máximo, estamos ante el ejemplo perfecto de que un buen diseño no sirve de mucho si tanto el mundo que le rodea como la mitología en la que se basan estos diseños no se sienten vivos o al menos despiertan algo de curiosidad. Godfall no hace un buen trabajo en este tema y Counterplay ha fallado estrepitosamente al intentar que me interese por algo más que no sea pasarme el juego lo más rápido posible para no volver a ver a Orin nunca más en la vida.

La verdad es que pocas veces hablo del precio de un lanzamiento cuando lo analizo, porque me parece algo un poco fuera de lugar, y, de hecho, es algo que en general rara vez hacemos en Gamereactor. Sin embargo, con Godfall me temo que debemos abordar el tema, ya que Gearbox nos pide 79,95 € por el título, una broma de muy mal gusto. Que se ve muy bien, sí, pero es que Demon's Soul se ve mejor. El título de Counterplay cuenta con una gran cantidad de efectos lumínicos, texturas en 4K y reflejos que te hacen pararte a contemplarlos para justo después ir a enfrentarte al mismo enemigo estúpido al que ya has destrozado 100 veces. Desde este ángulo Godfall se parece mucho a Ryse: Son of Rome para Xbox One: muy bonito, pero monótono y sin esencia propia. Un juego de lanzamiento muy básico del que nadie se acordará en un par de meses.

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05 Gamereactor España
5 / 10
+
Diseño extravagante, contundentes mecánicas de combate, efectos de iluminación espectaculares.
-
Enemigos repetitivos, experiencia de juego muy básica, sistema de botín aburrido, muy repetitivo en general, la mitología carece de sentido alguno.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Petter Hegevall

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