Análisis de Fire Emblem Fates: Estirpe

¿Tras meditar las opciones que ofrece Fire Emblem Fates eres uno de esos jugadores que no puede evitar sentirse fuertemente ligado a su familia y a su reino natal? Entonces Fire Emblem Fates: Estirpe es tu título. De cualquier modo, puede que llegues este análisis de Estirpe de primeras, así que te recomendamos encarecidamente pasarte primero por nuestro análisis general de Fire Emblem Fates y Conquista, pues en este solo vamos a tratar aquellos elementos propios de Estirpe y las principales diferencias entre uno y otro que pueden hacerte cambiar de decisión. Y luego también puedes leer el análisis de Revelación, la tercera historia vía DLC en la que no te casarás con ningún bando.

Defensores de Hoshido

Si tras la dolorosa decisión entre dar apoyo a la familia adoptiva de tu personaje Corrin en Nohr o a sus auténticos hermanos defendiendo Hoshido decides que no puedes dar la espalda a tu propia sangre, vas a encontrar en Fire Emblem Fates: Estirpe un título que puede definirse como el heredero primogénito de la anterior entrega de la saga en Nintendo DS, Fire Emblem: Awakening.

Todos los elementos que hicieron a Awakening lo que es y le cosecharon el éxito que obtuvo entre el público están presentes en Fire Emblem Fates: Estirpe. Si Conquista se caracteriza por la escasez de suministros y de experiencia para los guerreros, en Estirpe el jugador tiene un control total sobre esos parámetros, pudiendo obtener experiencia, dinero y afinidad de manera rápida y sencilla en numerosas escaramuzas opcionales. Esto quiere decir que no necesariamente se trata de un juego más fácil (más bien resulta más accesible y con mayores oportunidades), pero que sí coloca en las manos del usuario las herramientas necesarias para encarar con mayor preparación los desafíos de la historia. En Mi Castillo también tiene muchos más puntos para construir efectivas defensas y afrontar las invasiones vía StreetPass.

Al igual que en el caso de Conquista, la decisión de apoyar a una u otra familia está fuertemente cargada de drama en la historia, y en este caso dolerá ver las reacciones de la familia adoptiva de Corrin al ver que les da la espalda, y toda la experiencia de la historia deja un regusto amargo en la boca al ver que no todo puede volver a ser como antes. Intelligent Systems ha dado el todo por el todo en hacer que la decisión te marque en ciertos momentos de la trama.

Y como no todo en Estirpe podía ser beber de la fuente de Awakening, y dado que el reino de Hoshido cuenta con una clarísima ambientación japonesa que va mucho más allá de su nombre, era de esperar que tanto las clases de personaje como las armas variaran. El juego introduce un nuevo y vasto elenco de arquetipos de personaje que van desde el samurái hasta los magos/adivinos o los zorros de nueve colas, con armas tales como katanas, kodachis, naginatas o pergaminos de invocación. Las armas todas tienen un análogo en el juego hermano (por ejemplo, las naginatas son el sustituto de las lanzas), pero es en las nuevas clases donde se pone en evidencia que Hoshido y Nohr no entienden la guerra del mismo modo.

Si Nohr apuesta por los caballeros en brillante armadura y los poderosos y blindados jinetes, Hoshido es la tierra de los esquivos ninja, que rara vez son letales pero debilitan los atributos del enemigo, o los implacables samurái que atacan fuerte y muy rápido con sus katanas. Los personajes en general van a tener menos vida y defensa que sus contrapartidas de Conquista, así que el enfoque de ataque tiene que ser menos directo y jugar más con las emboscadas, con las trampas del terreno y con las posibilidades de los miembros de la realeza de alterar el mapa de juego.

Una vez más, y al igual que pasa con Conquista, cabe destacar que Fire Emblem Fates: Estirpe soluciona con creces uno de los mayores problemas de Awakening, que eran los tableros poco inspirados. Los campos de batalla de Fates gozan de un diseño único cada uno, y permiten disfrutar de una inmersión mayor a la hora de buscar estrategias y tender emboscadas.

Resumiendo: Si eres un jugador que no busca una experiencia tan intensa como es Conquista, o que prefiere hacer las cosas a su ritmo y no tener que seguir las pautas del juego, Fire Emblem Fates: Estirpe pone todas las herramientas en tu mano para que los personajes se hagan fuertes y ganen vínculos entre ellos de una forma más sencilla, todo ello ofreciendo algo más de cola que Conquista, entre 30 y 40 horas de juego para completarlo si te pasas todos los episodios secundarios.

La verdad es que entendemos que la decisión sobre qué juego comprar pueda ser tan complicada como la de a qué familia apoyar en la guerra. Ambos títulos son de lo mejor del catálogo de Nintendo 3DS y del género, y mejoran la serie en casi todos los aspectos, añadiendo perspectivas, historias y propuestas de juego distintas. En realidad, un fan no debe perderse ni Estirpe ni Conquista (su decisión es más bien en qué orden jugarlos). Para todos los demás jugadores, os invitamos a decidir con nuestros dos análisis.