El profesor Hersel Layton ha desaparecido, pero eso no parece suponerle un problema a su hija Katrielle Layton, quien no ve sino un puzle, para variar, en todo este asunto. Así y con nuestra recién abierta agencia de detectives tocará echarse a la calle para ganarse los picarats de la única forma que conocemos: con nuestro ingenio.
Tras un breve aviso antipiratería a lo cinta VHS de hace ya unos años, toca ver una pequeña secuencia animada marca de la casa. Y es que, aunque su destino primigenio fueran los teléfonos inteligentes y Nintendo 3DS (puedes consultar el análisis de esta versión aquí), este nuevo Layton se sigue manteniendo fiel al original aunque con matices que a algunos pesarán más que a otros.
Para empezar, hay un cambio muy acusado en el desarrollo de la aventura, ya que ahora no es un único caso el que tratamos de resolver, sino varios. Doce, nada menos, cada uno diferente al resto pero ligados, de alguna forma, entre sí. Hete aquí el principal pero de El misterioso viaje de Layton: Katrielle y la conspiración de los millonarios, ya que, al ser casos tan cortos (de entre una y dos horas de duración haciendo todo lo que hay por hacer), no da tiempo a sentir que estás ante un fabuloso misterio, sino que más bien vas de recado en recado. Es una sensación que se mantiene casi hasta su mismísimo final, donde, por fortuna, todo casa y recuperamos la magia y la atmósfera propias de esta serie de videojuegos de puzles. Pero puede que no llegue a compensar un viaje efectuado a trozos y no tan ingenioso como los títulos protagonizados por Hersel.
A ello contribuyen especialmente dos factores: la exploración por la ciudad ya no es tal y los puzles han perdido en frescura, como era inevitable tras tantas entregas, y en dificultad, o mejor dicho, en lógica.
Respecto a la primera afirmación, si antes tocaba patearse las calles arriba y abajo hablando con la gente, volviendo sobre nuestros pasos y escudriñando cada rincón o prestando atención a cada cambio (de objetos, personajes...), ahora lo suyo será simplemente ir a donde nos indique el mapa, pudiendo no pasar por zonas intermedias yendo así de una punta a otra del barrio por el que nos toque investigar. Claramente es una fórmula que nos ahorrará tiempo, pero también romperá la continuidad y se cargará buena parte del sentimiento de rastreo de pistas. Además, la bici, que podía tener sentido en los smartphones, aquí se presenta como un trasto totalmente inútil, ya que cuesta lo mismo (nada) viajar a un punto cercano que a uno lejano.
En cuanto a los puzles, el fallecimiento de Akira Tago a los 90 años, responsable de la creación de estos rompecabezas hasta entonces, se ha notado más de lo que nos hubiera gustado. Si bien sigue habiendo algunos muy interesantes entre los más de 180 a los que nos enfrentaremos en su modo principal, otros son de una lógica un tanto ilógica (o que pueden dar lugar a varias otras interpretaciones que no se tienen en cuenta y por lo tanto no son válidas aquí), o no son puzles en absoluto, sino pruebas de ensayo y error que no se mostrarán nunca como fallidas. Siempre ha habido de estos últimos, ahora parece que se abusa de ellos. Son casi minijuegos más que acertijos.
Cómo se presentan sí que sigue intacto: de cualquier manera. Es divertido y curioso ver cómo los propios desarrolladores saben la mofa que esto ha conllevado entre los usuarios juego tras juego y en El misterioso viaje de Layton: Katrielle y la conspiración de los millonarios los personajes protagonistas, Katrielle, nuestro ayudante/enamorado Howerd y el perro parlanchín Sherl, participarán de esta gracia empatizando así con nosotros. Puede que al inicio abusen de este chiste fácil, pero no tardarán en encauzar de nuevo sus diálogos.
Puede que su modo historia no esté a la altura en algunas cosas, con personajes que se repiten, su modo de moverse por la ciudad o lo separado y poco emocionante de algunos casos, pero lo que no se le puede negar es la cantidad de contenido que trae consigo. Hará que pasemos decenas de horas con él y que incluso volvamos un ratito cada día, aunque solo sea por ver el puzle diario, que, como era de esperar, vuelve en esta versión para Nintendo Switch.
A ello hay que sumarle tres minijuegos y diversos coleccionables y extras que alargarán su vida útil varias horas más, y quitando el hecho de comprar vestidos y muebles o de recoger tesoros, el resto de opciones serán jugables, como los modos La cena ideal, Pasen y compren y La perrera.
La cena ideal consiste en preparar, con recetas que iremos consiguiendo en la aventura, platos para comensales con gustos diversos, tratando de conseguir así su aprobación. No pasa nada si no lo hacemos bien a la primera; como el resto del juego, permisividad total. En Pasen y compren ayudaremos a una tendera a colocar los objetos de modo que los clientes compren todo a su paso. Y en La perrera guiaremos a Sherl, que ahora solo puede moverse en línea recta, por unas zonas con trampas de las que escapar con el menor número de movimientos posible.
Eso dentro del propio menú del juego, ya que fuera de él, en inicio, hay mucho más, gran parte celebrando el décimo aniversario de la saga (cuando llegó a 3DS y móviles, vaya), haciendo así las delicias de los fans. Expedientes secretos (a gastar picarats), un museo Layton, más casos, epílogos... Excusas, en definitiva, para seguir jugando y festejando tan laureada saga, la cual ahora está en manos de la hija del profesor y no defrauda, ni ella, ni sus acompañantes (no así algunos NPC).
El otro hándicap de este El misterioso viaje de Layton: Katrielle y la conspiración de los millonarios ha sido el paso de la doble pantalla a una pantalla única y horizontal, junto a los controles tradicionales, y se ha resuelto de forma notable pero no perfecta.
El cambio de formato ha hecho que explicación y acción compartan pantalla, lo que jugando en un televisor no será un gran problema pero en portátil ya es otro cantar. No obstante, aunque las instrucciones aparecen en pequeño en un lateral, en muy pequeño, siempre podremos pausar el puzle y ver la ayuda, que es esa misma explicación en grande. Además y como Nintendo Switch así lo permite, podremos jugar usando los botones y joysticks, la pantalla táctil o los Joy-Con. En cualquier opción la respuesta será sublime, incluso en la de botones y setas, con una velocidad del puntero y una precisión tan buenas que harán que no echemos de menos la parte táctil, salvo en los puzles, que sí la agradecen aunque no la necesitan por completo. Mención aparte al manejo usando el giroscopio de los Joy-Con, con una fidelidad de movimiento absoluta, lo que hará que recorramos toda la pantalla a suaves giros de muñeca y sin cansarnos, permitiéndonos así hacer el juego prácticamente entero con una sola mano.
Visualmente, Level-5 no defrauda en esta edición Deluxe y ofrece preciosos fondos con alguna que otra animación y un diseño de personajes que parecerán sacados del anime que inicia y cierra cada investigación. La única pega a este respecto es que cambiar el atuendo de Katrielle significará que haya una ruptura visual entre lo ingame y las escenas animadas; queda raro, pero es comprensible.
Musicalmente no podemos sino alabar el trabajo realizado en esta ocasión, con temas pegadizos que se mueven siempre por lo clásico pero pasando asimismo por estilos más modernos e incluso jazzísticos, aunque serán los menos. Cuenta también con un doblaje de altura donde solo habrá un par de voces discordantes con el conjunto. Por suerte no serán ni la de Katrielle Layton ni la del joven Howerd, voz también de Ash Ketchum en la serie animada de Pokémon en España.
En definitiva, una buena conversión de no el mejor juego de la saga pero sí de un título que ha podido suponer un punto de inflexión en cuanto a cómo presentar los casos y que sirvió para ver que hay vida más allá del profesor.
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