Análisis de Gem Wizards Tactics

Si tuviera que describir Gem Wizard Tactics en una palabra sería entretenido. Se trata de un juego de estrategia basado en turnos que cumple su función de distraerte un rato a la perfección sin más pretensiones que eso. Relata la historia de un mundo en conflicto en el que la facción de los demonios está tratando de invadir a la facción patata, que deberá defenderse del ataque. La premisa es bastante simple, pero encaja con el nivel de complejidad que presenta la partida en sí.

Ofrece dos modos de juego principales además de un pequeño fragmento de historia. El modo campaña consiste en 9 niveles generados aleatoriamente (por procedimientos) cada vez más difíciles que has de superar para llegar a la Omni-gema. Lo curioso es que puedes decidir jugar tanto como las patatas, como los demonios invasores, así como un tercer grupo que se llama Orden de Azure.

El modo misiones es un estilo más de juego libre en el que se pueden configurar más aspectos del mapa para que puedas crear tu propio reto, dependiendo de la dificultad que estés buscando. Puedes cambiar desde el tipo de mapa hasta la cantidad de turnos para que salgan enemigos nuevos, de manera que los jugadores más expertos que ya se hayan cansado del modo campaña puedan seguir retándose a sí mismos.

Como la mayoría de los juegos, este empieza con un modo tutorial que sinceramente, se me hizo un poco pesado. Es necesario porque hay bastantes mecánicas que aprender, pero a la hora de comenzar se vuelve un poco tedioso. El sistema de turnos es una buena mecánica que le va bien a la propuesta, porque te deja tiempo para pensar y no te mete prisa, generando así una experiencia bastante relajada.

Sin embargo, después del tutorial, desbloqueas el poco de historia que ofrece llamada Historia de Derby. Para mí esta es la parte más divertida del juego, ya que ves como el jefe de los demonios manipula a un becario haciéndole creer que la invasión a las patatas está justificada. En este fragmento, que para mí resulta un poco corto, puedes ver cómo los personajes tienen una personalidad bastante divertida que encaja perfectamente con la temática un poco absurda que presenta Gem Wizard Tactics.

Una de las cosas que, cuando empecé a jugar, me llamó la atención, fue el hecho de que, para ir avanzando, no sea necesario derrotar a todos los adversarios, sino que haya que capturar un número de banderas determinado. He de decir que eso me pareció un punto muy a favor, ya que abre lugar a más estrategias que simplemente "equípate a los personajes que hagan más daño y destroza a todo el mundo".

Dicho esto, sin duda el punto fuerte del juego son las habilidades únicas que tiene cada personaje y la posibilidad de combinarlas entre ellas para sacar ventaja. Por ejemplo, los personajes con magia cuentan con la opción de lanzar una ráfaga de aire que desplaza a todas las tropas cercanas una casilla en la dirección deseada, pero si un personaje tiene la habilidad de rodar se desplazará por el mapa hasta que choque con algo, permitiendo así mover a un personaje de manera rápida sin gastar más que un movimiento.

Las diferentes facciones presentan diferentes tipos de habilidades, cosa que también afecta a tu modo de juego. Las patatas tienen habilidades basadas en agua y plantas, lógicamente; los demonios son más ofensivos y usan el fuego; y la Orden de Azure aprovecha el hielo a su favor. Lo curioso es que durante la partida, hay tropas perdidas en el mapa independientes a la facción que hayas escogido que pueden ser rescatadas y unidas a tu equipo. Eso te permite llegar a más combinaciones y estrategias que solo usando los personajes de un grupo concreto.

Como conclusión, Gem Wizards Tactics es un juego divertido que en mi opinión se beneficiará mucho de un modo historia más largo, ya que estamos hablando de una experiencia de móviles que se adapta ahora a Xbox y Nintendo Switch, por mucho que la última, la versión que he probado para este análisis (por cierto, cuesta el doble en la eShop que en la Store de Microsoft) se preste a partidas rápidas en portátil. Aun así, cumple lo que promete: mantenerte entretenido descubriendo las diferentes habilidades de los personajes y cómo combinarlas. No se trata de nada revolucionario ni rompedor, pero tampoco pretende serlo, es un juego pequeño y entretenido, perfecto para desconectar un rato y pasarlo bien sin esperar grandes locuras.