El diagnóstico del sector del videojuego español lo puso sobre la mesa el Libro Blanco de DEV y los grandes partidos políticos nacionales que se juegan el próximo gobierno el 28 de abril han planteado sus propuestas para mejorarlo en el Debate Electoral: Videojuegos, Animación y Efectos Especiales. Ese era el título, pero debate nunca hubo, pues el planteamiento de ideas una tras otra dejaba en evidencia el amplio consenso que hay entre las cuatro formaciones en casi todos los aspectos. Con matices.
Ante una industria talentosa, pero fragmentada y descapitalizada, Víctor Píriz Maya por el PP, Ibán García del Blanco por el PSOE, Sofía Fernández Castañón por Podemos y Daniel Martínez Rodríguez por Ciudadanos repitieron uno tras otro la necesidad de potenciar a las empresas existentes desde el Estado para lograr el crecimiento en tamaño y la consolidación que permita ganar en competitividad y en capacidad de internacionalización. Convertirlo, en definitiva, en un sector estratégico. Agregado, además, a industria y a cultura, sin exclusión, coincidieron todos.
Una de las patas para lograrlo es la financiación y la capacidad económica. Hablaron de la necesidad de mantener ayudas y subvenciones directas, entendidas desde el punto de vista de la contribución de los videojuegos (y la animación y los FX) a la I+D+I. A este respecto, Píriz defendió el trabajo de Red.es y reclamó el retorno de la Mesa del videojuego reconociendo el amplio margen de mejora. García propuso que fueran ayudas con dinamismo, premiando a quien más invierta y más proyectos mantenga en el tiempo. Y Castañón insistió en la importancia de hacer seguimiento y fiscalización de los proyectos, además de difusión y promoción.
Martínez ofrecía datos comparativos fiscalidad y se preguntaba si "somos siete veces menos competitivos que los mejores marcos fiscales" para reclamar deducciones fiscales a las empresas de o cercanas al 30% y de las cotizaciones sociales de los trabajadores. Una medida que, apuntó, también serviría para fomentar el retorno de los trabajadores emigrados en busca de mejores condiciones laborales y salariales, que comparte el programa del PP. La bajada del tramo de IVA al nivel del resto de productos culturales quedó como promesa consensuada.
También apoyaron los partidos de derecha liberal la creación de una regulación a los beneficios de las empresas multinacionales que podría materializarse en "un fondo común con el máximo consenso que dé beneficio común a todos los agentes", como dijo el de Ciudadanos, probablemente el más dubitativo ante ella. Es lo que propuso DEV en su libro blanco imitando el modelo que se sigue en el cine español. Defendió también, junto a Píriz, definir bien una Ley de mecenazgo y micromecenazgo para fomentar la inversión privada.
Recordaron los partidos de izquierda que hay que recaudar para poder pagar todas estas ayudas y no basta solo con bajar impuestos, especialmente a los más ricos, criticando la medida de los populares de reducir el tramo superior del IRPF para atraer trabajadores. ¿Cuánta gente del videojuego español gana más de 120.000 euros en nómina?
Tardó en salir el tema de las condiciones laborales y quedó ligado al del Estatuto del artista, uno de los escasos consensos alcanzados en esta legislatura. Se comprometieron todos a desarrollarlo y a atacar, por ejemplo, la intermitencia de los proyectos y los contratos. Fue la representante de Podemos quién más denunció el cruch, el uso de falsos autónomos, las horas extras no pagadas, la incapacidad de desconexión y, en definitiva, el potencial para crear más empleo si las empresas contratan al personal que realmente necesitan.
No profundizaron demasiado en las propuestas educativas, y en este tema quien más claro habló fue el del PSOE, que propuso "mejorar el tránsito entre la formación y las propias empresas a través de una FP dual que nos permita tener perfiles formados y cierta flexibilidad".
De las preguntas del público surgió el debate sobre cómo se ve el sector hacia afuera y cómo se proyecta, pues un trabajador de TVE recordó que no se permite hablar de un videojuego porque se considera publicidad, pero sí de un libro o de una película. "La experiencia videolúdica debe formar parte del acerbo cultural", dijo Castañón, defendiendo que los medios públicos deben servir para "quitar el estigma que hay sobre la chavalería y los videojuegos" y educar frente a quienes "están confundiendo y mezclando con las adicciones". También para concienciar en el respeto a "la autoría y la creación". El del PSOE había mencionado antes la importancia de crear un gran evento con proyección internacional.
El debate fue emitido por el canal de Twtich de ElZeroUno y probablemente pueda volver a verse en el mismo.