Capybara Games dejó claro con Might and Magic: Clash of Heroes que puedes coger una franquicia de sobra conocida y revitalizarla con un vestido nuevo. Fue un fantástico puzle, un buen juego de rol y un bienvenido guiño a la clásica serie.
Final Fantasy: All the Bravest intenta hacer algo parecido, pero el resultado sale justo al revés. Termina siendo un nuevo borrón para la franquicia. Un intento de aprovecharse de los fans más ingenuos o fieles. Está repleto de mecanismos ideados para obligar a gastar dinero y estrujar la vaca. En resumen, es increíble que siquiera haya llegado al mercado.
Pero veamos qué hay que hacer en el juego de combate: pasar el dedo por la pantalla, tocando personajes sin pensar demasiado. Muy bien. Ya está hecho el sistema de juego. Ahora podrías pensar: "pero habrá algo más". Y estás en lo cierto.
Si tu equipo de guerreros cae en el combate, puedes revivirlos con un reloj de arena. 3 te cuestan 1 euro, 20 te cuestan 3 euros. Para revivir a un miembro del equipo, debes esperar al menos 3 minutos de juego, o volver y 'grindar' (y luego otra vez). A no ser que pagues por el reloj de arena. También puedes ver a un montón de héroes clásicos de Final Fantasy en sus nuevos ropajes pixelados, por otro euro. Ah, por cierto, los personajes que compras son aleatorios y el precio es unitario: 1 euro por cabeza. Y hay 35.
Volviendo al juego en sí, vas viajando por una pequeña sección del universo Final Fantasy y encontrándote con enemigos. Y eso es lo que hay, a no ser que quieras gastarte 4 euros cada vez que quieras abrir otra zona de VII, X o XIII. En realidad, esos tickets de viaje cuestan lo mismo que el juego, que para nada es free-to-play.
Cuando sucede un encuentro, deslizar el dedo por la fila de personajes (o tocar cada uno por separado) activa su auto-ataque, y el enemigo contraataca. Hablando estrictamente, también significa que puedes jugar casi sin mirar, pasando el dedo por la pantalla mientras ataca y luego coger una estrategia para dar en el punto débil. Y puedes volver a enfrentarte a enemigos pasados, para subir de nivel o ganar Gils. No está mal, hace de experiencia de bolsillo por turnos y los resultados van a las redes sociales o clasificación mundial.
Hay un montón de personajes y enemigos distintos, y la mitad se pueden ir desbloqueando durante el juego, lo mismo que con las habilidades. Una partida puede durar desde 30 segundos a unos pocos minutos. Los enemigos llegan uno detrás de otro. Quizás uno de tus personajes reciba un arma después de una pelea, lo que les otorga un movimiento especial o mejores estadísticas.
Todo ocurre en la pequeña pantalla con un mínimo de animaciones y unos gráficos estilo retro más que decentes. Acompañados, por supuesto, por una gloriosa música chiptunes.
¿Todavía no te tienta este producto? Ya, puedo entenderte.
De hecho, me sorprende que Square Enix llegara a aprobar la publicación de un juego de esta forma tan codiciosa. Es una trampa vil para los montones de fans de la serie. Unos cuantos, los más apasionados, querrán echarle un vistazo pues no está mal para una partidilla rápida, y podría funcionar si no estuviera envuelto en esas mecánicas que pretenden sacarles hasta el último cuarto.
Tatsuya Kando, Hiroyki Itou y Ichiro Hazam son reconocidos maestros del RPG. También son los responsables de este All the Bravest. Hay que tener valor, y es un buen intento por hacer algo diferente. Su producto es un inocente y nostálgico viaje por el universo Final Fantasy.
Lo que no entiendo es que hayan elegido hacer un nuevo homenaje a una serie con un título simple y de estilo retro que llega a funcionar bastante bien, y luego llenarlo de contenido (extra o necesario) por el que hay que pagar una y otra vez, dirigido sobre todo a los fans que quieren verlo todo.
La avaricia rompe el saco. Una pena.