El Creador (The Creator)

¿Tenemos que temer el reinado de ChatGPT? No deberíamos, según la premisa de Gareth Edwards en "The Creator": en la nueva película de ciencia ficción del creador de "Rogue One", las máquinas son tan humanas y están tan desarrolladas que no importa que sean hardware programado. ¿Acaso no estamos nosotros también biológicamente programados? No obstante, Estados Unidos se muestra en desacuerdo después de que la inteligencia artificial lanzase una bomba nuclear sobre una de sus ciudades y haya decidido vengarse. Hasta el punto de construir una máquina del día del juicio final para dar caza a todos los robots y a sus simpatizantes en el santuario de Nueva Asia, una especie de tierra de nadie entre Occidente y Oriente.

El protagonista principal es Joshua, un ex soldado encargado de encontrar al Creador (el arquitecto de la raza de la inteligencia artificial) y eliminarlo cueste lo que cueste. Podríamos pensar que John David Washington está interpretado por una inteligencia artificial, pero no, es un actor muy poco carismático y de pocas palabras que habría encajado muy bien como máquina. Desgraciadamente, se convierte más bien en el vínculo emocional de la historia, ya que durante su búsqueda del Creador también encuentra a una adorable niña robot que le da una nueva visión de lo que las máquinas son capaces de hacer.

La historia de cómo las máquinas rivalizan con los humanos es algo que ya hemos visto antes, y el guion es muy pobre. Parece una película de Neill Blomkamp, pero mucho más gentil. Se basa en grandes ideas, pero no llega a plantear preguntas sobre ellas. El conjunto es como el yin y el yang: los yanquis son el mal personificado y los robots son amables seres de hojalata escondidos en un templo budista. Es estilístico, pero también simplón. La lógica se tira por la ventana para que Nueva Asia resulte lo más atractiva posible. En general está bien, porque "The Creator" está maravillosamente diseñado. Es estéticamente electrizante. Me gustaría que "The Creator" fuera un videojuego: simplemente quiero moverme por los barrios bajos de Nueva Asia y las junglas dominadas por robots, e interactuar más con los pacíficos androides que habitan las montañas.

La fuerza de Gareth Edwards como director no se ve reflejada en la historia en sí, sino en los efectos visuales, y en lo relativo tanto a la fotografía como a la estética futurista, "The Creator" es un triunfo. Aprecio mucho el aire a Apocalypse Now que desprende la película, me encanta el diseño de las máquinas y hay varias escenas muy bien ejecutadas de las que me habría gustado ver más. Me han encantado las escenas en las que intervienen animales, en las que la madre naturaleza también tiene algo que decir en el conflicto entre el hombre y la máquina. La que más me gustó fue la que se desarrolla en un puente, donde unas máquinas inteligentes tienen que enfrentarse a una inteligencia artificial muy simple, pero eficaz y aparentemente imparable. En resumen, las escenas de acción son geniales y merece la pena verlas en la gran pantalla.

Sin embargo, no ayuda el hecho de que el acto final de la película sea tan convencional, haciendo que su épica presentación se vuelva totalmente inexpresiva. Dado que la historia gira en torno a la relación de un humano con una niña robot en crecimiento, habría preferido algo más despojado y menos rimbombante. Gran parte de la película se centra en la incertidumbre del próximo gran paso de la evolución, y algunos están dispuestos a exterminar a una raza para mantener su normalidad, pero siempre es muy obvio que las máquinas son las inocentes. "The Creator" es una película de acción sólida en su esencia, pero como historia se queda atrás en cuanto llega a su clímax explosivo.

Su atmósfera es lo que se recordará mejor después de que hayan empezado a verse los créditos y, a pesar de que la historia no llegue a enganchar del todo, es el ambiente de la película lo que se nos queda grabado en la memoria. En resumidas cuentas, "The Creator" es una obra de ciencia ficción audiovisual de ensueño que nunca alcanza el verdadero potencial de su propuesta, pero que impresiona por su imagen y su tono. A quien le guste más la apariencia que la sustancia, se divertirá a lo grande. Hay muchos arrumacos robóticos, imágenes nítidas y efectos fantásticos, aunque la historia en sí carezca de espíritu.