Hemos pasado de la esperanza a la desesperación para volver una vez más a la esperanza. Así varias veces. Y es que han transcurrido diez años desde que estuve en el E3 de 2006 con el compi Bengt Lemne sentado en una de las butacas del teatro cuando Square Enix anunció Final Fantasy Versus XIII. Fue algo muy inusual, con-spin offs de Final Fantasy y sabiendo que Final Fantasy X era en aquel entonces el único con una secuela propia llamada X-2.
Nunca me gustó particularmente Final Fantasy XIII y mi interés en Versus XIII desapareció porque era un producto del que simplemente no quería ver más. Diez años es mucho tiempo en el mundo de los videojuegos y cuando Versus fue anunciado, PlayStation 3 ni siquiera se había lanzado. Después se hizo el silencio hasta hace unos pocos años cuando el juego cambió de nombre a Final Fantasy XV y se mostraba en todo su esplendor.
Pero ni aquello terminó de despertar las ganas en mi interior. Una historia sobre una boyband japonesa pasando el rato de colegueo en una road trip no encajaba en mis expectativas de lo que debería ser un Final Fantasy. Por tanto, el 'hype' por mi parte seguía siendo bastante bajo y en realidad no fue hasta la pasada primavera cuando empezó a crecer algo en mí sobre cómo de grande era este juego realmente y lo que su director Hajime Tabata quería lograr.
Y sí. Esto es un auténtico Final Fantasy con toda su esencia. Detrás del protagonista que inicialmente podría ser el segundo más desagradable de la serie de lejos (el insoportable de Tidus juega en otra liga), se esconde una aventura que tiene mucho más en común con los primeros juegos de la serie de lo que me atreví a imaginar. Es una vuelta al enfoque algo más ligero de los primeros títulos en el que los protagonistas tropiezan con algo grande y se convierten en héroes de forma accidental.
El hecho de que haya cuatro protagonistas que no caen especialmente bien de primeras es algo que rápidamente olvidé tras conocer al que parece salido de la WWE Gladiolus Amicitia, el divertidísimo y encantador Prompto Argentum y el inteligente cocinero Ignis Scientia. Son realmente personajes muy buenos y la interacción entre los cuatro aporta mucho a la experiencia. Incluso cuando empecé la primera misión ya me impresionó cómo charlaban entre ellos, gritaban todo tipo de cosas y se comportaban como cuatro felices colegas que van de aventura.
Pero antes de iniciar el viaje, te recomiendo que eches un vistazo al anime Brotherhood porque aumentará considerablemente tu grado de disfrute con el juego. De esta forma, entiendes qué personalidad tienen los personajes principales, por qué reaccionan como lo hacen en ciertas situaciones y quiénes son realmente. Supongo que algunos de vosotros no estaréis interesados en absoluto en esto y, obviamente, podéis disfrutar del juego de todos modos, pero realmente estos cinco episodios de la serie de animación que apenas suman una hora aportan bastante. Otra cosa que deberías hace es visitar el modo entrenamiento. Por desgracia, al igual que muchos otros juegos japoneses, las explicaciones no siempre están del todo claras y el sistema es tan sofisticado que merece la pena dominarlo porque pelearás mucho en esta aventura.
Una cosa sobre la que quiero hablar es la música. Final Fantasy tiene sin duda una de las mejores bandas sonoras de los videojuegos y obviamente el listón estaba muy alto, por lo que muchos tenían curiosidad sobre cómo sonaría Final Fantasy XV. Con Nobuo Uematsu fuera de la franquicia, su sucesora Yoko Shimomura tenía una gran responsabilidad. Afortunadamente ella cumple de sobra con su labor. En algunas ocasiones escucho pequeñas piezas de anteriores juegos que sirven para calmarme y tener en mente que esto es un verdadero juego de Final Fantasy, aunque todo lo demás esté construido desde cero.
Esto está presente en prácticamente cualquier cosa, desde el tema principal hasta las melodías que suenan después de terminar las batallas que luego son seguidas por una nueva música fantástica que se adapta a la aventura de forma perfecta. No puedo pedir nada más en este aspecto. Y es ahora cuando deberías saber que en la radio del coche puedes escuchar las canciones clásicas de la serie que te acompañarán en tus viajes.
Esto hace que los muchos y largos trayectos en coche sean más agradables y el hecho de que Noctis y la pandilla se pongan a hacer cosas mientras tanto ayuda. Los cinturones de seguridad por supuesto no son una prioridad en el mundo de Eos, pues Prompto puede darse la vuelta en el asiento de delante para hablar con el príncipe o este mismo ponerse al borde del coche. Es así como se viaja entre las diversas misiones y con frecuencia se paran a mitad del trayecto porque han descubierto algo interesante en la carretera o hay enemigos más adelante.
Es realmente un mundo enorme y vibrante el que se nos presenta como jugadores esta vez. En todas partes veo enormes monstruos y pacíficos seres herbívoros que solo están esperando a darme unos cuantos puntos de experiencia. Sin embargo, no puedo ir a cualquier parte del mapa como en los juegos de The Elder Scrolls, sino que poco a poco voy desbloqueando el mundo y las cosas que hay disponibles para hacer. Siempre hay una razón para volver a antiguas localizaciones, como hacer misiones para las que antes tenías un nivel bajo, habilidades equivocadas o un equipamiento demasiado flojo.
Es un sistema de combate que se adapta muy bien a la fórmula de Final Fantasy y de hecho se siente de forma vaga como si estuviera jugando a Final Fantasy IV, pero con todo mejorado infinitamente. Por ejemplo, a veces me topo con enemigos más fuertes de los que puedo soportar en batalla, como cuando me encontré a un Cadente durante un viaje en coche por la tarde-noche y me di cuenta de que no tendría ninguna oportunidad de ganar, por lo que decidí simplemente salir corriendo y escapar. Puesto que Final Fantasy XV presenta a los monstruos en un mundo abierto, hay que dar por supuesto el huir, pero no hay garantías de que el enemigo no haga lo mismo y te siga. Y eso es lo que pasó, que no pude escapar y al final mordí el polvo. Todo se sentía igual que las épicas batallas en Final Fantasy cuando tenías el sistema Batalla en Tiempo Continuo (BTC o ATB en inglés) y no podías salir del combate.
Luchar es otra historia diferente. Como en cualquier otro juego de rol, Final Fantasy se ha orientado más hacia peleas basadas en la acción. Square Enix ha estado experimentando durante muchos años esto, pero nunca lo hizo realmente bien a pesar de los grandes cambios que incluía con cada nueva entrega. En Final Fantasy XV, sin embargo, el sistema de combate se ajusta como un guante con buenos contraataques, una selección muy cómoda entre estilos de combate y magia, así como divertidos ataques especiales.
La forma en la que funcionan las magias me recuerda un poco a lo que encontramos en Final Fantasy VIII, lo que significa que te toca recogerlas por el escenario y actúan como consumibles. Con un solo hechizo de fuego puedes lanzar un ataque débil, pero al tener muchos se vuelve más poderosos. De hecho, te obliga a mezclar y estar pendiente del menú hasta dar con la magia que deseas, pero por lo general es un sistema que va bien. Además, hay algunas reglas no escritas de la serie que siguen presentes como los ataques por la espalda al comienzo de los combates. Por lo tanto, es inteligente determinar el ángulo con el que abordar a los enemigos y tratar de girar durante el transcurso de la batalla. Esto no significa que todo sea genial y fantástico, claro.
Hay dos cosas que van en detrimento de la diversión en los enfrentamientos. Una es que el juego parece tener problemas para entender que estás en combate. En bastantes ocasiones puedo estar empezando una lucha contra un par de bestias para conseguir experiencia o un objeto que necesito y de repente aterriza una nave con soldados enemigos que interfieren en mi objetivo. En un instante tengo dos batallas separadas iniciadas simultáneamente y el sistema no maneja esto particularmente bien. El otro problema es más grave y es la cámara durante los combates.
Como en la mayoría de los juegos nipones se supone que el juego en sí se encarga de esta parte y. al igual también que en la mayoría de los juegos japoneses, funciona muy mal. No te sorprendas si luchando contra una tropa de soldados de más nivel necesitas planear tus ataques y combos para sobrevivir pero la cámara piensa que es más importante mostrarte en su lugar una pared o un zoom extraño de algunos arbustos de los alrededores. De vez en cuando es una frustración y es uno de los problemas más gordos que tiene el sistema de combate.
La historia del juego es difícil de explicar sin estropearla y es algo a lo que obviamente ningún fan de Final Fantasy quiere exponerse después de una década de espera. Sin embargo, por lo general la trama no está tan presente como en entregas anteriores debido en gran parte al mundo abierto y a la abrumadora cantidad de misiones secundarias. Para aquellos que quieran centrarse solo en el relato principal tienen por suerte una lista bien diseñada donde aparecen todos los objetivos y tareas activas. Desde ahí puedes simplemente optar por seguir adelante con la trama y dejar todo lo demás. Personalmente siento que el argumento es más un contexto y una buena excusa para ir de aventuras, en lugar de ser el propósito principal, incluso cuando se intensifica en la segunda mitad del juego. En general es una buena historia, pero no de las mejores de la serie.
Con las misiones secundarias hay algunas que están a la altura y otras no, yendo desde lo más simple que puedas imaginar como dar una poción a una persona que la necesita hasta pequeñas mini aventuras con su propia historia. Muchas, sin embargo, siguen una plantilla predeterminada típica de los juegos de rol de mundo abierto en las que eliminar a un grupo de enemigos concreto o recoger un objeto en algún sitio. Además, hay numerosos minijuegos, como el de Noctis que consiste en pescar. Para aquellos que se cansen de hacer de recadero esto es una buena opción para divertirse. Por mi parte ya he estado horas enteras haciendo esto gracias a un sistema inesperadamente sofisticado de niveles en el que hay que tener en cuenta los puntos de pesca, el anzuelo o el hilo utilizado.
Están muy presentes las influencias a juegos de rol occidentales que Hajime Tabata utilizó en el proceso de creación de Final Fantasy XV. Esto era probablemente necesario, pues los juegos de rol japoneses eran los más importantes del mundo de los videojuegos en su día, pero hoy tienen dificultades para buscar su hueco más allá de Japón. Dicho esto, sigue siendo un título muy japonés con todo lo que implica en términos de no tener menús claros, limitaciones artificiales y cosas por el estilo.
Unos buenos ejemplos de esto son los muros de dos o tres metros de alto que a veces me impiden continuar y que se alternan con otros más pequeños. Es extraño sentir que no puedes avanzar por estos cuando acabo de cargarme a un gigante de diez metros de alto volando en el aire después de ser atacado con una lanza que me quitaba el máximo daño. Ahora estoy frente a este pequeño muro y no puedo pasar ni con la ayuda de mis compañeros. Es tan ilógico que no puedo dejar de pensar que deberían haber hecho algo de forma más inteligente o ingeniosa. Otro buen ejemplo de menús complicados es cuando las armas están a punto de ser mejoradas, para lo cual debo antes deshacerlas manualmente, luego volver a recuperarla y después equiparla de nuevo. ¿Por qué no me deja hacer esto directamente sin todos esos pasos?
Por suerte también hay un montón de aspectos positivos que vienen del mismo hecho de ser un J-RPG. Se trata de un juego divertido sin ser realista. Simplemente piensa en cosas como que Prompto está constantemente tomando fotos de la aventura y así sube de nivel como fotógrafo. Cada vez que acampas, puedes ver las fotos que ha tomado, guardar las que más te gusten y compartirlas en Facebook o Twitter. Las imágenes son únicas y a menudo muestran a los protagonistas sonriendo, haciendo el signo de victoria con las manos o levantando el pulgar sin importar lo grave que sea la situación. Obviamente también toma buenas fotos durante las batallas en ocasiones puntuales que lucen de forma espectacular.
Del mismo modo, tengo que ir hasta una tienda de campaña (o descansar en un motel o sitios similares) para subir de nivel. Es un sistema que me ayuda a evitar perder el tiempo en menús a la vez que te permite hacerlo todo a la vez. En estos momentos de acampada, Ignis hace la comida con las recetas que hemos ido consiguiendo y afecta a todo el grupo al día siguiente según lo que cenaron. También se puede guardar en cualquier momento, aunque no cuando estás a mitad de un momento importante de la trama que es cuando hace más falta, lo que significa que tengo que volver a hacer ciertas partes si muero. Particularmente esto no tiene mucha lógica, pero en su mayoría son elementos divertidos y nunca se hace ningún intento de explicar por qué algo es de cierta manera. Es simplemente el estilo de los JRPG.
Poco a poco voy desbloqueando áreas con lugares cada vez más chulos y estoy impresionado por lo increíblemente trabajado que está todo hasta el más mínimo detalle. Desde pequeñas gasolineras en el desierto hasta ciudades enormes, me siento pletórico con estos escenarios de diferentes tamaños. He tenido el privilegio de poder probar el juego tanto para PlayStation 4 (no en Pro) como para Xbox One y no creo que haya una razón real para preferir una sobre la otra. La versión de PS4 es notablemente más nítida, pero la de One es mucho más fluida. En resumen, no podría pedir más en cuanto a los gráficos.
La historia encaja y se despliega realmente bien en sus últimos compases hasta el final pero como he dicho, hasta ahora todo es genial y no quiero destripárosla con spoilers. El viaje, sin embargo, ha sido mucho más grande que cada una de sus partes y esta es una excelente base para que Square Enix construya el futuro de Final Fantasy. Realmente se siente como si esto fuera lo que la serie debería hacer, pero adaptado a los jugadores modernos, y estoy muy contento de lo que Hajime Tabata ha conseguido con este inmenso proyecto.
Final Fantasy XV es épica y grandiosidad, ofrece momentos melancólicos y humor un poco loco, así como música que te acaricia el oído y unas batallas contra jefes que son completamente apoteósicas. No hay duda de que hay algunos problemas menores, incluso algunos sustanciales, pero en conjunto el resultado eclipsa todo eso. Me encanta este juego y estoy deseando darle una segunda vuelta.