Fue fundado por veteranos de Westwood, quienes decidieron ir por su cuenta tras su desaparición en 2003 a manos de EA.
Westwood engendró el género de la estrategia en tiempo real con Dune II, y el núcleo de Petroglyph se compone de gente que trabajó no solo en ese juego, sino en cada Command & Conquer aparecido hasta la fecha (Red Alert 2 incluido).
No es esta la única razón por la que deberíais seguir la pista a End of Nations. Este free-to-play también debería estar en vuestro radar porque luce fantástico.
El equipo ha tomado la tradicional fórmula RTS y le ha añadido ciertos componentes MMO. Por eso End of Nations puede presumir de albergar jugabilidad PvP y PvE cooperativa, actualizaciones constantes de sus unidades y un máximo de 56 jugadores combatiendo a la vez.
Una de las principales diferencias entre End of Nations y gigantes del género como Command & Conquer o Starcraft II es la forma en que ganamos recursos y construimos nuestro ejército. Por contra de los mentados juegos, no coleccionamos minerales durante el combate, no hay bases de construcción, ni tampoco podemos generar nuevas unidades una vez en batalla.
En su lugar, hemos de componer nuestro ejército entre las batallas, comprando nuevas unidades, mejoras y desbloqueables con los créditos que ganamos tras cada victoria. Dividimos nuestras tropas en compañías y elegimos cuál de ellas llevar a combate antes de que este comience.
Cada compañía cuenta con un Héroe, provisto de habilidades únicas. Nuestro objetivo es crear compañías diferentes, que alberguen tácticas y estilos de juego también distintos (tanques, unidades aéreas, ataques de largo alcance, sigilo...), incluso adaptadas a mapas específicos. Podemos alternar entre compañías en los puntos álgidos del combate, si bien nos costará varios segundos de indefensión.
En los mapas PvP, nos enfrentamos a jugadores de la facción opuesta (hay dos, Shadow Revolution y Liberation Front), mientras que los jugadores PvE luchan contra una tercera, Order of Nations, controlada por la IA. Hasta cuatro jugadores pueden tomar parte en una misión PvE, como la que nos pide acumular hasta 5.000 puntos de recurso. Semejante comanda se antoja harto complicada, pues primero tendremos que dar buena cuenta de un Panzer Hulk, un tanque del tamaño de una crucero.
Este tipo de eventos hacen que End of Nations nos recuerde por momentos a las tradicionales campañas single player del género. Pronto nos veremos abandonando nuestro objetivo para aniquilar al Panzer Hulk, uniendo esfuerzos con otros jugadores en una lluvia de napalm y armas nucleares.
Una vez derribado, los jugadores pueden centrarse en el resto de Order of Nations, en busca ya del triunfo.
Como ya hemos mencionado, no hay bases en End of Nations, pero los Héroes tienen la habilidad de emplazar básicas estructuras, como torretas y estaciones de reparación. Las últimas resultan de lo más útil, dado el limitado número de unidades de que disponemos. Tales estructuras posibilitan diferentes estilos de juego y alientan el trabajo en equipo.
End of Nations se financia a través del modelo free-to-play, si bien no podremos pagar para ganar, tan solo gastar nuestro dinero en pintar las unidades (hemos visto tanques cubiertos de besos) o potenciar nuestro medidor de experiencia, acelerando la subida de nivel.
Es tu nivel el que decide precisamente qué unidades están disponibles y que mejoras puedes equipar (afectando a nuestra capacidad de daño, armadura, velocidad...). En teoría, eso te permitiría mayor ventaja sobre los jugadores que no pagan, pero cruzaremos los dedos porque el estudio cumpla su promesa. Petroglyph asegura así que solo nos enfrentaremos a rivales de nuevos mismo nivel.
Como apunte final, los fans de antiguos Command & Conquer se alegrarán al saber que el compositor Frank Klepacki ha producido más de 3 horas y media de musica para End of Nations.
Desconocemos su fecha de lanzamiento. Tampoco cuándo se abrirá la beta. Esto pese a que la demo de la Gamescom lucía muy solida. End of Nation satisfará a los fans del RTS. Siempre y cuando sus elementos freemium estén bien equilibrados, podríamos estar ante uno de los mejores juegos en su género.